INVERSIÓN EN NIÑEZ Y JUVENTUD

Invertir en la infancia y la juventud: el gran logro de Boyacá

La actual administración departamental es pionera en el desarrollo de políticas y estrategias que garantizan los derechos de niñas, niños y adolescentes. Estos son algunos de principales logros de este cuatrienio.

20 de noviembre de 2019
Boyacá tiene una de las tasas de vacunación infantil más altas del país. | Foto: Gobernación de Boyacá.

Uno de los hechos más relevantes de 2019 fue la celebración del bicentenario de la Independencia de Colombia. La conmemoración era la mejor oportunidad para destacar el papel de Boyacá en la historia nacional, recordar la cultura y las cualidades de sus ciudadanos, y destacar la valiosa función que cumplen y cumplirán los jóvenes que crecen en estas tierras. De hecho, las políticas que implementó la administración departamental durante este cuatrienio estaban basadas en ellos: en cada niña, niño y adolescente que habita la región.

Lo dijo el gobernador Carlos Amaya al recordar el eje central de su Plan de Desarrollo: “El objetivo es que nuestros niños carguen un peso más liviano en su espalda, que sus maletas estén llenas de sueños y alegrías, y que su futuro sea más claro”. Esta administración sabía que más allá de celebrar la historia pasada –la del bicentenario– tenía la responsabilidad de velar por quienes son el camino del departamento, todos esos niños que necesitan educación, comida, seguridad y oportunidades.

Fueron muchos los proyectos e iniciativas que llevó a cabo la Gobernación para cumplir con este fin. Era necesario, por ejemplo, garantizar que los niños asistieran a clase. Por eso, 58 municipios del departamento recibieron buses escolares que ayudaron a que los niños, que caminaban hasta cinco horas para llegar a las aulas, pudieran hacerlo en este transporte. El primero de estos vehículos se entregó en Cómbita, en 2017, a través del programa Futuro sobre ruedas.

También se puso en marcha el Plan Alimentario Escolar, que se entregó desde la primera jornada de clases de 2016, e incluso tendrá cobertura hasta los primeros 50 días de 2020. El programa, que incluye la adquisición de alimentos boyacenses para ser preparados en los restaurantes escolares, es reconocido por el Ministerio de Educación como uno de los mejores a nivel nacional; este llegó a todas las instituciones de educación pública del departamento: 2.034 sedes urbanas y rurales.

La Gobernación invirtió cerca de 300 mil millones de pesos en educación y se beneficiaron más de 159.000 niños boyacenses. Pero también se hizo una importante apuesta en la infraestructura, el mejorarmiento y la dotación de las instituciones educativas, que tuvo una inversión de 145 mil millones de pesos. Esta administración pasará a la historia por ser la que más dinero desembolsó con el fin de mejorar las condiciones de escolaridad de los niños.

Y es que han sido muchos los logros del departamento en el campo educativo. Hoy cuenta con modernos centros de desarrollo infantil con dotación didáctica y tecnología. También compartió, a través de la campaña Útiles para crear, cerca de 11.850 kits escolares en sectores rurales, beneficiando a 570 niños y niñas víctimas del conflicto armado. Es más, hasta los lugares más apartados y olvidados llegaron los materiales educativos: 252 contenidos digitales offline se entregaron en 321 sedes rurales. Así se complementa la formación de los menores de edad.

Pero los niños, además de educación, necesitan que se les garantice su derecho a la salud. Boyacá tiene una de las tasas más altas de vacunación en el país, cuenta con una cobertura del 101,6 por ciento en terceras dosis de pentavalente, en menores de un año (incluyendo a los niños venezolanos que migraron al país). Adicionalmente, las campañas para prevenir los embarazos adolescentes dieron sus frutos. En 2015 hubo 2.956 casos y en 2018 disminuyeron a 596. Y también la tasa de mortalidad en menores de cinco años disminuyó: de 11,3 por cada mil nacidos vivos en 2015, a 10,7 en 2017.

El departamento es pionero en programas científicos y de apropiación del conocimiento en epigenética y neurodesarrollo. Estos buscan garantizar los derechos de las madres gestantes y las buenas condiciones de salud de los menores de cinco años; para este fin se invirtieron más de 3.000 millones de pesos.

La violencia es otra de las problemáticas que afrontan los menores del departamento y del país, en general. Se lograron buenos resultados con la estrategia Creemos una tierra amiga y libre de violencias para los niños, que contó con la asistencia técnica del ICBF. En 2015 los incidentes violentos contra la primera infancia, la infancia y la adolescencia sumaban 98 por cada 1.000 habitantes; en 2018 se registraron 66. En esos mismos periodos también se registró un descenso de la cifra en un rango de edad de niños entre los 5 y 11 años: fueron 120 casos por cada 1.000 habitantes en 2015; y 94, en 2018.

Otro de los logros significativos de Boyacá en este cuatrienio fue la reducción de la pobreza en 8,8 puntos porcentuales, lo que incide directamente en las familias boyacenses y, especialmente, en la niñez.

Finalmente, hay que destacar que el departamento se ha encargado de que los niños tengan asegurado su derecho a la participación. En la Mesa Departamental de Niños, Niñas y Adolescentes se destacó la incidencia de esta población en el marco de la Cumbre de alcaldes y alcaldesas, y en la Cumbre de gobernadores de 2019. Aquí las nuevas generaciones cumplen un papel protagónico en la nueva historia de los boyacenses y, claro, del país.