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¿Qué significa que no quiera tender su cama, según la psicología?
Este hábito puede tener múltiples significados que van más allá de la simple pereza o falta de tiempo.

Desde temprana edad, uno de los hábitos cotidianos del hogar que más suelen inculcar muchos padres es el hecho de tender siempre la cama al levantarse, pues se entiende como una rutina que incentiva al orden, la responsabilidad y estimula el bienestar general.
Sin embargo, a muchas personas les cuesta mantener esta costumbre sin importar la edad, por lo que expertos en psicología han intentado analizar a qué responde esta negación frecuente por mantener una cama con las cobijas en orden todos los días.
De acuerdo con diversos especialistas de esta área, que intenta descifrar los significados detrás del comportamiento humano, este pequeño gesto puede tener múltiples interpretaciones que van más allá de la simple pereza o falta de tiempo.
En primer lugar, puede reflejar una rutina matutina más relajada o incluso una ausencia de estructura rígida en la vida diaria, indicando una personalidad más flexible y menos rígida con respecto al orden, señala el medio La Razón.
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Asimismo, dejar la cama sin tender puede ser una forma pequeña y simbólica de aplazar tareas, lo que podría reflejar un patrón de postergación en otros ámbitos de la vida que varían según la persona y sus prioridades.
No obstante, para algunas personas, no tender la cama es una forma de expresar inconformidad o resistencia frente a normas sociales o familiares relacionadas con el orden y la disciplina. Es decir, puede ser una forma consciente o inconsciente de rechazar normas impuestas o hábitos tradicionales, indica el portal La 100.
En ciertos casos, no tender la cama es una manera de afirmar el control sobre el propio espacio y decisiones. Para entenderlo mejor, a través de esta pequeña acción se podría simbolizar autonomía frente a expectativas externas.
Lo anterior podría revelar que las personas que siguen este patrón tienden a ser independientes y destacarse por su pensamiento crítico, negándose a la posibilidad de seguir ciegamente una tendencia, una instrucción que se transmite de generación en generación o cualquier norma social que no consideren útiles.
Por otro lado, la psicología indica que la decisión de no tender la cama puede reflejar creatividad, espontaneidad y una mentalidad más abierta o flexible, que prioriza otras actividades o formas de organización distintas a las convencionales.

Si es este el caso, la persona puede valorar más el contenido que la forma, priorizando la funcionalidad sobre la estética para enfocarse más en sus ideas, proyectos o pensamientos, en lugar de darle mucha relevancia a detalles prácticos del día a día.
Otro significado que podría tener este hábito en ocasiones, se relaciona con el estado de ánimo de la persona. Un espacio caótico puede dificultar la concentración y el descanso adecuado, afectando directamente su bienestar. A raíz de esto, aumentan las probabilidades de sufrir de estrés o ansiedad.
En cambio, un entorno ordenado, donde la cama está tendida, despierta una sensación de paz y tranquilidad, promoviendo un estado de ánimo más equilibrado, precisa el portal Tv Azteca.