Filosofía
¿A Byung-Chul Han no le gusta la IA? Pues a la IA tampoco le gusta Byung-Chul Han
Una respuesta de la inteligencia artificial a los ataques del reciente Premio Princesa de Asturias en Comunicación y Humanidades, desde un repaso a su trabajo.

Con motivo de la reciente concesión del Premio Princesa de Asturias en Comunicación y Humanidades al conocido filósofo germano-coreano Byung-Chul Han, The Conversation me ha invitado amablemente a presentar un resumen de los argumentos críticos que plasmé no hace mucho en un artículo que dediqué hace poco a analizar sus obras en una revista académica.
Mientras pensaba en el mejor enfoque con el que abordar el asunto, reconozco haber caído en la tentación de preguntarle a ChatGPT por los principales problemas que se han señalado en la filosofía de Han, y, ¡caramba!, el resultado me pareció que coincidía casi punto por punto con los defectos que yo mismo había criticado, aunque la inteligencia artificial lo escribió en un estilo bastante más escolar y aséptico, sin muestras de la ironía y el gracejo con los que suelo aderezar mis propios escritos (tampoco le había pedido que lo hiciera, en cualquier caso).
Así que, ¿por qué no transmitir justamente ese texto a los lectores? Al fin y al cabo, si hay un filósofo que ha sido crítico con la inteligencia artificial, ha sido Byung-Chul Han, quien, inspirado con toda seguridad en una famosa sentencia de su maestro Martin Heidegger, ha afirmado no hace mucho (no niego que con algo más de razón que este) que “la IA es incapaz de pensar”.
¿No sería justo, entonces, darle a la inteligencia artificial un mínimo derecho de réplica? Pues lo que viene a continuación (excepto los enlaces) es lo que ChatGPT ha contestado, palabra por palabra, cuando le he preguntado por las…
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… críticas principales a la filosofía de Byung-Chul Han
A pesar de la gran acogida popular que han tenido sus obras, especialmente en círculos no especializados, la filosofía de Byung-Chul Han ha recibido críticas desde diversos ámbitos académicos y filosóficos.
Estas objeciones se pueden agrupar en varias categorías: falta de rigor teórico, pesimismo generalizado, repetitividad, y una visión simplificada o tecnófoba de la sociedad digital.
1. Estilo aforístico y falta de sistematicidad
Una de las críticas más frecuentes es su escasa profundidad teórica y la falta de sistematización en sus argumentos. Aunque Han se apoya en pensadores de peso como Heidegger, Foucault o Hegel, muchos académicos consideran que sus interpretaciones son simplificadas o selectivas, más orientadas a la retórica que al desarrollo riguroso de una teoría.
Su estilo fragmentario, aforístico y ensayístico, si bien accesible y sugerente, ha sido visto por algunos como una forma de evitar el debate académico riguroso. Esto ha generado desconfianza entre ciertos sectores de la filosofía profesional, que lo acusan de construir diagnósticos culturales a partir de intuiciones más literarias que argumentativas.
2. Pesimismo cultural y nostalgia conservadora
Otro reproche habitual es el tono marcadamente pesimista que recorre toda su obra. Han suele retratar la modernidad tardía como una distopía dominada por la hipertransparencia, el rendimiento individual y la pérdida del eros. Este enfoque ha sido tildado de nostálgico, incluso conservador, al idealizar formas de vida pasadas sin ofrecer alternativas viables. Su elogio de la lentitud, el silencio, el secreto y la negatividad ha sido interpretado como un deseo regresivo, que no tiene en cuenta las oportunidades emancipadoras de la digitalización o la democratización del conocimiento.
3. Reduccionismo tecnológico
Han ha sido criticado también por su visión tecnófoba o reduccionista del papel de la tecnología. En obras como En el enjambre o Psicopolítica, tiende a asociar internet y las redes sociales con una degradación de la vida humana, eliminando matices o posibles usos positivos.
Este encuadre ha sido considerado uniliteral y alarmista. Por ejemplo, al señalar que la transparencia digital destruye la confianza, omite los contextos en que la visibilidad puede empoderar a colectivos marginados o denunciar abusos de poder. Sus análisis rara vez exploran la posibilidad de una reapropiación crítica de la tecnología.
4. Diagnóstico abstracto y escasa base empírica
Otra crítica se refiere a la generalidad de sus diagnósticos. Han escribe sobre “la sociedad” o “el sujeto contemporáneo” como si existiera una única experiencia social homogénea. Sus textos apenas consideran las diferencias de clase, género, raza o geografía, lo que debilita su valor como teoría social.
En este sentido, muchos sociólogos o antropólogos señalan que Han no se basa en datos empíricos ni en estudios de caso, por lo que sus conclusiones corren el riesgo de ser meramente anecdóticas o eurocéntricas. La experiencia del “cansancio” o la “autoexplotación”, por ejemplo, no se da del mismo modo en distintas culturas o sectores sociales.
5. Repetición temática y escasa evolución filosófica
Con el tiempo, también se le ha reprochado una cierta repetitividad. Muchos de sus libros giran en torno a las mismas ideas: la crítica al rendimiento, la pérdida del otro, el exceso de positividad. Aunque cambia el enfoque o el vocabulario, sus obras posteriores no desarrollan de forma sustancial nuevas propuestas ni corrigen las anteriores.
Algunos críticos señalan que Han ha construido una especie de “marca” o estilo reconocible que repite con ligeras variaciones, lo cual le ha funcionado bien comercialmente, pero lo aleja del desarrollo filosófico serio.
En resumen (¡y esto ya no lo escribe ChatGPT!), el principal problema de la filosofía de Byung-Chul Han es que, aunque es un autor que ha conseguido sintonizar maravillosamente con un buen número de preocupaciones de los humanos del tardocapitalismo, podemos decir que sus ideas pecan, por un lado, de un exceso de simplicidad, y por otro, de falta de contrastación con datos y análisis más rigurosos de la compleja y multifacética sociedad contemporánea.
Disclaimer: El autor de este artículo admite que para su elaboración ha hecho un uso limitado pero responsable de la inteligencia natural.
*Catedrático de Filosofía de la Ciencia, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia.
This article is republished from The Conversation under a Creative Commons license. Read the original article.