Bogotá
CAR aprobó las vigencias futuras para la financiación de la Ptar Canoas, la obra ambiental más importante de Colombia
El Acueducto de Bogotá ahora tiene vía libre para arrancar con el proceso de licitación y la firma del convenio para financiar la megaobra.


El Consejo Directivo de la Corporación Autónoma Regional (CAR), que es presidido por el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, confirmó que durante la última sesión se aprobó el cierre financiero con las vigencias futuras necesarias para comenzar con la construcción de la Ptar Canoas, el proyecto medioambiental más importante de la ciudad y del país.
Buenas noticias para Bogotá y para Colombia.
— Carlos F. Galán (@CarlosFGalan) April 22, 2025
Hoy, el Consejo Directivo de la @CAR_Cundi aprobó las vigencias futuras que permitirán a la Empresa de @AcueductoBogota y la CAR suscribir un nuevo convenio para la financiación de la PTAR Canoas y su contratación por parte del…
Se trata de una megaobra de infraestructura, que permitirá tratar el 70 por ciento de las aguas servidas de Bogotá y el 100 por ciento de las de Soacha, uno de los municipios más poblados y afectados por la contaminación, para evitar que sigan vertiéndose sin tratamiento al río Bogotá. Con una inversión estimada en 12 billones de pesos y un horizonte de ejecución de 23 años (2024-2048), este proyecto representa el 46 por ciento del capital total del sistema de saneamiento del río Bogotá.
La decisión de la CAR, como lo señaló el alcalde Carlos Fernando Galán, permitirá que la Empresa de Acueducto de Bogotá pueda suscribir un nuevo convenio con la Corporación para la financiación de la Ptar y que se pueda iniciar con el proceso de licitación y contratación.

“Este es un paso clave para esta, la obra ambiental más importante del país, que permitirá tratar el 70 por ciento de las aguas residuales que llegan al Río Bogotá y avanzar en su descontaminación”, dijo Galán.
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El cierre financiero de este proyecto, como lo comunicaron desde la oficina de las autoridades ambientales, es el resultado del trabajo articulado entre distintas entidades y actores. “Se reconoce de manera especial la labor de la CAR, bajo la dirección de Alfred Ballesteros, y de los miembros del Consejo Directivo, donde están representados el Gobierno Nacional, la Región Metropolitana Bogotá–Cundinamarca, los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, los alcaldes municipales, la Alcaldía de Bogotá, ONG ambientales y comunidades indígenas”.
Así mismo, destacaron desde la Gobernación de Cundinamarca el papel del Tribunal Administrativo de Cundinamarca y del Consejo de Estado, cuyas decisiones fueron determinantes para priorizar la descontaminación del río Bogotá como un tema de interés público y ambiental.

Desde el gobierno regional también han explicado la importancia que tiene para el departamento que la obra por fin empiece a avanzar. “El departamento ha cargado con las consecuencias de la contaminación generada por Bogotá y su área metropolitana. Los municipios ribereños y los asentados en la cuenca baja del río han enfrentado por años afectaciones ambientales (...) hora, Cundinamarca será beneficiario y también protagonista de la solución, al hacer parte activa de la cofinanciación y planeación de esta megaobra”.
Además de recuperar la salud ambiental del río Bogotá, la Ptar Canoas permitirá que los municipios de la cuenca baja cuenten con una fuente abastecedora en mejores condiciones, lo que beneficiará ecosistemas, cultivos, fauna acuática y actividades económicas como la pesca, el turismo y la agricultura.
“Este proyecto no solo recuperará la calidad del agua y la capacidad hidráulica, sino que será una gran oportunidad para que Bogotá y los municipios ribereños se reencuentren con su río, puedan disfrutarlo, navegarlo y compartir espacios en familia a su alrededor”, señalaron desde la Gobernación.

La descontaminación del río Bogotá también tendrá un efecto positivo en la cuenca del río Magdalena, ya que las aguas que desembocan desde Ricaurte dejarán de arrastrar contaminantes al resto del país. Se estima que esta mejora repercutirá directamente en la salud pública, la biodiversidad y la calidad de vida de miles de habitantes de las zonas ribereñas.