Historia
La egiptóloga colombiana que busca resolver un enigma histórico
Su currículum fue uno de los 12 seleccionados entre las 5.000 solicitudes que recibió el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto de Madrid.
“Estoy muy agradecida de que la convocatoria se abriera a todo el mundo y eso hizo que pudiera llegar también hasta Latinoamérica”, le cuenta Elizabeth Noreña desde su casa en Medellín, Colombia, a BBC Mundo.
Esta egiptóloga colombiana egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana formará parte de un equipo compuesto por arqueólogos, antropólogos, historiadores y restauradores de arte.
Viajarán a Luxor, en el sur de Egipto, para tratar de resolver uno de los antiguos enigmas a los que la ciencia aún no ha podido dar respuesta.
Hace casi 3.500 años, el faraón Akenatón decidió eliminar todos los dioses del Antiguo Egipto y declarar al Sol como única deidad.
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Con esta decisión desafió las reglas y la cultura que habían permanecido invariables durante 1.500 años. Algunos historiadores lo apodaron “el faraón hereje”.
Fue un cambio de enorme calado. ¿Pero realmente comenzó con Akenatón?
Existe un vacío de conocimiento y documentación de lo que ocurrió en una de las épocas más turbulentas y de mayor esplendor de la civilización egipcia.
Pero la historia del visir Amenhotep-Huy, la mano derecha del faraón Amenhotep III —padre de Akenatón—, puede arrojar luz sobre todo esto.
En esta entrevista con BBC Mundo, la egiptóloga nos cuenta qué espera encontrar el equipo en la tumba de un visir.
¿Cuántos misterios quedan por resolver del antiguo Egipto?
Es un número que no podría darte ningún egiptólogo, antropólogo o arqueólogo.
En la tierra de los faraones, el antiguo Egipto o Kemet, como lo llamaban ellos, su tierra negra, se siguen encontrando más y más cosas.
Solo hay que fijarse en los hallazgos en Sakkara del año pasado, finalizando 2020, cuando los arqueólogos egipcios dieron con 50 sarcófagos del Imperio Nuevo que tienen al menos 3.000 años de antigüedad.
O el descubrimiento hace varias semanas de la “Ciudad dorada perdida” en Luxor. Una ciudad escondida bajo la arena que se encuentra en buen estado y que halló el equipo del arqueólogo Zahi Hawas.
Cada dos o tres meses hay nuevas noticias. La civilización egipcia tiene 3.500 años de historia. Fue un poderoso imperio por lo que creo que aún nos faltan muchas cosas por descubrir.
Decir un número exacto sería algo muy pretencioso. Es imposible saberlo.
¿En cuál de esos misterios se va a centrar tu expedición?
La excavación se realizará en la tumba del visir Amenhotep-Huy.
La figura del visir en el Antiguo Egipto equivale a lo que hoy sería un primer ministro. Era la mano derecha del jefe del Estado, que en aquel momento era Amenhotep III, padre de Akenatón.
La misión estará dirigida por Teresa Bedman y Francisco Martín Valentín, del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto de Madrid.
Estoy muy agradecida de que la convocatoria se abriera a nivel mundial. Eso hizo que pudiera llegar también hasta Latinoamérica.
Sé que presentamos nuestra candidatura alrededor de 5.000 personas y que solo 12 personas fuimos seleccionadas. Y como colombiana, como latinoamericana, saber que puedo hacer parte de un equipo tan preparado, tan profesional, es un honor.
La tumba está ubicada en el lado oeste de Luxor.
¿Por qué es importante?
El período de cinco a seis años durante los que el rey Amenhotep IV, también conocido como Akenatón, tuvo su residencia en Tebas, antes de trasladarse al Amarna, está hoy en la más completa oscuridad para el mundo de la egiptología.
Lo que conocemos del mundo antiguo como Tebas sería en la actualidad Luxor. Por eso vamos allí.
Akenatón, conocido como el “faraón rebelde”, lo cambió todo al llegar al poder. Todo el culto tradicional que había en Egipto, los dioses, el culto politeísta, lo cambió a una sola divinidad, al culto al dios Atón, el dios Sol.
El equipo tratará de develar también si este cambio religioso que digamos la historia lo ha concentrado en Akhenatón, pudo empezar antes, con su padre.
Creemos que este visir, que estuvo en los últimos años de reinado del padre y en los primeros años del reinado del hijo, puede darnos respuestas de un momento del imperio bastante agitado.
¿Cuál será tu rol en el equipo?
Cada persona tiene una función particular dentro del equipo.
Los arqueólogos son los primeros en dar indicaciones para comenzar con la excavación, los restauradores de arte se encargan de reparar las piezas encontradas y los egiptólogos, como yo, estamos encargados de investigar, analizar e ir ubicando en la historia todo lo que se vaya descubriendo.
Las piezas que se descubran en esta excavación se exhibirán en el nuevo Gran Museo Egipcio de El Cairo, pero ¿tendrán tiempo para estudiar las piezas y desvelar lo que pasó en ese periodo de la historia?
Supimos por los directores de la misión que algunas de las piezas irán al gran museo, pero no todas van a ser exhibidas en museos y esto es importante aclararlo.
El Ministerio de Antigüedades y la Policía en Egipto son muy rigurosos en (lo que tiene que ver con) todos los permisos.
El equipo de la misión va a trabajar y a vivir junto.
Durante el proyecto, solo podemos ir con el equipo y con los directores en las salidas que estén programadas.
No puedes salir como un turista individual. Hay protocolos de seguridad estrictos.
¿Ha frenado la pandemia el tráfico y contrabando de antigüedades?
Puede que la pandemia sí lo haya frenado, pero también trajo un desequilibrio económico a nivel mundial.
Y podemos pensar que en algunas zonas habrá habido menos y en otras al contrario, que hayan aprovechado el momento coyuntural para para hacer este gran daño. Porque privar a la humanidad de ese legado es un gran daño.
¿Cómo es que en Medellín existe el único Palacio Egipcio en toda Latinoamérica?
Pues para los antioqueños es un monumento muy importante. Y en estos días, con los recientes descubrimientos hemos detectado un aumento del interés por conocer este lugar en Medellín, que está cerca de cumplir 100 años.
Fue el señor Fernando Estrada, que era un visionario para su época, quien mandó construir el palacio a finales de la década de los años 20. Data de 1928.
Estrada estudió astronomía en la Universidad de la Sorbona, en París, y era un apasionado de Egipto por su mitología, por sus dioses, por la historia de sus monarcas, de los faraones.
La arquitectura de los templos lo deja perplejo y logra acceder a los planos originales de varios de los templos en Egipto.
¿Y decide hacer una réplica?
Contrata a personas especializadas en arte egipcio, arquitectos e incluso extranjeros que hicieron la estructura del palacio.
Imagínate la novedad de entonces.
El patio central se asemeja al templo de Luxor y el pórtico es la representación de la entrada de un templo que está dedicado a la diosa Hathor, la hija del dios del Sol. Es realmente hermoso.
Infortunadamente, cuando Fernando Estrada falleció, su familia no se quedó con el palacio y comenzó a pasar por diferentes manos.
Durante algún tiempo incluso estuvo abandonado, hasta que en 2016 comenzó el proceso de recuperar el espacio de las ciudades.
La alcaldía y otras organizaciones del sector privado hicieron las gestiones para restaurar el lugar, que ahora acoge ciclos de conferencias y otras actividades culturales como el Festival Árabe Internacional.
Tu blog, estrenado durante el confinamiento, ha aumentado el interés por el Antiguo Egipto. ¿En qué parte de la historia está más interesada la gente?
En mis cursos online tengo la fortuna de que tengo estudiantes no solo de Colombia, sino de Uruguay, de Argentina, de México, de España y he tenido estudiantes desde Australia, latinos que están en allá.
Los confinamientos provocaron un salto en las prácticas educativas.
La educación virtual siempre ha existido, pero en esta época es cuando más la hemos visto avanzar hacia ese mundo virtual de aprendizaje.
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