¿Koalas, rumbo a la extinción? 5 cosas para salvarlos

Luego de los voraces incendios forestales en Australia, en los que las hectáreas de bosque se tardan en recuperar, la preocupación ahora está centrada en los koalas, la especie que resultó realmente afectada por este evento natural.

Tanta fue la afectación que expertos están considerando si estos animales deben ser incluidos en la lista oficial como en peligro de extinción. Pero no solo los incendios han sido la causa de que ahora se retome esa consideración, sino también la reciente destrucción de su hábitat.

Inclusive, The Guardian señaló que la Corporación Forestal de Nueva Gales del Sur, de Australia, podría enfrentar multas de más de 1 millón de dólares por la supuesta tala ilegal de árboles en áreas protegidas, incluido el hábitat de los koalas.

La Autoridad de Protección Ambiental de Nueva Gales del Sur dijo que había iniciado cinco juicios contra la agencia forestal estatal en el tribunal de tierras y medio ambiente por presuntas infracciones de su licencia en un bosque.

Así mismo, la Corporación Forestal fue acusada por presunta tala ilegal de árboles en zonas de exclusión y áreas protegidas en el bosque estatal de Wild Cattle Creek en 2018. Además, se enfrenta a dos cargos por zonas de tala consideradas hábitat de “alto uso” para los koalas, y cada delito conlleva una multa máxima de 440,000 dólares.

La autoridad también alega que la agencia forestal talaba la selva tropical protegida y talaba árboles dentro de una zona de exclusión que rodea la selva tropical templada cálida.

La directora ejecutiva interina de la EPA, Jacqueleine Moore, dijo que era inaceptable poner en peligro especies vulnerables, como el koala, al romper las reglas. “Contamos con procedimientos estrictos para proteger la vida silvestre, y si se ignoran, estos animales pueden verse amenazados”, dijo Moore.

Sin embargo, la especie, que actualmente figura como vulnerable según las leyes ambientales nacionales, se encuentra entre los 28 animales que incrementar mejorar su estado de amenaza, según afirmó la ministra federal de Medio Ambiente de Australia, Sussan Ley.

Así mismo, la funcionaria pidió al comité científico de especies amenazadas que complete sus evaluaciones para octubre del próximo año.

La evaluación al koala se aplicará a las poblaciones combinadas de esta especie en Nueva Gales del Sur , Queensland y el territorio de la capital australiana, donde más del 10 por ciento de la población se vio afectada por incendios forestales.

Los grupos ambientalistas, que nominaron a la especie para una lista en peligro de extinción, dijeron que las ya severas disminuciones de las poblaciones se habían agravado por el desastre de los incendios forestales de 2019-2020. Inclusive el año pasado, varias oenegés y grupos ambientalistas alertaron que “no hay más de 80,000 koalas en Australia”.

“Damos la bienvenida a la priorización para el koala, pero también esperamos que el proceso pueda acelerarse y el koala aparezca como en peligro de extinción antes de octubre de 2021”, dijo Nicola Beynon de Humane Society International.

Por su parte, Josey Sharrad, del Fondo Internacional para el Bienestar Animal, dijo que los koalas en la costa este de Australia estaban “deslizándose hacia la extinción” y que se necesita una acción inmediata para sacar a la especie del borde del abismo.

Una reciente investigación parlamentaria de Nueva Gales del Sur encontró que los koalas se extinguirían en el estado para 2050 sin una intervención urgente para proteger el hábitat y ayudar a la especie a recuperarse.

Expertos y ambientalistas hacen un llamado para salvarlos de la siguiente manera: por parte de acciones locales con la reforestación de las zonas habitadas por los koalas, para garantizar el éxito de suficientes poblaciones viables, que esté combinada con una política activa que frene la destrucción de los bosques consecuencia de la tala masiva, promovida por la industria maderera y por la agricultura.

Por otro lado, se debe detener el calentamiento del planeta. Los koalas no pueden tolerar más de 3 o 4 días de calor extremo continuado, que sí se producen durante las cada vez más frecuentes olas de calor.