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“Espiral”: una novela que confronta e incomoda

En su último libro, Harold Trompetero hace que el lector se cuestione y ponga en perspectiva todas sus certezas. Es una reflexión sobre el miedo a lo que podría pasar, y sobre la posibilidad de ser libre entre cuatro paredes. Aquí una reseña.

Alvaro Vanegas
12 de febrero de 2021
Harold Trompetero. Cortesía de Calixta Editores
Harold Trompetero. Cortesía de Calixta Editores | Foto: Harold Trompetero. Cortesía de Calixta Editores

Razones para escapar, las tenemos todas. ¿Quién puede afirmar, sin sonrojarse o titubear, que no está prisionero, que no debe soportar alguna clase de atadura? Cada día en medio de este caos que llamamos vida, por falta de una definición mejor, está marcado por la necesidad imperiosa de tomar decisiones, y cada decisión, por diminuta que sea, nos lleva a otra decisión, y otra, otra, cada una un eslabón de las cadenas que, muchas veces, son autoimpuestas. El lugar donde vivimos, que nos quita más de la mitad de lo que ganamos, el automóvil que conducimos y que reduce su precio a cada kilómetro, la comida que nos gusta pero engorda y enferma, la persona a la que amamos pero nos exige entregarle cada onza de la humanidad que nos compone.

No obstante, a menudo esas cadenas son invisibles, o simplemente nos hacemos los ciegos. Justificamos nuestro dolor al compararlo con el de los demás y darle valor en una escala que no sabemos quién inventó; magnificamos nuestros anhelos –casi todos materiales– convencidos de un merecimiento que no tiene sustento. Y, lo peor, cuando por fin lo tenemos todo, nos damos cuenta de que, en realidad, no valía la pena recorrer un camino tan largo para obtener algo que, ahora que está a la mano, se volvió paisaje. De esto precisamente habla Espiral, la novela más reciente de Harold Trompetero, conocido en Colombia por ser una de las pocas personas que vive del cine. Y es que sus más de cuarenta largometrajes –entre los que destacan Violeta de mil colores, Diástole y Sístole o Riverside– son la prueba irrefutable de que Trompetero no es un tipo de hablar, es un tipo de hacer; y en esa medida se vuelve a lanzar al ruedo literario con una historia intimista, salpicada del humor negro de Bukowski y el nihilismo de Palahniuk.

Portada de "Espiral" de Harold Trompetero. Cortesía de Calixta Editores
Portada de "Espiral" de Harold Trompetero. Cortesía de Calixta Editores | Foto: Portada de "Espiral" de Harold Trompetero. Cortesía de Calixta Editores

El protagonista, un emigrante en la ciudad de Nueva York, prestigioso abogado, y cuya soledad solo es paliada por una gata blanca y una planta, descubre un buen día que a pesar de haber conseguido el éxito y encontrarse en el pináculo de su carrera, no se siente completo. Y es que se apartó de sí mismo, se olvidó, se perdió entre un dinero que ya no sabe cómo gastar y un trabajo que en realidad no lo satisface. Está vacío y asume, imagina, delira que ese vacío será llenado por una mujer curvilínea a la que conoce por azar, quien igual que él, disfruta paseando a su gata en Central Park como si de un perro se tratara. En ese trasegar dentro de sus propias taras y frustraciones, está siempre a punto de colisionar con una realidad que, aunque se las arregla para evitar a medias la mayor parte del tiempo, termina, de una manera u otra, sobrepasándolo.

Espiral –publicada por la editorial colombiana Calixta Editores– es una novela que confronta, que cuestiona al lector y lo obliga a poner en perspectiva cada una de sus certezas; una historia necesaria en estos tiempos de reflexión obligada, de miedo a lo que podría pasar, de libertad en cuatro paredes.

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