OPINIÓN

¿Qué tan cerca está Colombia de formalizar la industria de las esmeraldas?

Más de lo que pensamos, eso asegura Carlos Cante, viceministro de Minas y Energía. En este texto detalla qué pasos se han dado para extraer de forma responsable nuestra gema más representativa.

Carlos Andrés Cante Puentes*
6 de agosto de 2018
A través de la Federación Nacional de Esmeraldas se han realizado proyectos de caracterización de la cadena de valor de gemas. | Foto: León Darío Peláez

En los últimos años el sector esmeraldífero colombiano se ha transformado y esto ha incidido en mejores condiciones de vida para los pobladores de las zonas ricas en estas gemas. Pero aún hay pequeños mineros tradicionales decididos a encontrar una verde esperanza, una esmeralda que les permita cambiar su vida. Entre 2014 y 2015 se censaron 4.068 barequeros dedicados al sector esmeraldífero.

Para ellos hemos desarrollado diferentes mecanismos que les permitan formalizar su actividad y prepararla bajo parámetros técnicos, ambientales, sociales, laborales y económicos.

Para transformar el sector es clave avanzar en la formalización de la industria. Esto no solo implica el trabajo con quienes extraen las gemas, también involucra a otros actores de la cadena de valor de la esmeralda: mineros, comercializadores, joyeros y exportadores.

El Ministerio de Minas y Energía, a través de la Federación Nacional de Esmeraldas de Colombia (Fedesmeraldas), y con recursos del Fondo Nacional de Esmeraldas ha adelantado proyectos de caracterización de la cadena de valor de la piedra. Además, ha ofrecido acompañamiento integral, identificación e implementación de alternativas productivas y acompañamiento a comerciantes y comisionistas.

Las esmeraldas colombianas se producen en Boyacá y Cundinamarca, donde hay 320 títulos vigentes, allí se encontraron 301 unidades de producción minera. Además, se identificaron otras 34 alternativas productivas articuladas a la cadena de valor de la minería, por ejemplo, fabricación y conservación de dulces y conservas artesanales, taller de confecciones y distribución de dotaciones; siembra de aguacate hass, cítricos, cacao, lulo, guanábana y tomate cherry; centro de acopio y comercialización de fruta fresca; y empresas de servicios ambientales y pequeñas obras civiles, entre otros.

Lo anterior es una muestra de los esfuerzos de articulación del gobierno con diferentes entidades para promover la formalización de la industria esmeraldífera, en la que coexistan las grandes compañías y la voluntad de los pequeños mineros por mejorar sus prácticas, lo que permitirá el ejercicio de una actividad formal, regulada y fiscalizada, en la cual autoridades y comunidades vigilen el desarrollo de una minería bien hecha.

*Viceministro de Minas.