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Atentado contra Miguel Uribe Turbay: la familia se aferra a Dios y a la ciencia en la Fundación Santa Fe, mientras el senador lucha por su vida

En la noche de este lunes, la familia ora con los seguidores de Miguel Uribe en la Fundación Santa Fe.

10 de junio de 2025, 1:35 a. m.
Dios y la ciencia, el consuelo de la familia de Miguel Uribe Turbay
Dios y la ciencia, el consuelo de la familia de Miguel Uribe Turbay | Foto: FOTO1: AUTOR ANÓNIMO/FOTO2: AUTOR ANÓNIMO.

Dos días después del atentado sicarial contra la vida del senador por el Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, en la localidad de Fontibón, en Bogotá, la familia del joven político no tiene otra alternativa que aferrarse a Dios y a la ciencia desde la Fundación Santa Fe donde él recibe atención médica.

Los bogotanos que han llegado hasta el lugar han acudido al Santo Rosario para pedirle a Dios que le permita a Uribe Turbay superar la cirugía a la que fue sometido, tras el ataque. Varios de ellos han llevado imágenes de vírgenes, santos, camándulas y otros elementos religiosos con los que oran desde la parte externa del centro asistencial.

María Carolina Hoyos, la hermana del senador, se arrodilló durante varios minutos en los pasillos de la Santa Fe a orarle al Divino Niño Jesús de Praga. La familiar cree en los milagros y le pidió a Irma Sus, una de sus amigas, que trasladara la réplica hasta el centro médico donde permanece su hermano.

Esta nueva prueba la vamos a superar juntos, Miguel. Nuestra mamá está a tu lado, con todos los ángeles, velando por ti en esa cama de clínica. Ella no se apartará de ti hasta que el milagro se haga realidad”, expresó María Carolina recientemente en sus redes sociales.

Por su parte, María Claudia Tarazona, la esposa del senador, ha orado en los pasillos de la Santa Fe y lo ha hecho junto con las personas que siguen concentradas esperando noticias de la evolución del congresista.

La familia insiste en “un milagro” porque los pronósticos médicos de la Fundación Santa Fe no son alentadores, al menos, hasta la noche de este lunes.

Aún así, hay vida. Y hay esperanza.