Pódcast

‘Un baño en otro lado’, el pódcast que mira al lugar en el que todos somos humanos (pero no todos somos parecidos)

Desde una expresión lírica sin tapujos, esta producción de la periodista Mónica Vargas ofrece anécdotas, narraciones y reflexiones en torno al espacio al que todos acudimos y que, casi siempre, nos iguala como personas.

Alejandro Pérez Echeverry
29 de junio de 2024
Para Mónica Vargas, "el baño es un espacio democratizador porque todos orinamos y cagamos, pero también evidencia las brechas". | Foto: Getty Images/iStockphoto

No deja de ser interesante cómo, en su primera temporada, de siete episodios, esta producción sonora se enfoca, como ninguna otra hasta el momento, en un espacio casi tan íntimo como el del consumo de pódcast: el baño. Sobre Un baño en otro lado, SEMANA charló con su creadora y esto dijo.

SEMANA: Mónica, después de sumergirse en este universo del baño, ¿cómo define usted este lugar democrático en el que hacemos nuestras necesidades?

Mónica Vargas: Según yo, es un espacio íntimamente relacionado con nuestra humanidad, un lugar que nos conecta con ella. Y en estos días de desconexión total con ese pedazo, termina convirtiéndose en un sitio muy interesante. Ahí no solo descargamos eso que ya no necesita nuestro cuerpo, sino que también lloramos, pensamos, nos acordamos de cosas, nos imaginamos otras, follamos, nos enteramos de nuevas vidas y nos suicidamos, entre muchas otras. Sí, es un espacio democratizador porque todos orinamos y cagamos, y hasta ahora los ricos no se han inventado un método para hacerle el quite a ese pedazo –falta ver qué vendrá en el futuro–, pero también evidencia las brechas.

Suscribo tal cual uno de los datos del pódcast: “En el mundo, 2.600 millones de personas no tienen acceso a un sistema sanitario básico. Se trata del 40 por ciento de la población del planeta que no puede orinar o cagar con las comodidades que tiene el otro 60 por ciento. Entre tanto, el 43 por ciento de los estadounidenses tienen dos o más baños en sus casitas primermundistas”. El baño es como la vida misma, un lugar complejo en el que sucede un mundo. Y es un mundo como el mundo: mágico, extraño, desigual, de mierda, de salvación y de condena.

El pódcast nace primero de inquietudes de Mónica, que fue (y sigue) consignando en la cuenta de Instagram @unbanioenotrolado | Foto: la Chucua Récords

SEMANA: Cuéntenos de ese camino que la lleva de encontrar un interés por los baños a tener una idea y luego a llevarla a este formato sonoro…

M.V.: Desde niña me gustaba mucho evadirme en el baño. Podía durar horas sentada en la taza sin nada más que hacerle el quite a la rutina, con la que siempre he tenido líos. Mi mamá se desesperaba. Luego, más grande, empecé a evadirme a través de los viajes, fueran cortos, largos, gratis o no, de trabajo o de placer. Disfruto mucho viajar y me pareció bastante curioso cómo los baños eran distintos en todas partes. Algunos tenían cosas curiosas, en algunos sitios eran espeluznantes y en otros lujosísimos, pero en todos servían para lo mismo, no solo orinar y cagar, sino también para llorar, pensar, follar, etcétera, etcétera... Empecé a tomar fotos de baños y en 2021, en un viaje que hice a México conocí a una de mis mejores amigas, Jennifer Rosado, alias Jeni Janes, le conté de mi fascinación por los baños, además porque en el de su casa había letreros muy chéveres, y acordamos iniciar una cuenta en Instagram.

Mi idea con esa cuenta era que la gente nos compartiera sus historias de baños, porque hay muchas y de distintos tipos, incluso la gente rica que vive desconectada de todo tiene historias de baños, pero lo cierto es que la gente que ha participado de la cuenta se concentró en enviar fotos de baños que les parecen curiosos por alguna razón. Entonces este año decidí que era momento de hacer el pódcast para, ahí sí, dar cuenta de las historias. Aparte porque me gusta mucho ese formato y lo disfruto mucho. Jeni Janes estuvo en la primera etapa de Instagram, pero luego se dedicó a su verdadera pasión: pinchar discos de música africana y salsa, y mejor dicho, pura sabrosura es mi amiga.

SEMANA: Su producción incluye datos, textos, historias… Hay un aire muy poético, pero también muy informativo. Cuéntenos sobre esa curaduría y la hechura de los episodios

M.V.: La elección fue sentarme un día y empezar a hacer la estructura. Elegí un dato, un referente literario, una historia propia –que puede ser real, de ficción o que combine ambas–, un referente de cine y un dato de cierre enfocado en la muerte de alguien en el baño. No sé bien cómo salió, pero ha sido chévere porque empecé a invitar gente y mucha ha copiado de la idea, entonces algunas personas colaboraron con un referente literario, otras de cine y otras con sus historias, bien sea en primera persona o no.

SEMANA: ¿Qué tanto suma la gente que sugirió posts en las redes? Imagino que varias sugerencias desencadenaron ideas e investigaciones para alimentarlo…

M.V.: La gente que me envía fotos o memes de baños son una alegría muy grande y sí, varias personas dan ideas o nos confiesan cosas inbox que también dan material. Muchas personas que envían fotos para la cuenta de Instagram dicen que cada vez que entran a un baño se acuerdan de mí y eso es muy chévere, además de raro (risas). Con las fotos de baños que me envían he viajado por el mundo sin salir de la casa y también he “conocido” virtualmente nuevas personas que deciden seguir la cuenta porque la encuentran interesante. Ha sido muy lindo. También cabe aclarar que me convertí en una cazadora de fotos y memes, entonces además de los que envían por iniciativa propia, algunas las solicito yo al verlas en la red.

Los collages ofrecen una ventana a las temáticas de los episodios. | Foto: la Chucua Récords

SEMANA: ¿Qué parte fue la más compleja y la más entretenida de realizar Un baño en otro lado?

M.V.: Lo más complejo fue empezar, porque la idea estaba hacía rato, pero me daba susto y me ponía zancadilla a mí misma para no hacerla, al principio quería hacer algo muy de tinte histórico, pero luego encontré esta estructura, que ha sido muy chévere. Todo ha sido entretenido, buscar los datos y los referentes, también conocer las historias. Pero lo más lindo es que gente amiga y muy talentosa copió de la idea, entonces cada capítulo desde el segundo –porque el primero lo hice sola– fue como un cadáver exquisito. Todo muy deli.

SEMANA: Es un lugar en el que todos somos iguales, el baño, y nos gustaría saber qué reacción ha tenido la gente...

M.V.: Hay gente que me dice que el pódcast les ha acordado de cosas. Una seguidora de la cuenta que vive en Alemania me dijo que las historias le recordaban a la tierrita, y también algunas amistades han dicho que ha sido duro por lo escatológico y no lo han podido escuchar completo. Hay de todo, como en la vida, como en los baños.

SEMANA: ¿Tiene algún episodio favorito?

M.V.: Todos los episodios me gustan. Al primero le tengo cariño porque lo hice sola, luego todas las colaboraciones han sido chéveres y es gente que aprecio y admiro, entonces es tremendo que formen parte de la idea. Pero si tengo que elegir uno, sería el del final, porque ahí en lugar de historia tuvimos una charla con dos mujeres repoderosas que conocí en un trabajo que tuve y eran las encargadas de limpiar los baños de esa oficina. Carol Bernal y Fer aceptaron hablar conmigo en un almuerzo sobre su labor y sus vidas. Gratitud con ellas siempre.

La Chucua Récods apoya la producción y realización de 'Un baño en otro lado pódcast', y una serie de relatos y de invitados lo llenan de vida. | Foto: la Chucua Récords

SEMANA: Sobre pódcast, ¿cuáles escucha por gusto propio y cuáles por referencia para este trabajo?

M.V.: Soy adicta a los pódcast, son una tremenda compañía para gente que vive sola, como yo. Tengo muchas sugerencias (risas). Encabeza la lista Relatos ñeros, ahí he hecho dos relatos, y La Chucua Récords, que es el colectivo cultural que hace ese pódcast, también está detrás de Un baño en otro lado pódcast. En su estudio lo grabamos, ellos hacen las imágenes y el escritor J. J. Muñoz me ha asesorado en varios temas, aunque todo el equipo también ha alimentado cada capítulo. Es una gente muy talentosa, con la que se trabaja fácil.

Hice una búsqueda y no encontré más de baños, no sé si busqué bien, pero, según yo, el mío es el primer pódcast de historias de baños.

También me gusta mucho Gastropolítica y siento que, un poco de manera inconsciente, me inspiré en ese para el mío. De eso no se habla también es muy bueno y Las raras. Arcanos y reyes es buenísimo, lo escuché varias veces y todas lloré, lloro mucho; es del Palacio de Justicia, un tema que me parece muy interesante y jodido. Y bueno, con el que empezó mi pasión por los pódcast: Radio ambulante. Hice una búsqueda y no encontré más de baños, no sé si busqué bien, pero, según yo, el mío es el primero de historias de baños.

Vargas es una fanática del formato sonoro, que considera una gran compañía para las personas que viven solas, como ella. Ya siembra la segunda temporada.
Vargas es una fanática del formato sonoro, que considera una gran compañía para las personas que viven solas, como ella. Ya siembra la segunda temporada. | Foto: Mónica Vargas

SEMANA: Usualmente, los sonidos que se producen en el baño son los que nadie quiere que salgan a la luz… Y no lo hace usted, pero igual pregunto, ¿qué es lo más transgresor de su propuesta?

M.V.: No sé si sea una propuesta transgresora. No estoy segura de que lo transgresor sea algo de estos días, en los que ya todo está dicho y hecho, y vivimos en un aburrimiento que además es incierto, una vaina pesadísima. Lo que sí sé es que la propuesta es auténtica y nace de un interés genuino por este espacio. Como dije antes, hay gente que no ha aguantado escucharlo y a otra le ha gustado mucho. Aunque sí podría ser algo parecido a la transgresión volver a la humanidad, porque eso es algo que se ha perdido de manera evidente. Nos convertimos en un número, en una arroba en una cuenta de alguna red social, de las que también soy adicta, volver a lo humano es muy parecido a la transgresión; decir: acá está mi humanidad y aunque me da miedo compartirla con ustedes, aquí la pongo.

Podría ser algo parecido a la transgresión volver a la humanidad, porque eso es algo que se ha perdido de manera evidente

SEMANA: Cierra ya la primera temporada, con siete episodios, ¿qué esperaba de ella cuando la planeó y qué la sorprendió de hacerla realidad?

M.V.: Son siete episodios los de la primera temporada. No suelo planear mucho nada, pero me gustó mucho que la gente copiara de colaborar. También fue chévere que Daniela, Steven, Felipe y Jota, de La Chucua, encontraran interesante la propuesta y le metieran toda la ficha para ayudarme a hacerla real. El pódcast ha sido algo muy poderoso para mí, que vivo de contar historias, pero algunas son poco interesantes, contrario a las del pódcast.

SEMANA: ¿Qué planea para la segunda?

M.V.: Lo primero es que necesitamos apoyo para que la segunda temporada sea real. Apoyo con billete, que es lo que mueve el mundo, aunque quisiéramos que fuera el amor. Para la segunda etapa queremos llevar más charlas, como las que tuvimos con Carol y Fer, pero desde otros oficios o estilos de vida. Y ya conversamos con la gente y la respuesta también ha sido chévere, porque son personas, algunas amigas y otras no, que ya me dijeron que quieren participar. Son charlas sorpresa, pero todas muy poderosas.

"La propuesta es auténtica y nace de un interés genuino por este espacio. Como dije antes, hay gente que no ha aguantado escucharlo y a otra le ha gustado mucho", dice Vargas. | Foto: la Chucua Récords

SEMANA: ¿Algo que quiera añadir?

M.V.: Debo decir que cuando salí del colegio no había plata en mi casa para que yo estudiara; entonces tuve que ponerme a trabajar en una famosa cadena de restaurantes gringa que, recién empezados los años dos mil, había llegado hacía poco a Bogotá. Ahí, por primera vez en mi vida, a los 18 años, tuve que limpiar un baño, o varios, porque pasé por distintos restaurantes. Yo ni siquiera había hecho eso con el de mi casa. Eso lo cuento en la historia del primer capítulo, pero en voz de un man: Raúl. Es una autoficción basada en mis días como crew de ese lugar, y mucha gente pensó que era una historia real y que por qué no le había preguntado a Raúl tal o cual cosa. Luego, más adulta, volví a limpiar baños en la Gran Manzana y también fue una experiencia poderosa, nunca me dio asco, pero a veces sí vergüenza, sobre todo cuando salí del colegio y varias de mis amigas estudiaban en las mejores universidades de la ciudad mientras yo limpiaba baños. Crecer es una vaina jodida y compleja, pero trae cosas maravillosas como desechar, cual cagada en el baño, vergüenzas inútiles y estúpidas.