Cómo
Psicología explica qué pasa cuando una persona parece estar siempre feliz o positiva
Mostrarse positivo puede parecer inspirador, pero no siempre es un fiel reflejo de un bienestar genuino.

En la actualidad, es muy normal encontrarse con una persona que siempre está feliz y que parece que enfrenta los problemas con un optimismo contagioso. Esta actitud puede inspirar a otros, pero tanta felicidad también genera curiosidad sobre lo que ocurre detrás de esa imagen de fortaleza constante.
Desde una mirada psicológica, un optimismo constante puede reflejar un auténtico bienestar emocional, aunque también puede funcionar como un mecanismo para evitar confrontar emociones complejas. En casos específicos, los expertos aseguran que ese positivismo en realidad guarda algo que no pueden o no logran enfrentar.

Según la psicología, una persona altamente positiva tiene problemas con el equilibrio entre optimismo y autenticidad
La psicóloga clínica, Susan David, profesora de la Universidad de Harvard, explicó que la presión por mostrarse siempre feliz o positivo puede llevar a las personas a invalidar sus emociones auténticas, esto puede terminar afectando la salud mental. Esta postura explicada por la experta no quiere decir que el optimismo sea negativo, sino que se debe aprender a convivir con el reconocimiento de sentimientos incómodos.
Si una persona es capaz de equilibrar el optimismo, esto le permitirá encontrar soluciones y así mantener la esperanza sin negar lo que verdaderamente siente. Es por eso que la autenticidad emocional fortalece las relaciones y mejora la resiliencia. No obstante, tener la capacidad de reconocer sentimientos como la tristeza, el enojo o miedo no invalida la capacidad de mantener una visión constructiva de la vida.
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La positividad puede volverse una simulación
Según esta especialista, mantener una actitud positiva puede ser un recurso para evitar diferentes conflictos o protegerse de experiencias pasadas.
- En algunos casos, esta actitud suele ser utilizada para proyectar fortaleza ante los demás, incluso si se está atravesando por momentos difíciles. Esta actitud puede generar que las emociones no expresadas se represen, lo que provoca estrés o ansiedad.
- Ante esta situación, lo mejor es aceptar, entender y procesar las emociones negativas. Esto se relaciona con un bienestar a largo plazo.
- Negar estas emociones en favor de una imagen de optimismo puede generar un efecto contrario y dificultar la adaptación frente a cambios o crisis personales.

Para finalizar, la experta Susan David concluyó que mostrarse positivo puede parecer inspirador, pero no siempre es un fiel reflejo de un bienestar genuino. El equilibrio entre optimismo y autenticidad emocional es esencial para tener una buena salud mental.