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¿Por qué algunas personas interrumpen siempre las conversaciones? Esto dice la psicología
Esta acción repetitiva está relacionada con factores emocionales, cognitivos y sociales.

Tener una conversación con un grupo de amigos, en el trabajo o, incluso en el entorno familiar, y que repentinamente llegue una persona a interrumpir. Esto, aunque parece una acción poco relevante en algunas ocasiones, puede convertirse e en un momento bastante incómodo para muchos, especialmente cuando se realiza de forma repetitiva.
Por eso, la psicología se ha enfocado en estudiar qué hay detrás de este comportamiento que, para algunas personas ya es costumbre, pero no deja de ser incómodo para quienes sienten que intentan callarlos o minimizar sus opiniones.
De hecho, hay quienes califican esta acción como una muestra de falta de educación o una señal de egocentrismo. Sin embargo, esta ciencia que se encarga de analizar el significado del comportamiento humano, indica que es una acción que guarda cierta relación con factores emocionales, cognitivos y sociales.
Según los expertos, cuando una persona siente la necesidad, casi urgencia, de hablar antes de que alguien más termina de expresar una idea, pensamiento u opinión, no siempre refleja una mala intención, sino una respuesta compleja de la mente a los estímulos conversacionales, señala la revista Psicología Social.
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“La necesidad de participar activamente, de conectar lo que escuchamos con nuestras propias experiencias y de no perder el ‘momento adecuado’ para intervenir, son impulsos que pueden llevarnos a hablar por encima de los demás”, explican los profesionales, según las declaraciones citadas en este medio.
Por otro lado, indican que el 70% de las interrupciones surgen por mecanismos cerebrales automáticos, es decir, mientras alguien expone una idea, el cerebro del oyente anticipa lo que viene, repasa recuerdos y evalúa posibles aportes de manera casi inmediata, por lo que siente la necesidad de expresarse en breve.
De acuerdo con los análisis realizados por los expertos, este comportamiento se intensifica en personas con la ansiedad o que sienten miedo a olvidar lo que se quiere decir. Esto suele involucrar a quienes padecen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), ya que presentan dificultades para regular impulsos verbales y priorizar pensamientos.
Así mismo, según Carl Rogers, pionero de la psicología humanista y citado por El Confidencial, señala que la falta de habilidades de escucha activa también es una causa importante, pues esto requiere suspender juicios y prestar atención plenamente al otro.

En algunas ocasiones, se ha descubierto que se trata de un comportamiento que también tiene raíces culturales o se origina en patrones familiares adquiridos desde la infancia. Por ejemplo, cuando una persona crece en un entorno donde interrumpir es normal, ante esto, percibe esta práctica como una forma natural de comunicación, sin percibir el daño que puede causar.
Algunos estudios de comunicación, como los liderados por Maria Venetis, profesora asociada de Comunicación en la Universidad de Rutgers, citada por el mismo medio, precisan que este hábito puede hacer que las conversaciones se perciban como controladoras, condescendientes o incluso insultantes, lo que puede afectar las relaciones interpersonales.
De hecho, hay personas que sí interrumpen constantemente en las conversaciones porque responde a un deseo controlar o de imponer sus ideas, generando un ambiente tenso entre los demás cuando así lo notan.