En las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en pleno corazón de este majestuoso destino, se encuentra un lugar que combina historia, cultura y naturaleza de una manera única: Taironaka.

Este pequeño paraíso, conocido como la “mini ciudad perdida”, es un espacio que transporta a sus visitantes a las raíces de la cultura tayrona, mientras disfrutan de un entorno natural inigualable, con una rica biodiversidad y un sinfín de datos interesantes por descubrir.

Aunque en el sitio web de este atractivo se describe como una finca eco-turística, en realidad basta dar unos pasos para sentir cómo el tiempo parece detenerse y ofrecer una experiencia que va más allá de lo conocido tradicionalmente.

Los caminos empedrados, las terrazas ceremoniales y los restos arqueológicos, cuentan una historia de siglos que se complementa de manera perfecta con el privilegio de compartir con los herederos de esta comunidad indígena que cumplen su labor de guía.

En este lugar los Tayrona vivieron, trabajaron y adoraron a la naturaleza, dejando un legado imborrable que se ha mantenido en el tiempo gracias al interés que despierta en los viajeros y el reconocimiento que se le ha dado a su cultura por sus saberes ancestrales.

A esta comunidad se le considera una de las civilizaciones precolombinas más avanzadas de América del Sur, motivo por el que en este espacio se ha trabajado para preservar terrazas originales, caminos de piedra y vestigios arqueológicos que permiten vislumbrar cómo era su estilo de vida.

¿Cómo llegar a Taironaka desde Santa Marta?

De acuerdo con Google Maps, Taironaka está ubicado a unos 56 kilómetros de Santa Marta, en la vía que conduce a La Guajira. Para llegar hay varias opciones; transporte público, privado o vehículo particular.

En caso de tomar la primera opción, desde el Mercado Público de Santa Marta o el Terminal de Transporte, se puede tomar un bus o colectivo que cubra la ruta Santa Marta - Palomino para bajar en la entrada del río Don Diego.

Si viaja en vehículo particular se puede tomar la carretera Troncal del Caribe hasta el punto indicado. Allí hay parqueaderos seguros cerca del acceso al río, según se puede ver en las publicaciones realizadas a través de las redes sociales de Taironaka.

¿Qué hacer en este lugar?

En medio de la experiencia ancestral y natural, los visitantes pueden realizar varias actividades con la comunidad indígena como rituales representativos de su cultura.

“Los Koguis realizan rituales que nosotros consideramos válidos en nuestra sociedad, tales como: bautizos, bodas y limpiezas espirituales”, señala el sitio web del atractivo turístico.

También se ofrecen talleres de tejido, una actividad de gran importancia dentro de la comunidad Kogui, destacando las mochilas, ya sea en fique o en algodón, realizadas por las mujeres.

Adicionalmente, se dispone de un espacio para interactuar con la comunidad para aprender algunas palabras de su dialecto, garantizando una aventura no solo llena de tranquilidad y naturaleza, sino también de muchos aprendizajes.

Entre los planes también se encuentra un recorrido ancestral acompañado de un guía local, quien ilustra a vida de esta antigua civilización mientras se camina por los senderos empedrados y auténticas terrazas.