DEPORTES

Por qué el mundial de fútsal en Colombia es el más extraño de la historia

Hasta la final del torneo será inédita tras la clasificación de Argentina al partido decisivo donde enfrentará a Rusia. Pero ese dato es sólo uno de los hechos inverosímiles que han pasado en la Copa.

Alianza BBC
29 de septiembre de 2016
| Foto: AFP

Rápido, intenso, de espectaculares malabares con el balón, dramático, goles a granel y el siempre presente Brasil.

Estas son las características que han definido al Campeonato Mundial de Fútsal desde que se inició en 1989, pero que en la edición de este año en Colombia se han roto muchos moldes.

Uno de ellos es la final que se disputará el próximo sábado en el Coliseo el Pueblo de Cali entre Argentina y Rusia, un partido al que llegan por primera vez tanto europeos como sudamericanos.

Pero hay otras cosas que han pasado en territorio colombiano que ya marcan un antes y un después en la historia del fútsal, hechos inverosímiles que dejaron boquiabiertos a los aficionados del deporte del balón.

Adiós Brasil

Brasil ha sido la gran superpotencia del fútsal desde el primer campeonato mundial, ganando cinco de los siete títulos disputados hasta ahora.

Su récord es tan impresionante que cuando aterrizó en Colombia sumaba 48 victorias por sólo tres derrotas en los mundiales (contra Hungría y Estados Unidos en la primera edición y en la final de 2000 contra España).

Jugadores brasileños no pueden ocultar su decepción.

Llevaba anotados 367 goles (con un promedio de 6,5 por partido) y recibido tan sólo 84 (poco más de un gol por encuentro).

En Cali ratificó su favoritismo al ganar sus tres primeros partidos en la fase de grupos, pero pocos podían esperar el desenlace de los octavos de final donde cayó eliminado por ¡Irán!

Fue en la definición por penales tras finalizar el partido 4-4.

Una despedida sin título

Ese partido fue el último de quien es considerado el mejor jugador de la historia del fútsal, Alessandro Rosa Vieira, mejor conocido como Falcao.

El inmmortal número 12 de la Canarinha no pudo evitar la eliminación de Brasil, pero sus tres goles contra Irán terminaron de escribir la última página de su leyenda deportiva.

En su palmarés acumula títulos mundiales, continentales y nacionales, tanto a nivel de selección como con sus clubes.

También ha recibido los más importantes galardones individuales y se retiró a los 39 años con un registro de goles que difícilmente pueda ser superado.

Aunque no hay un consenso exacto entre las diferentes bases de datos que hemos consultado, todas coinciden que el jugador anotó más de mil goles en su carrera entre club y selección, 48 de los cuales llegaron en la fase final de los mundiales.

Rebelión de los pequeños

Pero Brasil no fue la única de las selecciones más importantes del fútsal que fue eliminada e Irán no fue el único país que sorprendió en Colombia.

Entre los grandes favoritos que también se quedaron en octavos de final se encuentran Colombia, que fue semifinalista hace cuatro años y jugaba como local, e Italia, subcampeona en 2004 y tercera en los dos últimos campeonatos.

En cuartos quedó por fuera España, dos veces campeona del mundo y tres veces finalista, mientras que en semifinales el turno fue para Portugal, tercer puesto en 2000.

Estos resultados contrastan con el buen desempeño de selecciones con menos tradición como Egipto -verdugo de Italia-, Paraguay o Azerbaiyán, tres selecciones que llegaron hasta cuartos de final.

Gesto de campeón

En la final no estará Brasil, pero contra Argentina se pararán cuatro futbolistas que revivirán el gran clásico del fútbol sudamericano.

Rómulo, Gustavo, Robinho y Elder Lima defienden los colores de Rusia, así como hubo otros brasileños durante el torneo que vistieron las camisetas de Italia, Kazajistán, España y Azerbaiyán.

Entre los que estarán en la final el más popular es Lima, quien fue figura en la victoria sobre España al anotar dos goles.

Sin embargo, lo que hizo que su nombre sea recordado entre los aficionados en Cali fue el gesto que tuvo con hincha invidente que estaba en las gradas.

El jugador subió a la tribuna, le regaló una camiseta y se fundió en un abrazo con el joven aficionado.