CULTURA

La obra más costosa de la historia, atribuida a Da Vinci, en realidad no sería del artista

Se trata del cuadro “Salvator Mundi” que fue vendido en 2017 por una suma récord de 450 millones de dólares. Sin embargo, recientemente se descubrió que al parecer no fue pintado por el padre del Renacimiento.

25 de noviembre de 2020
La obra más costosa de la historia, atribuida a Da Vinci, en realidad no sería del artista | Foto: BBC

Recientemente salió a la luz un dibujo que sería del maestro Leonardo Da Vinci y que reflejaría cuál es el rostro real de Jesucristo, a pesar de que en múltiples ocasiones se han acercado a él. Sin embargo, ese descubrimiento arrastró una sorpresa para los seguidores del arte: la obra más costosa del considerado como uno de los padres del Renacimiento al parecer no sería de su autoría.

Así lo manifestó la experta Annalisa Di Maria, miembro del comité de expertos en Arte y Literatura del Centro Unesco de Florencia, quien señaló que el cuadro del “Salvator Mundi”, atribuido al genio Da Vinci, sería falso.

Cabe recordar que esa obra fue vendida en la subasta en Abu Dhabi en noviembre de 2017 por la suma récord de 450 millones de dólares (379,5 millones de euros), lo que la convierte en la más cara de la historia. Uno de los argumentos que expuso la experta en arte fue el modo en el que pintaba Da Vinci, pues jamás habría hecho un rostro de frente, aseguró Di Maria.

“De la obra, antes de la restauración, se desprende claramente la gran distancia del trazo, los detalles y la técnica empleada en esta pintura, que en absoluto son imputables a la mano de Leonardo y observando la obra posterior a la restauración, notamos un huella muy diferente a la original, un rasgo demasiado leonardiano que no tenía antes”, aclaró.

“No soy la única que siempre ha dicho que… [ Salvator Mundi ] no fue en realidad de Leonardo”, dijo Di Maria. “[Leonardo] nunca podría haber retratado a un personaje tan frontal e inmóvil”, insistió.

Entre 1763 y 1900 la obra “Salvator Mundi” se esfumó de los radares del circuito artístico y reapareció en 1958, luego volvió a perderse gracias a que la adquirió un coleccionista de Lousiana por 90 dólares y apareció en 2005. Esta es la segunda obra que cae en manos de un coleccionista. “Ver cómo una obra completamente terminada de Leonardo sale a la venta en 2017, hecha en su momento de mayor genialidad, es lo más cercano que puedo imaginar a un milagro en el mundo del arte”, dijo en su momento con entusiasmo Alan Wintermute uno de los funcionarios de la casa Christie’s al New York Post, cuando se consiguió la millonaria subasta.

La extraña desaparición

Un mes después de la subasta, en diciembre de 2017, el Departamento de Cultura y Turismo de Abu Dabi anunció la adquisición del cuadro para exhibirlo en el Louvre local y fijó la presentación para el 18 de septiembre de 2018.

“Después de haber pasado tanto tiempo sin ser descubierta, esta obra de arte es ahora nuestro regalo al mundo”, dijo en ese entonces el presidente del Departamento, Mohamed Khalifa al Mubarak.

“Esperamos con ilusión dar la bienvenida a personas de todo el mundo para que sean testigos de su belleza”. Sin embargo, la exhibición fue cancelada sin que el museo diera explicaciones.

El Departamento de Cultura del emirato no respondió y, según informó en ese momento el diario estadounidense The New York Times, empleados del museo dicen en privado que no sabían dónde estaba la obra. El Louvre de París, que le licencia el nombre al de Abu Dabi, tampoco lo localizó.

Esto le preocupó especialmente al museo francés, que esperaba incluir el cuadro en una gran exhibición prevista para el otoño europeo para marcar el 500° aniversario de la muerte de Da Vinci.

Luego de varios meses de estar perdido, el misterio se resolvió. El cuadro nunca fue localizado porque se encontraba en el yate de del príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman. No estaba en un mal lugar, pues el yate cuyo interior alberga la pieza del genio italiano es otra de las joyas del patrimonio del príncipe heredero. Se lo compró en el estío de 2015 a Yuri Shefler, un magnate ruso que vende vodka en 160 países. La transacción rondó los 500 millones de dólares.