NOTRE DAME

Notre Dame: así se recuerda el incendio de la Catedral seis meses después

Hace seis meses, durante nueve horas se luchó para salvar de las llamas a la Catedral de Notre Dame, uno de los monumentos arquitectónicos más emblemáticos de todo el mundo. Así fueron los dramáticos momentos.

8 de octubre de 2019
El incendio en la catedral de Notre Dame de París declarado el 15 de abril de 2019. Foto: AFP/Archivos / Fabien Barrau | Foto: AFP

Aquel lunes 15 de abril, cuando suena una alarma en la catedral de Notre Dame, nadie se preocupa. Los entrenamientos de seguridad y las falsas alertas son frecuentes en este lugar turístico de la capital. "Eran las 6:23 de la tarde", recuerda André Finot, responsable de comunicación de Notre Dame quien, siguiendo las normas, se dirige al interior para ayudar al personal de seguridad a evacuar a los turistas y a los fieles que asistían a la misa del Lunes Santo, inicio de la semana de Pascua.

La iglesia se vacía tranquilamente mientras resuenan los mensajes de evacuación en varios idiomas. No hay pánico. El sacerdote que estaba celebrando la misa ni siquiera se molesta en salir del templo. "Esperamos unos 10 minutos (fuera) y luego nos dijeron: ‘Los fieles pueden volver‘", cuenta Michèle Chevalier, una mujer de 70 años que acude a menudo a las misas de Notre Dame. La ceremonia se reanuda, a oscuras y sin micrófono porque no hay electricidad. "De repente se oye a una mujer gritar: ¡Hay que salir! ¡Hay que salir de aquí!", recuerda Chevalier.


Gráfico en 3D de la catedral de Notre Dame de París, con el detalle de las etapas del incendio y las partes destruidas. Foto: AFP / Sophie Ramis

André Finot se ha quedado fuera del templo y "hacia las 6:46 de la tarde" ve un poco de humo gris que sale de entre las dos torres. Decide dar la vuelta a la catedral y ve "un humo bastante denso procedente de la flecha".

En ese momento, un agente de vigilancia de la catedral le envía una foto al teléfono que confirma su miedo. "Hay llamas, llamas enormes, en el bosque".

Escuche el pódcast que narra esta histórica tragedia

Llamas que devoran el tejado

El "bosque" es la estructura de la catedral, bautizada así por el gran número de vigas utilizadas, cada una procedente de un árbol diferente. Tiene más de 100 metros de longitud, 13 metros de ancho en la nave y 40 en el transepto, y 10 metros de altura.

Según fuentes cercanas a la investigación, el primer mensaje de alerta de incendio llega a los servicios de seguridad de la catedral a las 18H18. El mensaje indica una zona concreta de la parte superior de la nave y la sacristía, seguido de un código de letras y números.

La alerta la recibe un agente que lleva cuatro días trabajando en Notre Dame, que envía a otro agente a verificar sobre la sacristía pero no encuentran ningún fuego. Sin embargo, la persona que recibió la alerta contacta a su superior e intentan, por teléfono y durante varios minutos, aclarar qué está pasando. Finalmente, entienden a qué parte del templo tienen que ir y cuando el agente llega al lugar a las 6:45 de la tarde ve las llamas y avisa en el momento a los bomberos, que llegan a las 7:05. En ese momento, las llamas ya han atravesado el tejado y, atizadas por el viento del este, devoran las vigas, la mayoría del siglo XIII, y funden las 210 toneladas de plomo del tejado.

Llamas y humo en la catedral de Notre Dame de París el 15 de abril de 2019. Foto: AFP/Archivos / Edouard Magrino

Los bomberos tienen que abrirse paso entre la multitud para llegar a Notre Dame. El tiempo parece haberse detenido a orillas del Sena, donde turistas y vecinos miran, espantados y casi hipnotizados, el humo y las llamas que brotan de Notre Dame. La caporal de los bomberos, Myriam Chudzinski, consigue llegar al pie de la catedral y comprende rápidamente que Notre Dame está "totalmente incendiada". Al empujar la puerta que conduce a la parte alta, ella y sus camaradas se encuentran ante una "visión del infierno".

"El techo estaba devorado por las llamas. En el tiempo que usamos para estabilizar las mangueras, menos de un minuto, el fuego había ganado varios metros. Teníamos que retroceder todo el tiempo", explica la responsable de los bomberos. Ariel Weil, alcalde del distrito IV de París, donde se sitúa Notre Dame, llega corriendo "aterrado", junto a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. El rector de la catedral, monseñor Chauvet, se les une, llorando.

"Mi primer pensamiento es evacuar a los vecinos de la calle del claustro", cuenta. Menos de diez metros separan las casas de esta estrecha calle de los muros de la catedral. En el otro lado del edificio, André Finot ha recibido "una lluvia de cenizas" pero regresa al atrio con una "idea estúpida" en la cabeza. "Pensé: ‘No puedo dejar que esto suceda, voy a buscar un cubo de agua‘". Y su teléfono no deja de sonar. "El mundo entero me llama. Doble, triple, cuádruple llamada", cuenta. Y el responsable va respondiendo como puede.


Un hombre es testigo del incendio de la catedral de Notre Dame de París el 15 de abril de 2019. Foto: AFP/Archivos / Geoffroy van der Hasselt

Desde el lugar donde se encuentra, con la fachada de frente, no ve nada. "La parte frontal estaba perfecta así que no entendía lo que estaba pasando". Finot no puede ver la flecha, punto culminante de la catedral, de más de 90 metros de altura, que ya estaba envuelta en llamas.

Tristeza y apoyo mundiales

Durante minutos que se hicieron interminables, las fotos de la impresionante columna de humo, ahora visible en toda la ciudad, y de la flecha ardiendo hacen estallar las redes sociales. Desde todos los rincones del mundo, ciudadanos, políticos y dirigentes envían mensajes de tristeza y apoyo. Las cámaras de televisión llegan a Notre Dame. La iglesia más famosa del mundo, el monumento más visitado de Europa (entre 13 y 14 millones de turistas por año), está en llamas.

Construido entre 1163 y 1345, el edificio ha atravesado los siglos: sobrevivió a la Revolución Francesa, a las dos guerras mundiales, acogió la coronación de Napoleón y los funerales de numerosos jefes de Estado. En Notre Dame transcurre también la historia de amor de Quasimodo y Esmeralda, en la célebre novela de Victor Hugo, que ha sido llevada al cine, convertida en dibujos animados y en comedias musicales. Los campanarios y las gárgolas del templo parisino han sido pintados por Matisse, Chagall y Picasso.

Notre Dame es además el punto cero de Francia, el origen desde el que se miden todas las carreteras del país. La noticia del fuego en Notre Dame llega rápido al palacio del Elíseo. El presidente Emmanuel Macron anula un discurso que tenía previsto esa noche y sale rápidamente hacia el centro de París.

Como las torres gemelas


Los restos de la bóveda de crucería y la cubierta de la incendiada catedral de Notre Dame de París, en una imagen del 17 de julio de 2019. Foto: POOL/AFP/Archivos / Stephane de Sakutin

En el tejado de la catedral, Myriam Chudzinski y sus camaradas luchan sin tregua contra las llamas. La caporal no ve caer la flecha. Tampoco oye el grito de terror de la muchedumbre que asiste en directo a la tragedia. En el atrio tampoco se imaginan lo que está pasando. "Con los árboles y la altura de las torres, la flecha estaba escondida. Pero oímos el ‘Oh‘ (de la multitud)", recuerda el obispo auxiliar de París, Philippe Marsset.

"Fue como cuando se derrumbaron las Torres Gemelas de Nueva York. Nos preguntábamos qué estaba realmente pasando", recuerda Florence Mathieu, que regenta un comercio cercano. Los bomberos que están en el edificio reciben la orden de retirarse. Llegan refuerzos de toda la región parisina. En total, 600 bomberos están trabajando contra el avance del fuego en la catedral.

El jefe de la brigada de bomberos de París (BSPP), el general Jean-Claude Gallet, resume la situación al presidente Macron, que acaba de llegar, a los pocos ministros presentes y a los representantes y responsables religiosos, reunidos en una sala de la prefectura de policía. El tejado está perdido. Ahora hay que detener el avance de las llamas que ya rozan el campanario norte, donde se encuentran ocho campanas que pesan cada una entre 780 kg y 4 toneladas. En la torre sur hay otras dos campanas, la más grande pesa 13 toneladas.

Si las vigas y las planchas de madera ceden, las campanas caerán y arrastrarán con ellas la bóveda. Probablemente sería el fin de Notre Dame y habría que lamentar víctimas.

David contra Goliat

Comienza entonces la "batalla para salvar los campanarios". Se organiza un comando de unos 20 bomberos que debe regresar a la torre norte sin ninguna garantía sobre su propia seguridad.

Su misión es apagar los focos de fuego en la estructura, poner agua de forma preventiva en las partes que no están ardiendo y crear una cortina de agua entre el fuego del tejado y el campanario norte.


El interior de la catedral de Notre Dame de París, antes (arriba) y después (abajo) del incendio del 15 de abril de 2019. Fotos: AFP/Ludovic Marin

Otros bomberos rodean el monumental edificio y los apoyan con mangueras, que parecen insignificantes frente a las insaciables llamas. "Es David contra Goliat", resume monseñor Marsset. En la parte trasera del edificio se libra otra batalla, la de salvar el patrimonio. Notre Dame alberga el "tesoro", compuesto por numerosos objetos de arte y algunas de las reliquias más importantes del catolicismo, entre ellas la santa corona de espinas que habría llevado Cristo, un trozo de la cruz y un clavo.

Desde las 7:30 de la tarde, la alcaldesa Anne Hidalgo movilizó a varias personas para esta operación. Al caer la noche, unos treinta bomberos, policías, conservadores del Louvre y agentes municipales crean una cadena humana desde la sacristía, sacan una por una las obras y llenan tres camiones enviados por el Ayuntamiento de París. "Todos sentíamos que estábamos participando en un momento histórico. Una causa nos unía: salvar estas obras", recuerda Sebastián Humbert, consejero de Anne Hidalgo, que coordinaba las operaciones.

Sillones, candelabros, cuadros, relicarios y cálices pasan de mano en mano hasta llegar a los camiones donde se los registra y protege antes de transportarlos. Las piezas más valiosas, como la corona de espinas y la túnica de San Luis, permanecen en manos de los conservadores "que las transportan como si fueran recién nacidos", cuenta Humbert. Las obras se guardan en el Ayuntamiento de París, cercano a Notre Dame, muchas en una caja fuerte.

Oraciones en la noche

Hacia las 23H00, el general Gallet anuncia la esperada noticia: "La estructura de Notre Dame está a salvo y se ha preservado en su totalidad".

AFP / Philippe LópezLa catedral de Notre Dame París, en una imagen del 4 de octubre de 2019

Pareciera que las oraciones y cantos de los católicos arrodillados en las orillas del Sena han sido escuchados. Monseñor Marsset también oró interiormente, sin rosario ni manos elevadas al cielo. "Aquellos que el Señor podía enviar aquel día no eran ángeles, eran bomberos", recuerda.

El presidente Macron insiste en ir a ver el interior y un pequeño grupo entra en la catedral sumida en la oscuridad. El plomo fundido sigue cayendo por el hueco de la flecha. El humo brota de las piedras y de las vigas y al fondo del templo, en el coro, una cruz dorada resplandece.

"Una atmósfera crepuscular", describe Ariel Weil. "Hay cenizas y escombros, pero lo que llama la atención es que ella está aquí, que ha aguantado". Y muchos abandonan el atrio, aliviados. Los bomberos se quedan para terminar el trabajo.

Poco después de las 3:30 de la madrugada, el fuego, aunque no está totalmente apagado, se declara "completamente controlado". Después de casi nueve horas de lucha, angustia y oración, Notre Dame está a salvo.