El particular truco que sirve para aprenderse casi cualquier cosa fácilmente, según un Premio Nobel

Aprender de manera efectiva cualquier tema es un asunto que puede poner en aprietos a cualquier persona en algún momento de la vida, ya sea en su entorno laboral o educativo, pues constantemente se enfrentan retos que requieren de nuevas estrategias y, de igual manera, nuevos conocimientos.

En ocasiones es esencial abordar temas que, pese a no ser parte de los fuertes de un individuo, son esenciales para resolver casos importantes. Por eso, existen algunos trucos que pueden ayudar a digerir ciertos conocimientos con mayor fluidez.

Entre esos trucos se destaca la famosa técnica Feynman, diseñada por Richard Feynman, quien recibió el Premio Nobel de Física en 1965. Se trata de un método de aprendizaje diseñado para profundizar en la comprensión de conceptos complejos mediante su simplificación y enseñanza.

Esta técnica se basa en la premisa de que explicar un tema de manera sencilla indica un entendimiento profundo del mismo.

Sobre su origen, se resalta la habilidad de Richard en la pedagogía, enfocando varias de sus investigaciones en cuál es la forma más fácil de aprender una lección (sea de la asignatura que sea). En este sentido, insiste en lo esencial que es imaginar que hay que explicarle a un niño esa parte complicada de un tema del que nunca ha escuchado hablar antes.

Ante esto, su enfoque hacia el aprendizaje se centra en descomponer conceptos complejos en ideas más simples, facilitando así su comprensión y enseñanza, metodología que ha sido adoptada en diversos campos como una herramienta eficaz para el aprendizaje profundo.

Los cuatro pasos de la Técnica Feynman

La Técnica Feynman está estructurada en cuatro pasos claves que son:

1. Seleccionar un concepto o tema a estudiar: puede ser un tema amplio o específico.
2. Redactar una explicación del concepto con un lenguaje simple: esto podría incluir dibujos, fechas y números clave, como si se estuviera enseñando a un niño de 12 años. De esta manera es posible descubrir qué tanto se ha comprendido el tema y sobre qué términos es importante investigar más.
3. Completar la información que falta: al seguir trabajando las partes que no se comprenden se puede conseguir darle forma, poco a poco, explicándolo de una forma básica para, posteriormente, pasar a los conceptos más complejos.
4. Revisar y explicar el tema: tras abordar las dudas y simplificar el tema es más probable que sea comprendido por alguien sin conocimientos previos, lo que le ayudará a asegurarse que realmente entiende el concepto y a retener la información de manera efectiva.

Este proceso no solo fortalece el entendimiento del tema, sino que también mejora la capacidad de comunicación y enseñanza. Además, Feynman insiste que si es necesario, se debe recurrir al texto original hasta que se encuentre la solución para llegar a aprenderlo.

Asimismo, aclara que la técnica no consiste como tal en tomar un texto y cambiar las palabras por otras, sino que hay que redactarlo de un modo simple para entenderlo muy bien antes de enseñarlo a otra persona sin conocimiento previo.

El éxito de esta técnica la ha llevado a aplicarse en diversas áreas del conocimiento y niveles educativos, pues entre sus principales beneficios se ha identificado una mejora de la comprensión, detección de vacíos en el conocimiento, desarrollo de habilidades de comunicación y fomento del pensamiento crítico.