Charlas de concierto
Pelle Almvquist, Vigilante Carlstroem y The Hives dieron el concierto del año, esto nos dijeron antes de reinar
Por circunstancias climatológicas y emocionales, el de The Hives en el FEP 2025 fue concierto más loco de este primer semestre en Colombia. Lo revivimos compartiendo nuestra charla previa con los suecos, que sobrellevaron una pausa y luego levantaron a un festival entero de su absoluto empape.

Muy pocas bandas hubieran podido hacerle frente a una tormenta tan brutal como la que azotó el Parque Simón Bolívar ese épico 28 de marzo de 2025. The Hives lo hizo, dejando la vara más alta posible en control emocional de aguas, contagiando una y otra vez al público y llevándolo al delirio. Las medias mojadas pasaron a un segundo plano, y eso es mucho decir.
La banda empezó su concierto arrollando, con “Bogus Operandi” (la mejor canción de su más reciente trabajo) y “Main Offender” (maravillosa, una de las favoritas del público), todo mientras la lluvia se intensificaba y la nube negra permitía asumir que tomaría su tiempo...
Los miedos se materializaron. Trece minutos después del inicio del toque, en su tercera canción “Rigor Mortis Radio”, la amenaza de tormenta eléctrica hizo necesario detenerlo. El público pensó lo peor pero respiró al entender que se trataba solo de una pausa... Aún así, la cantidad de agua que seguía cayendo no era normal.
En esas condiciones la gente esperó paciente, y fue recompensada. Media hora después estos cinco locos se volvieron a subir al escenario y fueron absoluto fuego (ver a The Hives recoger la energía de la gente y levantarla con “Walk Idiot Walk”, en medio de las aguas, fue de lo mejor que viví en un concierto de rock).
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No mucha gente juzga a los músicos en términos de profesionalismo y entrega. Pero eso debe cambiar, especialmente en la era en la que cancelar conciertos se ha vuelto demasiado frecuente. Mucho se dice desde el lado de la banda sobre cómo son “la más grande del planeta”. Y esto parece una cómica exageración hasta que los hechos dejan claro que The Hives no comprometen su entrega, y que en eso no tienen par.
Lo sabemos porque antes de subirse a ese escenario, de calentar, de prender motores, de tener que frenar por la tormenta eléctrica, bajarse, y media hora volver a subirse y encender a miles de personas, Pelle Almvquist estaba maluco. Eso nos contó en charla breve previa al inolvidable concierto, junto con el guitarrista llamado Vigilante Carlstroem...

SEMANA: ¿Cómo los recibe la ciudad?
Pelle Almvquist: Fantástico, adoro venir aquí. Aunque vengo algo enfermo, y eso es molesto. La altura y el jetlag son algo raro también, pero adoro Bogotá.
SEMANA: ¿Qué lo aqueja?
P.A.: Una fiebre ligera. Y tiene sus dolores, pero sé que he vivido cosas peores...
SEMANA: ¿La música lo impulsa a seguir con el show en estos casos?
P.A.: Más que todo la audiencia; uno no quiere arruinarles la experiencia, así que se sigue adelante como sea necesario.

SEMANA: Cuéntenos sobre su relación con Bogotá y sus memorias de ese mítico paso en 2014...
P.A.: Seguramente tienes más memoria de ese paso que yo, pero lo dije antes y lo digo ahora, ese show en Bogotá es de mis favoritos de todos los tiempos. Y era tal la respuesta del público, que desde que tocamos la primera nota dejamos de escucharnos entre nosotros. Todo el show fue así. Es de los mejores públicos que hemos vivido y tiene un lugar especial en nuestro corazón. Y, de Colombia, nos gustan las arepas y nos gusta mucho su aguacate; no es el Hass, es grande y suave. Me fascina el aguacate y es el mejor aguacate que conozco. Hay demasiadas cosas positivas sobre Bogotá...
Nos gustan las arepas y nos gusta mucho su aguacate
SEMANA: Anuncian “Enough is Enough”, un nuevo sencillo..., ¿trabajan en nueva música mientras están de gira?
P.A.: No componemos mientras estamos de gira, ¡nos es imposible! Hemos tratado pero no ha funcionado, porque el trajín es demasiado agotador. Además, hay cosas interesantes para conocer en ciudades como esta, por ejemplo. No me veo encerrado en el hotel escribiendo canciones. Lanzamos esta nueva canción el 1º de abril, y la tocaremos en vivo por primera vez en Estéreo Picnic.
SEMANA: ¡Qué honor!
Vigilante Carlstroem: ¡Es una première mundial!

SEMANA: Han tocado muchos shows, han compuesto mucha música genial, han ganado notoriedad, ¿qué sueños les queda por cumplir?
P.A.: ¡El sueño es tener más de todo eso! Tener más público, tener más rock’n’roll, más dinero...
V.C.: Y más aguacate
P.A.: Más Bogotá...

SEMANA: Armar el setlist de un festival es una ciencia, tiene que ser muy directo, ¿se pone más fácil o más difícil armarlo con el paso del tiempo y tanta música?
P.A.: Es mucho más difícil, porque tenemos muchas más canciones buenas entre las cuales escoger para tocar...
V.C.: Con cada disco que grabamos, se complica más.
SEMANA: ¿Pelean sobre qué canciones dejar o sacar?
V.C.: Sé que a mí me gusta mover el setlist, cambiar ciertas cosas.
SEMANA: Cada show guarda una sorpresa, eso es bueno...
P.A.: Nuestro baterista, de hecho, es quien escoge la mayoría de setlists. Y los tocamos y luego nos quejamos y ahí cambia. Pero es un trabajo que le recae a él.
SEMANA: ¿Tiene que ver esto con la resistencia física? ¿Por qué él?
P.A.: Creo que, usualmente, somos él y yo quienes sufrimos más las performances. Tocar batería y gritar puede ser algo más difícil de hacer todos los días. Así que lo pensamos para poner una canción después de otras. Creo que también el set tiene un arco dramático, y Chris (Christian Grahn) es un nerd en esos asuntos. ¡A mí me alegra que alguien más esté a cargo!

SEMANA: Cuéntenos sobre hacer parte de un circuito de festivales, lo bueno, lo malo...
P.A.: No sé si alguien haya tocado en más festivales que nosotros. Y creo que, generalmente, todo está bien una vez llegamos al lugar (si bien algunos festivales son una mierda cuando llegas). Entonces, la lucha se da llegando a los lugares. Viajas por 18 horas, no duermes bien y tienes que entregar un gran show de rock. A veces es duro. Pero es más un tema de logística que del festival mismo. Creo que fue Joe Walsh (*de The Eagles) quien dijo “El show es gratis, a mí me pagan por llegar”. ¡Así me siento yo!
SEMANA: Como amantes de la música, como espectadores, los conciertos los marcaron...
P.A.: Sin duda, y mucho vino de la televisión...
V.C.: Venimos de un pueblo tan pequeño que la idea misma de una banda de punk, o de una banda, incluso, era exótica.
P.A.: Yo recuerdo que en la noche de año nuevo había un especial de televisión, y ahí vimos a James Brown y a The Who, y me pareció lo más cool que había visto, ¡aparte de este señor a mi lado, (*mira a Vigilante) a quien conocí a los ocho años... Ahora, en nuestro municipio había bandas de punk, y algunas estadounidenses y británicas venían a tocar al pueblo.
SEMANA: Hay algo de suerte en eso...
P.A.: Y creo que esa es la razón por la que existimos. Nos conocimos jóvenes, yendo a esos conciertos.
SEMANA: ¿Hay canciones con las que el público siempre enloquezca?
V.C.: Varía de concierto en concierto, pero creo que les fascina “Main Offender”...
P.A.: Diría que “Hate to Say I Told You So”, “Come On!” y" Tick Tick Boom", pero si hacemos bien nuestro trabajo, la gente enloquece todo el concierto.
Y no puedes abrir un concierto con “Hate to Say I Told You So”, porque destruye todo el drama. Aunque una vez lo hicimos, a manera de chiste. La tocamos y nos fuimos, y luego el resto del concierto fue el encore.
V.C.: ¡Nadie entendió el chiste!
P.A.: Nadie, pero nos pareció gracioso.

SEMANA: ¿Los azota el cambio entre la vida análoga y la era digital?
P.A.: Vigilante aún escucha música en un tocadiscos de los años cuarenta. No le es necesario dar el salto...
SEMANA: ¿Cómo viven estos tiempos, tecnológicos y algo fascistas?
P.A.: ¿Te dice algo el término mierdificación? Me refiero a todos estos servicios que nacen en la web, y en principio quieren atraer al usuario, al consumidor; y luego pone su enfoque en atraer anunciantes de publicidad, y ahí todo empeora; y por último, para sacarle algo, los dueños aprietan al consumidor y a los anunciantes. Todos estos servicios son asombrosos en un principio y luego solo empeoran.
Del otro lado, antes de que las redes estuvieran rotas, era bueno tener ese contacto directo con los fans, comunicarnos con ellos sin necesidad de ir a una estación de televisión. Porque del lado de la prensa, había menos posibilidades, menos medios, y si no les gustaba lo que hacías, no se hablaba de ti. Por eso nos apoyábamos mucho en el voz a voz.
SEMANA: ¿Hay bandas nuevas que los emocionen?
P.A.: Escuchamos cosas nuevas, pero la opinión sobre qué significa nuevo puede diferir para cada uno...
V.C.: Nos hemos adentrado en los años setenta
P.A.: Vamos de los setentas a los cincuentas, y rebotamos de nuevo. Porque estos tiempos hay rock pero con gente que le habla encima. Eso es lo nuevo, hablarle encima al rock.
SEMANA: Vigilante, ¿qué ha estado escuchando en ese tocadiscos?
P.A.: Sobre todo discos de 45 RPM. Le fascina visitar discotiendas en distintos lugares del planeta...

SEMANA: Asumirán el escenario principal, pero no hay escenario demasiado grande para ustedes, una de las mejores bandas de rock del planeta. El cielo está gris, lloverá. ¿Algún ritual para espantar a las aguas?
P.A.: ¡Que pase lo que tenga que pasar! De eso se trata el festival, de que no importen las cosas que te importarían en la vida diaria. Sol, lluvia, lo que venga. Pero siempre nos pareció muy cool tocar bajo la lluvia. Este señor dice que somos mejores bajo la lluvia, pero no sé qué quiere decir...
V.C.: Cuando llueve, a la gente le deja de importar. Si se mojan o no, deja de importar y se entregan al show.
P.A.: ¡Así que estamos felices de que llueva!
V.C.: Podríamos detenerla si quisiéramos. ¡La mano de Dios!
P.A.: Es agotador, así que hoy no creo que valga la pena. Podríamos...
V.C.: Da dolor de cabeza...
P.A.: Y mañana tenemos concierto en Lima, Perú.
SEMANA: Respeto a su labor, señores, tocando en ciudades lejanas en días consecutivos...
P.A.: Todo el tiempo, señor.
SEMANA: Hay mucho poder en su música pero también mucha gracia, humor, muy bienvenido y necesario. ¿Qué es una vida sin música o humor?
P.A.: Ni sabría, ¡son las únicas dos cosas que me importan! Sin ellas, suena a una vida algo deprimente.
