Política
Vicepresidenta de la Cámara de Representantes se despacha contra Jaime Raúl Salamanca: “Tiene que bajarle a su soberbia y testarudez”
La representante Lina Garrido, de Cambio Radical, habla en SEMANA sobre la falta de acuerdos en torno al orden del día del pasado miércoles.
SEMANA: ¿Por qué no hubo sesión en la Cámara de Representantes, pese a que estaba agendada?
Lina Garrido (L.G.): Se canceló la plenaria de la Cámara de Representantes, citándola para el día de mañana, porque el primer vicepresidente, Jorge Tovar, y mi persona radicamos una constancia en la que manifestamos nuestro desacuerdo luego de que en el orden del día se incluyera la reforma a la salud. Lo veníamos hablando con el presidente Jaime Raúl Salamanca y no fue transparente. Para no viciar el resto de proyectos, él tomó la decisión de levantar la sesión.
SEMANA: La reforma a la salud estaba de primera en el orden del día, ¿qué proponían los vicepresidentes?
L.G.: No estábamos de acuerdo con que se incluyera la reforma a la salud. El presidente insistió, porque así fue que se publicó. Por eso radicamos una constancia por escrito, dando a conocer la situación.
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SEMANA: ¿Cree que esto ocurre por falta de democracia en las decisiones del presidente de la Cámara?
L.G.: Le he manifestado en muchas ocasiones que la forma en la que se está liderando la plenaria permite o promueve el irrespeto. No solo de los congresistas hacia él, sino de nosotros mismos. Lo importante siempre, como lo prometí en la posesión, fue darle garantías a todas las bancadas. Si bien es el presidente, debe dar ejemplo y las garantías para generar los consensos, no de manera arbitraria, autoritaria y dictatorial. Simplemente es mostrar su poder dentro de las plenarias. Son líneas que se cruzan que transgreden el principio de respeto entre nosotros y perjudican la imagen de la Cámara de Representantes ante el país.
SEMANA: Ustedes en el documento piden que se lea la constancia ante la plenaria, pero Salamanca levantó la sesión de forma inesperada. ¿Cree que fue para callarlos?
L.G.: En el momento en el que levanta la sesión muchos representantes no estaban comprendiendo lo que estaba sucediendo, por qué no hubo sesión en la Cámara. De alguna manera, ese fue el contexto en el que se dio, tal vez no permitió que se leyera para no generar mayor debate frente a esta situación, en la que por supuesto se va a ver perjudicado. Fue una decisión que tomó sin tener en cuenta nuestras posturas.
Estoy muy molesta desde hace algún tiempo porque ya son más de una docena de controles políticos solamente para el tema de seguridad en el país. Además de muchos otros que los representantes, entendiendo la realidad de sus territorios, han radicado y han sido aprobados por la plenaria. No estoy de acuerdo con que tengamos que correrle a la agenda del Gobierno cuando hay otros intereses y debates que se tienen que dar. No hemos hecho controles políticos. Esto hace parte de sentar unas posiciones para que se tengan en cuenta las voces de quienes hacemos parte de la mesa directiva. Había que dejar el precedente.
SEMANA: ¿Qué le recomienda al presidente de la Cámara?
L.G.: Si quiere que terminemos una legislatura con respeto, consenso y concertación, dándole garantías a todas las bancadas en la plenaria de la Cámara de Representantes, tiene que bajarle al tono. Tiene que bajarle a su soberbia y a su testarudez, y entender un poco que esto hace parte de un ejercicio democrático en el que todas las voces son importantes.
SEMANA: ¿Se ha deteriorado el ambiente de la Cámara de Representantes?
L.G.: Sufro mucho estando al lado. Entiendo muchas veces que mis opiniones y comentarios no son tenidos en cuenta. Me duele mucho cuando las voces de los representantes irrespetan a sus compañeros. Aquí se puede dar el debate de las ideas, de las posiciones, de una manera distinta. Con argumentos, con altura y con respeto. Con sus decisiones, él promueve con sus acciones dictatoriales que no se sientan esas garantías y que nos enfrentemos de manera personal. Eso transgrede totalmente ese colegaje y ese buen ambiente dentro de la plenaria. A veces se vuelven demasiado evidentes sus intereses particulares por disposiciones políticas, lo que tampoco debe ser. Tenemos que ser supremamente neutrales en la gestión de las sesiones.
SEMANA: ¿Usted cree que el ministro Juan Fernando Cristo controla la plenaria de la Cámara?
L.G.: Considero que Jaime Raúl Salamanca es autónomo en sus decisiones, pero se ha notado demasiado su inclinación para favorecer a la agenda del Gobierno.