ARTE

‘Sin un pie en la tierra’, una exposición en desequilibrio

Hasta este sábado 16 de noviembre se podrá visitar en la galería SKETCH de Bogotá la exposición conjunta ‘Con un pie en la tierra’, de los artistas Iñaki Chávarri y Adriana Rosell, que propone una reflexión sobre nuestra relación con el entorno y con la naturaleza.

Juan de Frono
13 de noviembre de 2019
'Nosotros (quién soporta a quién)'. Caucho sabanero, aro de hierro y bolsadas de arroz. Iñaki Chávarri.

Iñaki Chávarri nació en España en 1982 y vive desde hace algunos años en Bogotá. Adriana Rosell nació en Venezuela en 1988, pero llegó siendo una niña a Colombia. Ambos son artistas. No se conocían hasta que la galería SKETCH los invitó a participar en una residencia en sus instalaciones del barrio San Felipe de Bogotá, con el objetivo de realizar una exposición conjunta en estos últimos meses del año. De esta manera, y luego de muchos cafés y conversaciones, y después de Adriana conocer y familiarizarse con la obra de Iñaki y este con la obra de su compañera, nació Con un pie la tierra.

El título, simple y poderoso, fue idea de Iñaki. “Es bellísimo, porque nos lleva a cuestionarnos por el pie que hay en la tierra y dónde vamos a poner el otro”, dice Adriana. Y es cierto: el título recuerda ese instante en el que damos un paso, ese segundo en que un pie soporta el peso del cuerpo y se une a la tierra y el otro es avance, futuro. De ese breve momento trata esta bella exposición, de ese futuro que nos espera con respecto a nuestro entorno, a la naturaleza. ¿Dónde pondremos el pie que hay en el aire, hacia qué dirección?

Iñaki Chávarri. Foto: Nicolás Rocha Cortés

Como explica Iñaki, el título también hace referencia a los procesos artísticos de ambos. “En la obra de Adriana, una parte del proceso es visitar una montaña, por lo que tiene un pie en la tierra y otro en el taller. Y mi trabajo siempre son sistemas de equilibrio”, explica el artista. Y sus sistemas de equilibro consisten en la recolección de objetos para crear nuevos diálogos, nuevas miradas y cruces entre ellos. Las mismas nuevas miradas que Adriana Rosell crea a partir de la observación de un paisaje y su interpretación, su reflexión plástica sobre él. 

“Cuando uno no tiene los dos pies en la tierra, cuando solo se tiene uno, se busca el equilibrio”, dice Iñaki. De ahí que para buscar ese equilibrio haya decidido nombrar todas las obras suyas que hay en esta muestra con un escueto “Nosotros”, en contraposición al yo tan poderoso, tan salvaje. El nosotros es su manera de equilibrar la presencia del hombre en su entorno, siempre centrada en el primer pronombre del singular. El nosotros, aunque excluye, no es un todos, es amplitud, porque nos incluye en un todo con la naturaleza, los otros seres, el planeta. “Es una invitación”, dice el artista, “a construir un nosotros. Más allá de nosotros como especie, pensar en nosotros como un ecosistema que habitamos un planeta”.

Vista general de la exposición. Foto: Nicolás Rocha Cortés

Entre la serie de obras de Iñaki se encuentra un tronco de árbol suspendido del techo y equilibrado con bolsas de arroz, que se han ido sumando durante el tiempo de la muestra, cuando el desequilibrio lo ha requerido. También un piso hecho en vidrio que se rompe cuando el visitante camina y un pequeño dispositivo para que el observador dialogue con el famoso soneto de Quevedo sobre Roma: “Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!, / y en Roma misma a Roma no hallas”. Y, además, ensambles de huesos y plástico, diseñados como un mensaje al futuro, como lo aclara el artista mediante esta reflexión: “¿Cómo reconstruirá el futuro nuestra civilización? Por ejemplo, ¿qué pensarán en el futuro sobre nuestra relación con el plástico”.

Adriana Rosell. Foto: Nicolás Rocha Cortés

Por otro lado, Adriana Rosell usa la palabra paisaje en los títulos de las obras suyas que se encuentran en Con un pie en la tierra: “Paisajes coordinados” 1, 2, 3, y “Paisaje suspendido”. Las primeras son una reflexión en grafito y acrílico a partir de los páramos. La artista los dibuja, los desnuda, los vacía de colores, y estos últimos los ubica aislados, como una paleta que el observador debe usar para recrear lo observado, para coordinar los paisajes “descoordinados”. La segunda obra es una instalación en la que la imagen –una de las que Rosell recolectó en sus recorridos– está suspendida, en un lugar a  medio hacer y con una luz que parece ahogarlo todo. Además, su serie de piezas la completa otra instalación llamada “Cada vez más oscura”, que habla de la luz en la tierra, cada vez, a causa de la pérdida de las superficies blancas que reflejan la luz del sol, más y más oscura.

“No es una exposición ecologista”, dice Adriana. Sin embargo, observar la exposición lleva a pensar en las preguntas necesarias y actuales sobre el planeta. “Sí, hay que pensar en ello, pero lo que queremos con esta exposición es que la gente mire el tema de una manera diferente”, dice Iñaki. Una de las funciones del arte: iluminar lugares poco iluminados. Hacer preguntas diferentes, como una que plantean los artistas y se lee en el texto curatorial: “¿Y si somos un recursos más que la naturaleza utiliza para transformarse?” El arte que hace preguntas diferentes, preguntas del revés. O también las preguntas de siempre, las más obvias, pero con el objetivo de ampliar horizontes, los paisajes de la duda.

Nosotros (quién soporta a quién) / Caucho sabanero, aro de hierro y bolsadas de arroz

“Todo está a punto de quebrarse, está en una tensión tal que se encuentra a punto de transformarse en otra cosa por un quiebre”, Adriana Rosell sobre la obra de Iñaki Chávarri

Nosotros (agua, aceite) / Aceite quemado de motor sobre papel 

“Mi obra se basa mucho en elementos encontrados y tiempo de taller para saber cómo se conectan unas cosas con otras”, Iñaki Chávarri

Nosotros (rama, acero) / Liana, carrilla de acero corrugado y tubo de plástico

“Hay que poner en duda ese paradigma de separación. Pensar que la naturaleza llega hasta donde comenzamos nosotros, y desde ahí es civilización. O que la historia natural es una cosa y la historia social es otra”, Iñaki Chávarri

Paisajes coordinados / Grafito y acrílico sobre madera 

“Adriana dibuja montañas no desde el paradigma romántico. Es algo más corporal. Ella recorre el paisaje y tiene una experiencia para volverla arte. Es como si la naturaleza la usara para reinventar la montaña”, Iñaki Chávarri sobre la obra de Adriana Rosell

Cada vez más oscura / Fotografía en acetato, vidrio, madera, papel y luz led

“¿Cuál es nuestra estrategia para los eventuales cambios de la tierra?”, Adriana Rosell

Paisaje suspendido / Fotografía, cubo de madera e hilo

“Esta residencia me permitió el estudio de los ecosistemas, para saber cómo funcionan, para después hacer una propuesta plástica”, Adriana Rosell