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¿Por qué se recomienda lavar las fresas con bicarbonato de sodio? Un truco clave que no debería pasar por alto
Este método ofrece múltiples beneficios a la hora de consumir esta fruta fresca y libre de bacterias.

Las fresas son una de las frutas más versátiles en el mercado, ya que se pueden consumir crudas o cocidas, enteras, troceadas, en jugos, ensaladas o postres e, incluso, hay quienes las convierten en parte fundamental de sus desayunos.
De sus características principales se destaca su color rojo vibrante, jugosidad, sabor dulce y al mismo tiempo ácido, son ricas en vitaminas C, E, K y B6, componentes que ofrecen múltiples beneficios para el organismo.
Sin embargo, para aprovechar sus beneficios, la clave está en lavarlas de la forma correcta, ya que al igual que otras frutas y verduras de consumo habitual, suelen verse muy afectadas por el uso de pesticidas en agricultura, señala el portal CuerpoMente.
Es por esto que diferentes expertos aconsejan lavarlas con bicarbonato de sodio, una sal blanca, cristalina y soluble en agua, conocida por su capacidad para liberar dióxido de carbono al mezclarse con ácidos.
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De esta manera, este compuesto alcalino ayuda a eliminar residuos de pesticidas y bacterias que pueden quedar adheridos a la superficie de la fruta. La acción del bicarbonato, al disolver una cucharadita en un litro de agua y sumergir las fresas durante 10 a 15 minutos, permite romper la estructura molecular de varios pesticidas y neutralizar residuos ácidos, explica un artículo publicado en el Diario de Navarra de España.
Además, su combinación en el proceso de lavado no altera el sabor ni la textura de la fruta, por lo que es considerado uno de los métodos más efectivos para desinfectarla antes de consumirla.
Cuando se usa únicamente agua corriente, lo que hace es eliminar principalmente la suciedad superficial, pero no remueve completamente los residuos químicos que penetran en la piel porosa de las fresas.
En cambio, el bicarbonato, por su pH elevado, actúa sobre estos residuos de forma más profunda. No obstante, es importante después del remojo en bicarbonato enjuagarlas muy bien para eliminar cualquier resto del producto y secarlas antes de almacenarlas o consumirlas.
Cabe mencionar que otra opción recomendada para su proceso de lavado, es utilizar una mezcla de media taza de vinagre blanco por cada taza de agua, dejando las fresas en remojo durante unos minutos.

Esta combinación también funciona para eliminar microorganismos nocivos, gracias a las propiedades antibacterianas naturales que posee el vinagre.
Lo importante, después de cualquiera de estos dos remojos, es enjuagar las fresas con abundante agua fresca para eliminar cualquier sabor residual de vinagre o bicarbonato.
Por otro lado, se aconseja lavarlas con sus hojas verdes, debido a que al arrancarlas es posible que la fruta absorba el agua y los contaminantes que se encuentren en esta. Además, este líquido, aunque esté limpio, puede diluir su sabor.
Una vez se laven y se sequen adecuadamente, ya es posible arrancar sus hojas y consumirlas con mayor confianza.