Cómo
La forma correcta de empacar maleta para un viaje a la playa de un mes, llevando ropa solo para una semana
Con este truco efectivo, es más fácil combinar y no saturar de prendas la maleta.

Planear la maleta para tres o más semanas en la playa no tiene por qué traducirse en una maleta llena de muchas cosas. Siguiendo una estrategia sencilla y eficaz, se puede viajar con lo justo, sin renunciar a la comodidad ni al estilo.
Así lo recomiendan desde REI, una cooperativa estadounidense especializada en equipamiento para actividades al aire libre, que lleva décadas promoviendo un enfoque minimalista y funcional.

Su método parte de una idea clara: da igual cuánto dure el viaje, solo se necesita ropa para una semana. El resto se resuelve lavando durante el trayecto. Esta fórmula no solo ahorra espacio y peso, también permite moverse con más libertad y flexibilidad.
Ropa para una semana, así el viaje sea de un mes
REI propone organizar la maleta en bloques semanales. Si se eligen bien las prendas y se contempla hacer pequeñas coladas durante el viaje, no hace falta empacar para viaje entero.
Lo más leído
La clave está en seleccionar ropa versátil y funcional, que se pueda repetir sin problema. Camisetas básicas, vestidos que también puedan usarse como pareo o faldas que combinen con distintas partes de arriba permiten múltiples combinaciones con menos piezas. Apostar por colores neutros facilita aún más el proceso, ya que todo encaja con todo.
Basado en esta lógica, una maleta optimizada para tres o cuatro semanas de vacaciones en la playa puede incluir cuatro camisetas ligeras, tres pantalones o shorts cómodos, dos bañadores, dos vestidos o pareos, seis prendas interiores, cinco pares de calcetines, un sombrero o gorra, dos pares de calzado (uno para caminar y otro más informal) y una capa ligera para las noches.
Si se lava durante el viaje, esta selección basta para cubrir todas las necesidades sin cargar de más.
Zapatos, tejidos y lavado
En cuanto al calzado, lo que se recomienda es llevar un par cómodo para caminar y otro ligero o algo más elegante para cenas o salidas nocturnas, además de unas chanclas para la playa.
Evitar cargar con más pares es una de las formas más efectivas de ahorrar espacio.
Los materiales también juegan un papel clave. Lino, algodón fino o tejidos sintéticos que no se arruguen y sequen con rapidez son ideales para el clima cálido de la costa.

Y para mantener la maleta bajo control, lo mejor es planificar un pequeño sistema de lavado: jabón en pastilla, cuerdas portátiles o lavanderías locales. Muchos viajeros lo hacen con naturalidad, y es lo que permite viajar un buen tiempo con ropa para solo una semana.
Este enfoque no solo reduce el estrés a la hora de hacer la maleta, también evita pagar equipaje adicional en los vuelos y permite moverse con soltura si cambia alojamiento o destino.
Además, al limitar las opciones, se evita la sobrecarga de decidir qué ponerse cada día.