Música

Scroll infinito: el secreto detrás de los videoclips más vistos

Todo bien editado, nítido, con estética, ritmo y concepto. Y detrás de ese scroll adictivo, alguien tuvo que haberlo pensado. Y producido. Esa persona puede ser Rocío Taboada.

Juan Molano

Juan Molano

Coordinador web de SEMANA

28 de julio de 2025, 11:46 p. m.
Rocío Taboada
Rocío Taboada. | Foto: Rocío Taboada

Se abre YouTube y aparece lo nuevo de Rauw Alejandro. Play. Después sale como recomendación un video de Tiago PZK con Manuel Turizo, Loves. Luego Emilia. Luego Duki. Lo mismo ocurre en Instagram, TikTok, en reels.

La productora audiovisual Rocío Taboada, nacida en Buenos Aires, forma parte del músculo invisible que mueve la estética de toda una generación musical.

En su historial hay más de 40 videoclips que suman cientos de millones de views. Ni me conozco, Traductor, Carita linda, Panties y brasieres, Trajecito, Dime quién. Si le suenan, ella estuvo ahí.

Taboada no quiere ser influencer, ni frontwoman, ni gurú. No está en el plano. No figura en los afiches. Pero eso no significa que pase desapercibida.

Su rol —producir— implica desde gestionar permisos y armar equipos hasta salvar el día cuando el clima se descontrola o cuando hay que reinventar todo un plan de rodaje a horas de filmar.

“No es solo poner cosas en una planilla. Es entender qué quiere mostrar el artista y cómo llevarlo a una forma visual que tenga sentido, que se sienta real y que se pueda lograr con los tiempos y presupuestos que hay”, dice.

Taboada empezó haciendo cine. Produjo su primer largometraje, Axiomas, apenas terminó la carrera. Después trabajó en El robo del siglo —película que tuvo gran éxito en Argentina—. Pero en algún momento, el cine le quedó pequeño. O mejor dicho, le resultó lento.

Los videoclips tienen otra energía. Todo va más rápido. Me gusta esa intensidad”, cuenta. En el universo de la música urbana, la estética es parte de la identidad. No se trata solo de acompañar la canción, sino de expandir su universo.

Opciones diversas a un clic, para los amantes de los conciertos en casa, el arte y la música.
Cada artista, cada canción, cada contexto, exige un enfoque distinto. | Foto: 123rf

Taboada lo entendió desde el principio. No trabaja con fórmulas. Cada artista, cada canción, cada contexto, exige un enfoque distinto: “Lo más importante es la colaboración. Cuando el artista, el director y el equipo están alineados, todo fluye. Ahí aparece la magia”.

“Esa idea —la magia como resultado de un caos bien gestionado— atraviesa su trabajo. Produjo videoclips en medio de tormentas, en locaciones imposibles, con ventanas de rodaje de menos de dos días. A veces con presupuesto, otras veces con creatividad. Siempre con una entrega absoluta.

Pero no todo es glamur visual. Detrás hay mucho Excel, mucha logística, muchas llamadas: “El rol del productor hoy es sostener los pies en la tierra cuando todo lo demás se mueve muy rápido. A veces toca decir que no. O ajustar ideas. Y eso también es cuidar el proyecto”.

Más allá de los videoclips, también produjo series documentales como En primera persona, con figuras como Manu Ginóbili y Del Potro. O contenidos como La música está servida, donde cocina y beats se mezclan en platos visuales.

Su versatilidad no es casual: viene de entender que cada formato tiene su ritmo y que producir no es ejecutar, sino interpretar y construir. Hoy, Taboada forma parte de una generación de creativos que operan detrás del telón, que no buscan la foto, pero que están armando la estética de la nueva cultura pop latina.

Sin discursos épicos ni hashtags trendy, solo trabajo hecho en serio. Y mientras las audiencias le dan play a otro video, ella probablemente esté en otro set, corriendo contra el reloj, revisando la luz, ajustando cronogramas, hablando con artistas y directores, y haciendo que todo parezca simple.

Pero no lo es. Nunca lo fue. Y por eso, su rol es más necesario que nunca.

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