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El oscuro y terrorífico legado de Colonia Dignidad, secta fundada por el pastor alemán Paul Schäfer en un tranquilo pueblo de Chile
Brutales crímenes fueron cometidos en Parral por un exenfermero del ejército nazi y pastor evangélico, quien actuó durante décadas con total impunidad en el país.

Una secta de origen alemán operó con impunidad en Chile durante más de cuatro décadas. Fundada en 1961 por Paul Schäfer, Colonia Dignidad se instaló en un terreno rural cerca de Parral, en la región del Maule, bajo el nombre legal de Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. La colonia llegó a tener más de diecisiete mil hectáreas de terreno. Sin embargo, lo que se presentaba como una comunidad religiosa y agrícola terminó convirtiéndose en uno de los enclaves más siniestros del siglo XX.
Paul Schäfer nació en Alemania en 1921, perdió un ojo en su infancia y durante la Segunda Guerra Mundial se desempeñó como enfermero del ejército nazi. Finalizada la guerra, se vinculó a la Iglesia Evangélica Libre y creó la Private Sociale Mission, pero fue apartado de ambas tras denuncias por hostigamiento y abuso a menores. Con antecedentes judiciales en su país, huyó en 1961 con un grupo de seguidores a Chile, tras establecer contacto con el embajador chileno Arturo Maschke.
A cientos de kilómetros al sur de Santiago, la capital chilena, Schäfer logró construir una comunidad cerrada y autoritaria que combinaba adoctrinamiento religioso extremo, trabajo forzado y abuso sistemático. Separó a niños de sus padres, impuso un régimen de disciplina brutal y ejerció control absoluto sobre sus seguidores. La colonia contaba con hospital, escuela, vigilancia interna y cárcel. Cuando el adoctrinamiento no bastaba, se recurría a drogas, golpizas, torturas y castigos extremos.
Durante la dictadura de Pinochet, Colonia Dignidad funcionó además como centro clandestino de detención y tortura, protegido por organismos de seguridad del régimen. Sin embargo, su red de impunidad se extendió a gobiernos democráticos, que durante años evitaron investigar a fondo los crímenes cometidos en su interior.
Por su escala de horror, Colonia Dignidad es comparable a otras sectas como Jonestown o Aum Shinrikyo. Los testimonios y juicios posteriores revelaron una larga lista de abusos sexuales, desapariciones, violaciones de derechos humanos, esclavitud infantil y adopciones ilegales.
Paul Schäfer fue capturado en Argentina en 2005, tras décadas prófugo. Murió en una cárcel chilena en abril de 2010. Su marca sigue siendo una de las heridas más profundas y silenciadas en la historia reciente de Chile.
Desde el desenlace judicial, la comunidad fue rebautizada como Villa Baviera y ha experimentado una transformación significativa. Actualmente, Villa Baviera es una localidad habitada por alrededor de 150 personas, incluyendo descendientes de los colonos originales y ciudadanos chilenos. La comunidad se dedica a actividades agrícolas, ganaderas y turísticas, ofreciendo servicios como hospedaje y gastronomía de estilo alemán.

Sin embargo, el pasado oscuro de Colonia Dignidad sigue siendo motivo de controversia y debate. En junio de 2025, el presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció un plan para expropiar parte de los terrenos de Villa Baviera con el objetivo de establecer un sitio de memoria que honre a las víctimas de los crímenes cometidos en el lugar.
Esta historia oscura vivida en Chile llega ahora a las pantallas de la mano de History. Creada por María Elena Wood y Patricio Pereira, es una serie que sigue al joven fiscal Leo Ramírez (interpretado por Marcel Rodríguez), encargado de llevar ante la justicia a Paul Schäfer (Götz Otto). La misión se complica por la influencia que Schäfer ejerce en la comunidad de Parral.
La historia tiene un trasfondo que lo complica todo. Para Ramírez, el caso es profundamente personal porque durante su infancia vivió en la colonia junto a su hermano Pedro, quien fue declarado muerto en circunstancias sospechosas.
Además, fue el propio Schäfer quien financió los estudios de Leo en Alemania para mantenerlo silenciado, porque abusó de él, un trauma que Leo le ha ocultado incluso a su esposa Carolina (Martina Klier) y a su colega, la detective Pamela Rodríguez (Antonia Zegers).
Con un nuevo gobierno en el poder y el país listo para enfrentar su historia, Leo está decidido a derribar los muros de la colonia. No obstante, todo cambia cuando aparece un joven que asegura ser Pedro, ahora bajo el nombre de Klaus (Nils Rovira-Muñoz), y Leo se ve forzado a enfrentar los fantasmas del pasado para descubrir la verdad detrás del horror que marcó a su familia.
La serie alterna entre los años 1976 y 1997, revelando gradualmente los horrores cometidos en la colonia y las complicidades que permitieron su existencia. Además de los abusos sexuales, se exponen vínculos con la represión política de la dictadura militar, incluyendo torturas y desapariciones de opositores al régimen. La narrativa destaca cómo las estructuras de poder y la influencia internacional, representadas por personajes como el embajador alemán Sattelberger (Carlos Kaspar), obstaculizan la búsqueda de justicia.
Devid Striesow, quien interpreta a Bernard Hausmann, médico y director actual de Colonia Dignidad en la serie, y Jennifer Ulrich, en la piel de la enfermera Anke Meier, también protagonizan esta ficción que ofrece una mirada cruda y necesaria sobre la impunidad y el dolor que aún persisten en la memoria colectiva de Chile.