NUTRICIÓN
Lo mejor de la dieta mediterránea es que no parece una dieta, según Harvard
La dieta mediterránea es un patrón de alimentación basado en los hábitos de los italianos y los griegos.
Existe una dieta en particular que es ampliamente valorada por médicos e investigadores del mundo: la dieta mediterránea. Los expertos aseguran que este tipo de alimentación potencia la vitalidad y la longevidad de las personas.
La dieta mediterránea, popularizada en la década de los 50 por medio de un estudio global de la salud del corazón de los hombres, es un patrón de alimentación basado en los hábitos de los italianos y los griegos. Este régimen, según detallan los nutricionistas, favorece las grasas saludables como las que se encuentran en el aceite de oliva y las nueces y establece límites en el consumo de productos de origen animal.
En este sentido, el profesor de epidemiología y nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, Walter Willett, habló de las bondades de este tipo de dieta y subrayó que, entre otras cosas, la alimentación mediterránea está lejos de ser aburrida y simple.
Willett, quien lleva más de tres décadas estudiando los vínculos entre la alimentación y la salud, aseguró que “hay muchos conceptos erróneos” en relación a la dieta mediterránea. El profesor de Harvard también remarcó que hay bastante flexibilidad en este régimen y esa es una de las razones por las que las personas pueden adoptarlo a largo plazo.
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“Una regla general es pensar en tener dos porciones de alimentos de origen animal por día, lo que sería aproximadamente una porción de productos lácteos y una porción de otra proteína de origen animal. Esto podría significar comer carne roja una vez a la semana, mientras que la frecuencia del pescado, las aves de corral y los huevos sería de un par de veces a la semana. Esa es una muy buena meta. Si a alguien le gustaría reducir aún más los alimentos de origen animal o ser un vegano estricto, eso también puede funcionar, pero es deseable tomar un suplemento multivitamínico/multimineral económico para garantizar una ingesta adecuada de micronutrientes”, dijo Willett.
Es importante destacar que los insumos de la dieta mediterránea pueden combinarse y adaptarse a otras culturas como la asiática, latinoamericana y africana. Por ejemplo, destacó el experto, es legítimo cambiar el aceite de oliva por muchos otros de origen vegetal. En las dietas asiáticas, el aceite de soja ha sido tradicionalmente uno de los más dominantes, utilizado para preparar platos salteados con muchas verduras y frutos secos. Las frutas disponibles también pueden ser diferentes y, en este caso, el tofu es una fuente de proteína vegetal ampliamente consumida.
Para quienes están interesados en comenzar con la dieta mediterránea, el doctor Willet manifestó que lo más importante es disfrutar de lo que se come y variar la forma en la que se cocinan los productos. “Las grasas saludables son importantes y el aceite de oliva virgen extra es un elemento central de la dieta mediterránea tradicional. Sin embargo, hay muchas variedades y sabores, por lo que probar muchos hasta encontrar alguno que encaje con tu gusto puede ser toda una aventura”, concluyó el experto.
Además de su versatilidad, este régimen alimenticio, a largo plazo, ayuda a reducir de peso y puede ser más eficiente que una dieta baja en carbohidratos o grasas, destacó un estudio realizado por The American Journal of Medicine.
Además, la dieta mediterránea ha sido vinculada con diferentes beneficios para la salud en general. De hecho, en el 2019 fue publicada una revisión de literatura en la que se evidenció que son varios los estudios que han demostrado que este régimen alimenticio ayuda a controlar los problemas metabólicos y gastrointestinales, los síntomas de la diabetes tipo 2, enfermedades neurodegenerativas e incluso algunos tipos de cáncer.