CICLISMO
El ciclismo, una pasión que une a los colombianos
Respetar la presencia de los actores viales y pensar en la seguridad de todos es construir cultura vial.
Subirse a una bicicleta y conocer los mejores paisajes y rutas es una pasión que comparten muchos colombianos sin distinción. Hacerlo con responsabilidad y solidaridad es fundamental, son acciones que salvan vidas.
Al norte de Bogotá se encuentra una de las rutas más concurridas por ciclistas aficionados, recreativos y élites. Es el corredor vial entre Chía y Zipaquirá. Es una de las zonas industriales más importantes del departamento, también es zona turística y una de las vías más transitada los fines de semana.
Darwin Villamarín, ciclista aficionado y usuario permanente de la ruta asegura que es “importante la prudencia y la tolerancia. Los ciclistas siempre debemos llevar casco, elementos de protección y de seguridad. La luz trasera y la luz delantera. En las bajadas mucha prudencia también, porque hay mucha gente que baja como quiere y uno no sabe lo que se encuentra adelante.”
Pensar siempre en la seguridad propia y de los demás actores viales es rodar con responsabilidad, si apenas está empezando la ciclorruta es la mejor opción. “Usted ve gente desde acá hasta casi Cogua, todas las familias, niños chiquitos montando bicicleta. Acá todos los días sube muchísima gente. Algunos usan la ciclorruta”, asegura Sebastián Silva, ciclista aficionado.
Un ciclista de alto rendimiento puede alcanzar los 40 o 50 kilómetros por hora en una vía en buen estado. Si usted es ciclista urbano y va a ir despacio lo indicado es transitar por las ciclorrutas. “Si uno no sabe mucho es mejor irse por la ciclorruta. Acá pasan muchísimos camiones al lado de donde uno, es peligroso, entonces es mejor llevar siempre el casco. Si no va muy rápido o no va acompañado por moto o camioneta mejor irse por esta zona. En las bajadas también tener cuidado, son pequeñas y suben muchos camiones”, sostiene Silva.
Nicolás de la Torre, ciclista aficionado asegura que es necesario ser tolerante en las vías, “cuando uno es el que va abajo indefenso se da cuenta que siendo uno conductor tiene que ponerse en el papel de las demás personas porque a uno lo estrella un carro por detrás y al carro no le pasa nada, pero a uno lo pueden estar matado. Tenemos que aprender a ponernos en los zapatos del otro.”
Javier Ballén, también ciclista aficionado, señala que debemos “bajarle un poquito, tener precaución, pensar que todos tenemos familias esperándonos en las casa.”