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Sobre ‘Andor’, la excepcional serie adulta de Star Wars, que estrena temporada final: charla con su creador Tony Gilroy y su protagonista Genevieve O’Reilly

Estrena su temporada final esta serie genuinamente madura de Star Wars, que retrata con profundidad el autoritarismo, la rebelión y logra atarlo todo a las tensiones madres-hijos. SEMANA habló con su cerebro, Tony Gilroy, y con una actriz esencial, Genevieve O’Reilly.

26 de abril de 2025, 4:30 a. m.
Alrededor del personaje central, Cassian Andor (Diego Luna), se refleja un tiempo en el que el Imperio toma fuerza represora y la resistencia busca mantenerse activa.
Alrededor del personaje central, Cassian Andor (Diego Luna), se refleja un tiempo en el que el Imperio toma fuerza represora y la resistencia busca mantenerse activa. | Foto: Des Willie /Lucasfilm Ltd.

Es solo entendiendo que Tony Gilroy dirigió una película como Michael Clayton (2007), en la que George Clooney entrega el mejor rol de su carrera, acompañado de Tilda Swinton y Tom Wilkinson, contando una historia de tensiones humanas y sistemáticas, que deja de sorprender lo que este guionista y showrunner ha conseguido con Andor (que es muchísimo).

En las dos temporadas que Gilroy planteó a Disney, en las que ha tenido control creativo (se nota cuando dejan cocinar al chef), la primera fue un éxito de nicho; televisión brillantemente escrita y ejecutada en ese universo de mucha fantasía, pero mucho espejo del universo oscuro que habitamos y de quienes tratan de luchar por una luz. En medio de una tormenta de producciones de Star Wars, muchas despotricadas por la fanaticada altamente tóxica de la Guerra de las galaxias, Andor logró crear una expectativa inevitable a prueba de fandoms.

No es la única serie valiosa, Ahsoka tiene una enorme protagonista, y The Mandalorian cuenta con una dinámica poderosa entre el adulto y el bebé Yoda, pero Andor se puso a otro nivel. Lo hizo mostrando la maquinación de un Imperio que se toma confianza en apagar disensos y la ruta de la resistencia ante esa amenaza. Lo hace de manera adulta, con diálogos devastadores y situaciones que inevitablemente revelan carácter. Y sí, hay acción, hay naves, hay máquinas, es Star Wars, con lugar para a intrigas insurgentes y diálogos tenaces entre madres e hijos, o hijas. Esto es serio. Los Soprano ostentó una cualidad parecida durante temporadas. Y no es del todo nuevo, si se considera quién es el padre de Luke Skywalker.

Estrena su temporada final esta serie genuinamente madura de Star Wars, que retrata con profundidad el autoritarismo, la rebelión y logra atarlo todo a las tensiones madres-hijos. | Foto: Lucasfilm

La expectativa de lo que traería la segunda temporada solo creció, entre más gente la fue viendo, a su ritmo. Y ahora que llega el momento de entregarla, es genial anunciar que triunfa. Hay algo de lenta y necesaria exposición en los primeros dos episodios (de ahí, seguramente, la decisión de estrenar tres para arrancar y luego uno semanal), pero una vez despega, equipara lo mejor que se ha visto y lo lleva a un puerto retador. Porque, entre varios temas, toca el dolor y el trauma, y las puertas pesadas que se abren al terminar una vida por una causa. Las reflexiones no son en blanco y negro, los matices, los engaños, las dobles caras, según el interés que se busque, priman. Como en el mundo real. La escritura es de altísimo nivel.

La trama de Andor se origina en la película Rogue One (2016), dirigida por Gareth Edwards y protagonizada por Felicity Jones y Diego Luna, en el rol de Cassian Andor.

Tony Gilroy viene de un linaje reconocido de directores y guionistas, y lo honra con dos temporadas excepcionales de Andor. La serie mira a lugares profundos y difíciles, pero necesarios (ahora como en los últimos 4.000 años).
Tony Gilroy viene de un linaje reconocido de directores y guionistas, y lo honra con dos temporadas excepcionales de Andor. La serie mira a lugares profundos y difíciles, pero necesarios (ahora como en los últimos 4.000 años). | Foto: Photo by StillMoving.Net for The Walt Disney Company Limited

Se trata de la única película spin-off en cine realmente abrazada por la fanaticada de Star Wars, y algunos la ponen al nivel de la trilogía original. La serie se centra en el personaje de Diego Luna, pero desde él se fija en toda una etapa de cambios, relatando lo que sucedió antes de los desarrollos de la cinta que le dio origen. Curiosamente, en su primera temporada narra un golpe que se asemeja mucho al que el M-19 hizo en el Cantón Norte en 1978. Quizá se inspiraron en una misma fuente. Quien quiera, ya sabe hacia dónde va la trama. Pero Gilroy y su equipo han hecho fascinante llegar a ese punto. Acá no se busca el final, se encuentra el viaje. En charla con él y con Genevieve O’Reilly, quien entrega un rol rotundo, le preguntamos si esta serie le habla al presente, si es más importante compartirla en estos tiempos. “La serie está pensada para ser atemporal”, explica.

En los hombros de Mon Mothma, esta mujer, senadora, madre, esposa, amiga, ser humana, se apoya la revolución. Esta temporada revela mucho sobre ella, y Genevieve O’Reilly está en lo más alto de su juego.
En los hombros de Mon Mothma, esta mujer, senadora, madre, esposa, amiga, ser humana, se apoya la revolución. Esta temporada revela mucho sobre ella, y Genevieve O’Reilly está en lo más alto de su juego. | Foto: Des Willie /Lucasfilm Ltd.

“De hecho, debía estrenarse hace un año, pero la huelga de guionistas la retrasó, y la mayor parte de la historia fue concebida hace cuatro o cinco años. Esta es una historia que siempre ha sucedido. La triste realidad es que los momentos de paz y prosperidad son raros, y sí es un poco desalentador saber que podríamos haber lanzado esta serie en cualquier momento de los últimos 4.000 años y la gente habría dicho: “¡Oh, Dios mío!”. Pero no, no somos videntes, ni estamos haciendo la serie basándonos en las noticias del día”, sentencia.

Parte esencial de ese equipo excepcional es su reparto, con figuras como Stellan Skarsgård y con una actriz en cuyos hombros se apoya la resistencia, la senadora Mon Mothma, interpretada por Genevieve O’Reilly, quien retoma un rol que ha interpretado hace 20 años en distintas producciones, siendo esta la más profunda. La actriz irlandesa entrega una interpretación extraordinaria, y le pedimos definir su personaje, luego de 20 años de darle vida.

Genevieve O’Reilly. | Foto: Des Willie /Lucasfilm Ltd.

“Creo que todos entendemos que es una mujer con peso y relevancia. Significa mucho para muchas personas. A lo largo de los años ha sido una mujer de pocas palabras, pero que transmite poder y respeto. Y lo que ha hecho Andor es mostrar su humanidad, darle carne, latido, química… para que podamos comprenderla de una manera más profunda”.

Le pedimos contarnos sobre la importancia y la preparación de una escena excepcional, en la que la atraviesan por lo menos tres corrientes sentimentales fuertes: el matrimonio de su hija. O’Reilly comparte que esa boda “es una oportunidad no solo para darle desarrollo al personaje, también para entender su historia: de dónde viene, cómo creció y la ortodoxia contra la que, quizás, se ha rebelado. En esos tres episodios previos se revela mucha información compleja. Como actriz, esos capítulos me permitieron explorar su relación con su esposo, con su hija, con su primo, con su familia, y, al final, su relación con la rebelión. Ver que la revolución no es solo una idea, sino que implica muerte y asesinato… y ella forma parte de eso. Es un momento de caos profundo para el personaje, y fue fascinante interpretarlo”.

Andor, en definitiva, es televisión que despega en la ciencia ficción. | Foto: Des Willie /Lucasfilm Ltd.

Sin duda, es fascinante de ver, un baile entre el pánico y la aceptación. Antes de despedirlos, le preguntamos a Gilroy por qué su serie tiene diálogos tan devastadores entre madres y sus retoños. Porque en esa escena del matrimonio hay una tremenda, la relación entre Cassian Andor y su madre es crucial, y en varias escenas a lo largo de estas temporadas, Kathryn Hunter interpreta a una madre ácida, que tenaz no se acerca a describir.

“Te diré que mi madre falleció en agosto pasado, y tuve una gran relación con ella, con mis padres, así que no viene de una experiencia personal traumática”, cuenta. “No sé por qué esas escenas fueron tan fáciles de escribir. El material con Leida Mothma y Mon Mothma, por ejemplo, fluyó muy naturalmente. ¡Supongo que crie hijos, y eso influye! He tenido una relación muy feliz con mi familia, pero escribir esas escenas fue realmente divertido”.

Y se siente, porque para la audiencia es brutal, brillante, cautivante. Andor, en definitiva, es televisión que despega en la ciencia ficción, pero que desde su sesuda escritura y grandes actuaciones trasciende géneros, sin importar cuándo o a qué ritmo la vea.

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