Cultura

Uno de los datos más escalofriantes y terroríficos del cine: este momento en Poltergeist ocultaba un secreto macabro

El realismo de la escena de los esqueletos provino de restos auténticos, no de utilería.

19 de agosto de 2025, 11:36 p. m.
Una verdad escalofriante convirtió a Poltergeist en una leyenda más allá del cine.
Detrás de una de sus escenas más recordadas se esconde un secreto inquietante. | Foto: @Morbidful

Estrenada en 1982, Poltergeist se convirtió en una de las producciones más emblemáticas del cine de terror. La historia de una familia acosada por fuerzas sobrenaturales logró captar la atención del público por su atmósfera inquietante y escenas memorables.

Sin embargo, detrás de su éxito en taquilla y de su legado como clásico, se esconde una revelación que décadas después sigue generando escalofríos.

Una escena que escondía más que ficción

Uno de los momentos más recordados del filme es la secuencia en la que la actriz JoBeth Williams cae en una piscina de barro, mientras esqueletos emergen a su alrededor. Su rostro de angustia no fue producto de la actuación ni de un efecto de maquillaje especialmente realista: el terror era auténtico.

El motivo es que aquellos huesos no eran réplicas creadas en un taller, sino restos humanos verdaderos. Esta decisión del equipo de producción provocó un fuerte impacto cuando se conoció la verdad.

La explicación del especialista en efectos

Con el tiempo, Craig Reardon, responsable de los efectos especiales, admitió bajo juramento que había adquirido cerca de 13 esqueletos auténticos.

Según relató, estos eran vendidos para fines educativos y se utilizaban en universidades, especialmente en clases de anatomía. Provenían principalmente de la India y eran considerados objetos de estudio biológico. Para adaptarlos a la estética de la película, el equipo los recubrió con masilla y otros materiales, logrando que lucieran como cadáveres en descomposición y no como piezas limpias de laboratorio.

Una secuela marcada por la superstición

El descubrimiento de este detalle perturbador caló hondo en los actores y el resto del equipo. Muchos consideraron que esta práctica era irrespetuosa y que incluso podría traer malas energías.

Por esa razón, cuando comenzó la grabación de la segunda entrega, Poltergeist II: The Other Side, los realizadores tomaron una medida inusual: realizaron una ceremonia de purificación. La limpieza espiritual estuvo a cargo del actor Will Sampson, miembro de la tribu indígena Muscogee, quien buscaba alejar cualquier influencia negativa que pudiera estar asociada a los restos utilizados en la primera cinta.

A lo largo de los años, esta historia se ha convertido en parte de la leyenda negra que rodea a Poltergeist. Para muchos, el hecho de haber usado esqueletos reales reforzó la atmósfera maldita que acompaña al filme, una obra que dejó huella no solo en el género del terror, sino también en las anécdotas más inquietantes de Hollywood.