Cómo
Con solo dos ingredientes. Así puede mantener el baño limpio y fresco sin usar productos químicos
Estos productos son económicos y generalmente se tienen en casa.

La limpieza del baño es una prioridad en el hogar. Este espacio es propenso a acumular bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que pueden causar afecciones de salud, por lo que una limpieza regular reduce significativamente este riesgo.
A esto se suma que la acumulación de residuos orgánicos, humedad y moho genera malos olores. Limpiar el baño frecuentemente evita que estos aromas desagradables se instalen y se queden en este lugar que es determinante por su permanente uso.
Es claro que por higiene personal nadie quiere asearse en un lugar sucio o lleno de gérmenes, así que mantenerlo en buen estado facilita el cuidado personal. A esto se suma que mantener este lugar limpio, organizado y con aromas agradables genera una sensación de bienestar y tranquilidad.
Así las cosas, es clave hacer una limpieza permanente y esto se puede lograr solo con el uso de dos ingredientes, sin tener que recurrir a costosos productos químicos.
Lo más leído

Se trata del vinagre blanco y el bicarbonato de sodio. El primero es considerado un excelente desinfectante y desodorante natural, mientras que el segundo es un limpiador abrasivo suave que ayuda a eliminar la suciedad y el sarro de las diferentes partes del baño.
Para usarlos se pueden mezclar partes iguales de bicarbonato de sodio y vinagre blanco para formar una pasta. El producto resultante se aplica sobre las manchas de sarro o las partes grasosas y se deja que repose durante unos minutos. Posteriormente, se frota con un cepillo, se enjuaga con agua tibia y se seca con un paño.
De igual forma, es posible utilizar el vinagre diluido en agua para limpiar otras superficies del baño, como azulejos, lavamanos y la ducha. Este es un producto muy práctico que ayuda a eliminar la suciedad, el moho y las manchas de agua dura.
En el caso específico del inodoro, es posible usar los dos ingredientes o el bicarbonato de manera individual. En este caso lo recomendable es espolvorearlo dentro de la taza, dejar que actúa durante un tiempo prudencial y luego frotar con un cepillo.

El limón, otra alternativa
Si no se cuenta con estos productos a la mano, también se puede usar zumo de limón. Esta fruta es conocida por sus propiedades antibacterianas y su capacidad para desinfectar superficies. El ácido cítrico del limón no solo elimina la suciedad pegada, sino que también deja un aroma fresco.
Lo aconsejable es poner unas gotas de zumo de limón sobre las áreas a limpiar y luego pasar un paño con un poco de sal para lograr un brillo adicional. Es especialmente útil para limpiar grifos y superficies metálicas.
Por último, y una vez el baño está limpio, se pueden poner algunos aceites esenciales, como el eucalipto, la lavanda, el tomillo o la menta, para mantener el baño fresco y libre de malos olores.
Estos aceites no solo aportan un aroma agradable, sino que también algunos tienen propiedades antibacterianas que contribuyen a mantener un ambiente agradable.