Literatura

De médiums, mercenarias y migrantes: 10 autoras latinoamericanas para poner la mirada

Las exploraciones literarias y estéticas en las narrativas escritas por mujeres en Latinoamérica son diversas y fascinantes. Bookmate comparte esta lista de autoras que resignifican la literatura en la región desde la ciencia ficción, el terror e incluso el realismo en su más pura expresión.

Olmo Juárez González
3 de agosto de 2021
En su catálogo, Bookmate cuanta con obras de Anagrama, Acantilado, Adriana Hidalgo, Akal, Almadía, Antílope, La Bestia Equilátera, Capitán Swing, Cangrejo Editores, Eterna Cadencia, Laguna Libros, Luna Libros, Océano, Periférica, Rey Naranjo y Sexto Piso, entre otras.
En su catálogo, Bookmate cuanta con obras de Anagrama, Acantilado, Adriana Hidalgo, Akal, Almadía, Antílope, La Bestia Equilátera, Capitán Swing, Cangrejo Editores, Eterna Cadencia, Laguna Libros, Luna Libros, Océano, Periférica, Rey Naranjo y Sexto Piso, entre otras. | Foto: Cortesía

Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio / Andrea Chapela (México, 1990). Almadía, 2020

La escritora más joven de esta lista es, sin embargo, toda una veterana que inició su carrera a los quince años cuando escribió el primer volumen de lo que sería una tetralogía, la saga de fantasía Vâudïz. Ahora, con este libro que recopila cuentos que se publicaron en diversos medios, por fin se reúnen 10 relatos de ciencia ficción: la historia de una hacker-mercenaria de la “memoria”, una App de life-coaching que narra la historia de sus usuarios, el destino de la Ciudad de México tras una inundación bíblica causada por el cambio climático. Imaginados como artefactos, estos cuentos son artilugios verbales, semejantes a programas o estructuras arquitectónicas. Y, además, Chapela escribe ensayos, algunos de los cuales han sido reunidos en Grados de miopía (2019).

La escritora argentina Mariana Enríquez.

Nuestra parte de noche / Mariana Enríquez (Argentina, 1973). Anagrama, 2019

Mariana Enríquez ha trazado una obra extraordinaria bajo el signo del terror en libros de cuentos como Los peligros de fumar en la cama (2009) y Las cosas que perdimos en el fuego (2016). Ahora ha alcanzado su cénit con su más reciente novela, Nuestra parte de noche (2019), que narra la travesía de un médium por salvar su vida y la de su familia, amenazado por toda clase de espectros y la violencia de la dictadura argentina. En esta novela monumental, Enríquez ha logrado una suma de sus saberes esotéricos (desde el tarot hasta su enciclopédica erudición sobre lo sobrenatural) y narrativos (desde sagas como las de Stephen King, China Miéville o Jean Rhys, pero también Jorge Luis Borges, Cormac McCarthy o Emily Brontë) que la coloca como una de las escritoras imprescindibles de su generación.

Las voladoras / Mónica Ojeda (Ecuador, 1988). Páginas de Espuma, 2020

Tras el éxito de sus novelas Nefando (2016) y Mandíbula (2018), así como de sus poemarios El ciclo de las piedras (2015) e Historia de la leche (2019), Mónica Ojeda regresó al cuento corto con Las voladoras (2020). En estos ocho cuentos, los títulos (“Sangre coagulada”, “Slasher”, “Cabeza voladora”) ya anuncian los relatos tormentosos que la crítica ha llamado ejercicios de “gótico andino”: una mezcla del horror místico y fantástico con la violencia feminicida tan conocida en muchos rincones de Latinoamérica. Brujas, chamanes, adolescentes vampíricas, rituales y perversiones, restos humanos que se convierten en talismanes, y terremotos recorren estos relatos que por la belleza con que están escritos también podrían leerse como poemas en prosa.

Matate, amor / Ariana Harwicz (Argentina, 1977). Dharma Books, 2019

El año pasado, Ariana Harwicz escribió el título de este libro en un tweet y su cuenta fue suspendida temporalmente por “incitación a la violencia”, poniendo de relieve lo poco que el lenguaje de las redes se conecta con la literatura. No fue la primera vez (y quizá no sea la última) que le pasa a una escritora que gusta de la provocación y la subversión en libros como La débil mental (2014), Precoz (2015) o Degenerado (2019). En el caso de Matate, amor se pone en escena a una familia que se va a vivir a un bosque para escapar de la rutina citadina; la madre –y protagonista de la historia– recibirá un llamado soterrado de esa naturaleza que, más que a una fuga, la invita a regresar a ella. Como en el resto de su narrativa, este libro demuestra que hay cosas de las que no se puede huir.

Eres buena y lo sabes / Paulina Flores (Chile, 1988). Neón, 2020

Paulina Flores se reveló al público chileno con Qué vergüenza (2015), uno de los libros de cuento joven más reconocidos en los últimos años, como por ejemplo con el premio Roberto Bolaño por el relato que titula a toda la colección. Publicó hace poco su primera novela, Isla decepción. Mientras tanto, los lectores pueden conocer un poco de su narrativa en este cuento (parte de la serie Singles de la editorial Neón, dedicada a publicar relatos cortos en forma de libro). Situado en La Serena, una ciudad al norte de Santiago de Chile, Eres buena y lo sabes es una historia de chicas, juventud, infidelidades y sexo increíble. Al tratamiento emocional de los personajes se suma una estructura formal que han convertido a este relato en objeto de culto para numerosas lectoras.

Hecho en Saturno / Rita Indiana (República Dominicana, 1977). Periférica, 2018

El año pasado, Rita Indiana presentó Mandinga Times (2020), casi diez años después del lanzamiento de El juidero (2011), discos en los que funde el trap, el reguetón y el merengue. Y es que Indiana es una artista consumada: entre giras y sencillos ha publicado novelas adictivas como Papi (2011), La mucama de Omicunlé (2015) que la han colocado como una de las voces más importantes de la literatura caribeña contemporánea. En últimas fechas firmó Hecho en Saturno (2018), novela donde Cuba y Puerto Rico, además de escenarios históricos y políticos, se comportan como islas-personaje que ven a los hijos de la revolución convertidos en seres decadentes y contradictorios. Tanto en su música como en sus novelas, la transgresión al lenguaje está garantizada en las obras de Rita Indiana.

"La hija única" de Guadalupe Nettel.
"La hija única" de Guadalupe Nettel. | Foto: Editorial Anagrama

La hija única / Guadalupe Nettel (México, 1973). Anagrama, 2020

Ganadora de múltiples premios, entre los que se encuentran el Herralde de Novela, por Después del invierno (2014); o el Ribera del Duero, por los cuentos El matrimonio de los peces rojos (2013); Guadalupe Nettel se ha revelado también como una editora destacada en la Revista de la Universidad de México, que dirige desde 2017. En La hija única (2020), explora el lado oscuro de la maternidad en tres mujeres (Laura, Alina, Doris) que asisten a los claroscuros de la relación madre-hija. Inquietante pero envuelta en un estilo nítido y elegante, así como el trasfondo autobiográfico que tanto ha caracterizado la obra de Nettel desde el principio de su carrera –sobre todo en El huésped (2006) y El cuerpo en que nací (2011)–, esta novela habla sobre un tema que hasta ahora había sido un tabú.

Crónicas barbitúricas / Karina Sainz Borgo (Venezuela, 1982). Círculo de Tiza, 2020

La obra de Karina Sainz, aunque podría decirse que apenas está comenzado, puede dividirse ya en dos grandes parcelas. Por un lado, la que escribió o se inspira en su vida en Venezuela, compuesta por crónicas como Caracas hip-hop (2007), Tráfico y Guaire (2007) y El país y sus intelectuales (2007). Por otro, sus libros escritos en España y de corte más novelístico: La hija de la española (2019) —bestseller internacional— y más recientemente, El tercer país (2021). Entre esas dos orillas geográficas y de su escritura, están estas Crónicas barbitúricas (2019) que narran su llegada a España, así como otros sucesos transmundanos- y funden lo periodístico con lo personal: el estadio Santiago Bernabéu, encuentros con Miguel Bosé o el juez Baltasar Garzón, y otras correrías en Madrid.

Lo que no aprendí / Margarita García Robayo (Colombia, 1980). Malpaso, 2014

Autora de libros de cuentos como Cosas peores (2014) y Primera persona (2017), de novelas como Hasta que pase un huracán (2015) y Tiempo muerto (2017). Anfibia calificó su obra como “una versión contemporánea y latina de la primera Katherine Anne Porter”, escritora estadounidense cuyas novelas y cuentos tienen un fuerte trasfondo político cifrado en la cotidianidad. Mientras Mercedes Ortega, docente de literatura de la Universidad del Norte, de García Robayo ha dicho que es “una migrante muy anclada al imaginario del Caribe”. En el caso de Lo que no aprendí, la escritora narra la novela desde la perspectiva de Catalina, de 11 años, quien curiosea por los secretos que envuelven a su familia, sobre todo, a su padre, un abogado docto en prácticas ocultistas. Este redescubrimiento del pasado y la infancia resalta por la manera poco condescendiente y descarnada con la que asume la mirada infantil.

Sacrificios humanos / María Fernanda Ampuero (Ecuador, 1976). Páginas de Espuma, 2021

En sus primeros libros, Lo que aprendí en la peluquería (2011) y Permiso de residencia (2013), María Fernanda Ampuero exploró la experiencia migrante, tema que marcó a miles de familias ecuatorianas que viajaron a España a principios de este siglo. Sería hasta la publicación de Pelea de gallos (2018) cuando conocería el éxito internacional con relatos impactantes, como Subasta, un cuento que se ha ganado su propia fama en antología y hasta en ediciones especiales. En Sacrificios humanos, cuenta las vidas de todas esas personas que, ya sea por raza, género, clase o cualquier otra razón, son consideradas —literalmente— desechables. Este libro no solo supera las expectativas, vuelve a poner el acento sobre la desintegración social y política, reconocible en tantos países de Latinoamérica.

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