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Ernesto Samper, el expresidente más cercano a Gustavo Petro, reconoció que la consulta popular, tal como está planteada, “afectaría la institucionalidad”

Por eso, el exmandatario pidió que se apruebe la reforma laboral en el Senado.

17 de junio de 2025, 2:32 p. m.
El presidente Gustavo Petro y el expresidente Ernesto Samper.
El presidente Gustavo Petro y el expresidente Ernesto Samper. | Foto: Twitter: @petrogustavo

Ernesto Samper, el expresidente más cercano al Gobierno de Gustavo Petro, se subió al bus de los exjefes de Estado que estiman que la consulta popular, tal como la convocó el actual presidente, afectaría la institucionalidad en Colombia.

Este martes, 17 de junio, cuando el Senado se alista para votar los últimos 15 artículos más controvertidos de la reforma laboral, Samper hizo votos para que el proyecto se apruebe en su totalidad y se evite la consulta popular que, a su juicio, no está bien planteada.

“Espero que la conciliación de la reforma laboral, que debe producirse esta semana en el Congreso, evite —como lo ha insinuado el ministro Armando Benedetti— la convocatoria de la consulta popular que, como está planteada, afectaría la institucionalidad colombiana. Todo depende de la disposición de los senadores de la oposición para avanzar hacia una reforma más justa y equilibrada socialmente, y del sentido de responsabilidad de los amigos del Gobierno para salirse del dilema del todo o nada”, dijo el expresidente.

Samper ha sido prudente frente a la consulta. Recientemente, le dijo al diario El Tiempo que “no se le debe negar al Gobierno el derecho a la consulta, siempre que cumpla las condiciones para convocarla”.

Y es que más allá de su contenido y el trasfondo de la consulta popular, este mecanismo fue derrotado en la Plenaria del Senado por escasos dos votos.

Aun así, Gustavo Petro, alegando errores en la votación y señalando de supuesta “trampa”, firmó un decreto y le pidió a la Registraduría que convoque las elecciones para el 7 de agosto de 2025. Esa movida jurídica y política encendió las alarmas y promete un choque de trenes entre el Consejo de Estado y la Corte Constitucional.