Oración a la Virgen de Guadalupe para pedir por la salud y protección de los hijos

Los creyentes encuentran en la oración una buena forma de fortalecerse en la fe, pidiendo diversidad de favores, pero también agradeciendo por beneficios recibidos. Cada uno tiene sus propios santos o seres superiores en quienes confía y los que les pide con mucho fervor.

Una de esas figuras es la Virgen de Guadalupe, cuya historia se remonta al año 1531 en México, cuando la Virgen María se apareció ante un indígena llamado Juan Diego en el Cerro del Tepeyac. La historia oficial indica que allí María le pidió al hombre que construyera una iglesia en su honor.

De igual forma, le dio como prueba de su aparición una imagen impresa en su tilma, una prenda de vestir típica de los indígenas. Desde ese momento se convirtió en un símbolo de la fe católica, tanto en México como en muchas regiones del mundo, entre ellas Colombia.

Su relevancia ha sido mucha, a tal punto que el 24 de agosto de 1910, el Papa Pío X le otorgó el título de “Celestial Patrona de América Latina”. Posteriormente, el Papa Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”, por lo que no son pocos los fieles que confían en sus poderes.

Los seguidores de esta virgen mexicana le piden todo tipo de favores, pues se dice que intercede por muchos de ellos. Una de las solicitudes que con frecuencia se le hacen es por la salud y protección de los hijos. Esta es la oración que se puede invocar para cumplir con este propósito.

Oración a la virgen de Guadalupe por la salud y protección de los hijos

Virgen Santísima de Guadalupe, Reina de los Ángeles y Madre de las Américas. Acudimos a ti hoy como tus amados hijos. Te pedimos que intercedas por nosotros con tu Hijo, como lo hiciste en las bodas de Caná.

Ruega por nosotros, Madre amorosa, y obtén para nuestra Nación, nuestro mundo, y para todas nuestras familias y seres queridos, la protección de tus santos ángeles, para que podamos salvarnos de lo peor de esta enfermedad.

Para aquellos que ya están afectados, te pedimos que les concedas la gracia de la sanación y la liberación. Escucha los gritos de aquellos que son vulnerables y temerosos, seca sus lágrimas y ayúdalos a confiar.

En este tiempo de dificultad y prueba, enséñanos a todos en la Iglesia a amarnos los unos a los otros y a ser pacientes y amables. Ayúdanos a llevar la paz de Jesús a nuestra tierra y a nuestros corazones.

Acudimos a ti con confianza, sabiendo que realmente eres nuestra madre compasiva, la salud de los enfermos y la causa de nuestra alegría. Refúgianos bajo el manto de tu protección, mantennos en el abrazo de tus brazos, ayúdanos a conocer siempre el amor de tu Hijo, Jesús. Amén.