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¿Por qué lavarse los pies con sal y bicarbonato? Beneficios detrás de esta popular mezcla casera
Esta práctica es conocida por múltiples beneficios, especialmente para quienes pasan mucho tiempo de pie o usan calzado cerrado.

De los remedios caseros más populares que se han transmitido de generación en generación, gracias a sus múltiples beneficios para el cuerpo, se destaca la mezcla de sal y bicarbonato en agua para hacer un profundo y relajante lavado de pies.
Esta práctica es recomendada especialmente para quienes pasan mucho tiempo de pie, usan calzado cerrado o quieren mantener una buena higiene en los pies, ya que la combinación de ambos ingredientes, junto con el agua, ayuda a combatir bacterias, aliviar la hinchazón y dejar una sensación de frescura duradera.
Todo esto se debe a las propiedades antibacterianas, antifúngicas y exfoliantes que tienen tanto la sal como el bicarbonato, por lo que su mezcla no solo ayuda a eliminar impurezas y malos olores, sino que también combate los hongos y suaviza la piel, logrando una limpieza profunda en esta parte del cuerpo, señala el medio argentino La Nación.
Adicionalmente, gracias a sus propiedades antisépticas y desinfectantes, esta mezcla puede ayudar a prevenir infecciones comunes. En caso de tener la presencia de células muertas o zonas de piel endurecida, sobre todo en los talones, este lavado funciona como una suave exfoliación.

No obstante, muchos la usan principalmente para relajarse después de un día agotador, pues al sumergir los pies en agua tibia con esta mezcla se alivia la hinchazón y favorece la circulación, despertando una sensación de descanso profundo.
¿Cómo realizar este lavado de pies casero?
Para potenciar los beneficios de esta práctica casera, se aconseja crear un ambiente cómodo y tomarse el tiempo necesario, sin afanes, para relajarse. Luego, se debe seguir este paso a paso:
- Preparar el recipiente: es importante que sea lo suficientemente amplio para que los pies puedan extenderse y sentirse cómodos al momento del baño.
- Calentar el agua: cuando esté a una temperatura agradable o tibia, entre 15 °C y 37 °C, se debe verter en el recipiente.
- Hacer la mezcla: rápidamente, después de poner el agua, el siguiente paso es agregar unas dos cucharadas de sal gruesa y dos de bicarbonato de sodio.
- Revolver: este proceso se debe hacer hasta que ambos ingredientes estén completamente disueltos.
- Sumergir los pies: una vez la mezcla esté lista se aconseja sumergir los pies entre 15 y 20 minutos, aprovechando ese tiempo para relajarse,
- Secar muy bien: al terminar, es fundamental secar bien los pies, especialmente entre los dedos, para evitar que quede humedad.

- Aplicar crema hidratante: este producto no solo ayuda a potenciar los efectos de la mezcla, sino a conservar la suavidad lograda y esa sensación de limpieza que deja.
Con este lavado de pies casero se mantiene una buena higiene y contribuye al bienestar general, claro está, siempre que se utilice con moderación, por lo menos una vez por semana, ya que su uso frecuente podría alterar la hidratación natural de la piel.
Como dato importante, si hay heridas, irritaciones o problemas persistentes, se recomienda consultar con un especialista antes de realizar este lavado de pies.