Expresidente Álvaro Uribe advierte sobre el “discurso político” de la fiscal que lleva su caso

El expresidente Álvaro Uribe Vélez puso de presente su preocupación ante las frases que ha emitido varias veces la fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia, Marlene Orjuela, en las audiencias que se celebraron esta semana.

“Siempre me preocupa el interés de la señora fiscal en referirse a la opinión pública. Varias veces dice ‘para que sepa la opinión pública’ y esto parece más un interés de discurso político que de audiencia judicial”, aseveró el exmandatario.

Igualmente, puso de presente su queja por la negativa de la recusación radicada contra la fiscal Orjuela, quien habría llegado al ente investigador de la mano de Eduardo Montealegre Lynett, una de las víctimas reconocidas en este juicio y quien ha hecho todo tipo de manifestaciones en contra del expresidente Uribe.

Considera que por hechos menos grave fue alejado del estudio de una acción de tutela el magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, Ramiro Riaño Riaño, quien su esposa laboró en la Fiscalía General durante la administración de Montealegre.

“Hay una asimetría. Al magistrado Riaño le aceptaron el impedimento porque su esposa o compañera había sido nombrada por el doctor Montealegre. Llama mucho la atención que, ante circunstancias más que iguales, en ese caso favorecían y en este desfavorecen, no se acepte el impedimento de la señora fiscal”.

En otra intervención, durante la audiencia, el expresidente dejó otra constancia sobre la necesidad de separar el discurso político del jurídico.

“Si el acusado Uribe Vélez confirma lo que acaba de decir el doctor Granados, y espero que la manera como yo he acudido a este juicio sirva para que en Colombia se deslinden el derecho y la política”, enfatizó.

El juicio contra el expresidente Uribe continuará el próximo 3 de marzo con la declaración del abogado Héctor Romero, quien representó al exparamilitar Juan Guillermo Monsalve y a Deyanira Gómez, siendo la persona encargada de ingresar uno de los dos relojes espía a la cárcel La Picota, en Bogotá.