Arte
“Las chicas que pintan”: dos artistas que conquistaron a Colombia durante la pandemia
Carolina García y Sara López se están abriendo campo en el mundo del arte colombiano. En 2020 ganaron importantes reconocimientos con su proyecto ‘Las chicas que pintan’.
La pandemia del coronavirus obligó a múltiples artistas a migrar hacia plataformas digitales para vender sus obras o conquistar a su público. Ante las dificultades del sector, las jóvenes pintoras colombianas Carolina García y Sara López han creado la comunidad Las chicas que pintan, con la que han dado un impulso a sus carreras en medio de los confinamientos. La iniciativa les ha permitido obtener varios reconocimientos entre los que se incluyen premios de convocatorias recientes como Capital Semilla 2020 de la Alcaldía de Medellín y del Fondo Emprender del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) en su país.
Sus triunfos en los concursos nacionales de emprendimiento y cultura las ha posicionado como dos de las pintoras con más proyección en Colombia. Se han dado un lugar en la escena artística nacional por su manejo de técnicas como el óleo, el acrílico, el muralismo y la acuarela.
A pesar de que las dos pintoras estaban relacionadas con el arte desde años atrás, fue durante la pandemia que el proyecto Las chicas que pintan alcanzó un reconocimiento inesperado cuando despuntaba el 2020.
La comunidad que han creado cuenta hoy con casi 7.000 seguidores en Instagram y con un récord de cerca de 70 talleres que han dictado por medios virtuales en medio de la emergencia causada por el coronavirus.
Tendencias
Las chicas que pintan nació en octubre de 2019 en medio de un festival de arte en la playa de Tierra Bomba, cerca a Cartagena, cuando Sara y Carolina reconocieron el talento de cada una y decidieron unir fuerzas para construir una comunidad de personas que, como ellas, quisieran incursionar en la pintura.
Sara, una apasionada por la pintura de murales en las calles bajo la técnica del muralismo, cuenta que junto a Carolina buscan invitar a las personas a superar sus miedos frente al dibujo y arriesgarse a explorar con el arte.
“Yo, por ejemplo, me encontré con el tema del muralismo en mi casa cuando empecé a imaginarme cómo una pared, convertida en lienzo, se puede explorar para darle vida y llenarla de color”, relata Sara a la Agencia Anadolu.
La joven artista, de 33 años, detalla además que, pese a que el óleo es una de las técnicas que más ha practicado en su vida, con Las chicas que pintan encontró en el acrílico un campo para explorar.
“Consideraba al óleo mi técnica favorita por la versatilidad y el realismo que uno puede lograr, pero el año pasado tuve la posibilidad de trabajar el acrílico y creo que en este momento es la técnica que más disfruto. Me parece muy fluida y fácil de trabajar. Permite la mezcla de colores muy similar al óleo, aunque obviamente con un secado mucho más rápido, lo que me gusta por el dinamismo que ofrece”, explica Sara.
Carolina, de 34 años, tiene sus orígenes en el óleo, al igual que Sara, con el que ha incursionado en el dibujo de retratos, lo que es una pasión heredada de su maestro Leonardo Luque. Disfruta al igual que Sara el muralismo, pero encuentra en la acuarela una técnica con la que sus seguidores y alumnos pueden tener un medio de expresión.
“La acuarela es la técnica que más manejamos en nuestros talleres porque transmite relajación, es fluida, muy fresca y permite mucha expresión de la personalidad. Eso gusta mucho en la comunidad que tenemos construida y que se han convertido en Las chicas que pintan. Cualquier persona que hace parte de esta comunidad y participa en nuestros talleres ya es una chica que pinta”, aclara la artista a la Agencia Anadolu.
Con su trabajo, Sara y Carolina afirman, además, que han buscado ofrecer un respiro por medio de los talleres para que sus alumnos encuentren un espacio para salir del estrés y la ansiedad que ha provocado la pandemia.
“Queremos dar un aporte en este momento que la situación ha sido tan caótica y tan distinta para todos con tanta incertidumbre, estrés y ansiedad”, relata Sara.
Carolina señala, a su turno, que los talleres de Las chicas que pintan se han convertido en un lugar donde las personas “se pueden desconectar y salir de la rutina a través de la pintura”.
Ambas pintoras son unas convencidas de que el arte tiene como beneficio mejorar la calidad de vida de las personas. Tal vez esa filosofía es la que han logrado plasmar en sus murales, cuadros y talleres y lo que les ha permitido ganar los recientes reconocimientos en medio de las difíciles condiciones para el sector de la cultura en la pandemia.
Sara y Carolina son dos artistas emergentes, dos talentos, dos mujeres que con trazos han construido una comunidad a su alrededor de miles de seguidores que reivindican el arte como un medio de expresión para narrar una época en medio del coronavirus. Ellas son Las chicas que pintan.
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