Política
Petro dio su veredicto final sobre el metro elevado de Bogotá, dijo que no le sirve a la capital: “La ciudad ha comenzado a morir”
El mandatario ha sido uno de los principales críticos de la megaobra de la ciudad, la cual avanza rápidamente.

Un agudo cuestionamiento lanzó el presidente de la República, Gustavo Petro, en contra del megaproyecto del metro elevado de Bogotá, revelando su posición final sobre el impacto que tendrá para la capital del país.
En la ceremonia de posesión de la nueva ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, el mandatario colombiano aseguró que esa megaobra no brinda una solución a los problemas de movilidad que tiene la ciudad.
En su discurso, el jefe de Estado expresó la necesidad de realizar una vigilancia más intensa sobre el metro de Bogotá, pidiéndole a la ministra de Transporte que asista a todas las reuniones sobre ese proyecto de movilidad.
Además, el jefe de Estado aseguró que Bogotá ha comenzado a morir, al recordar los efectos del racionamiento de agua que se aplica en la capital del país, por orden de la alcaldía de Carlos Fernando Galán.
Lo más leído
“Porque lo que anunciamos que iba a pasar está pasando. El metro elevado no le sirve a Bogotá; [se] demora. De acuerdo con el estudio que debe ser publicado [por] cerca de 40 expertos internacionales, produce —al hacer que haya más buses en la ciudad, al hacer que la gente tenga que recurrir más al carro y a la moto— mayores tiempos de movilización en toda la ciudad; no sirve para disminuir los tiempos de movilización”, dijo Petro.
También avanzó en su tesis: “Luego, entonces, ¿para qué gastamos siete mil millones de dólares, si no nos vamos a mover más rápido? Y estamos agravando unas condiciones urbanísticas en toda la zona donde pasa un tren, pues imagínense qué es vivir en un apartamento mirando la calle y no se ve ya la calle, sino un tren pasando cada tres minutos por el frente de la ventana, mientras llega el razonamiento del agua y entonces hay que ir al baño con totuma y con balde”.
“Se volvió esa la vida cotidiana de Bogotá y eso significa que la ciudad de Bogotá ha comenzado a morir, porque las ciudades mueren. Luego, queremos más vigilancia de ese tipo de obras, porque las obras son para el servicio del pueblo y no para el beneficio de alguien en contra del beneficio del pueblo”, anotó el jefe de Estado en la ceremonia de posesión de Antonio Sanguino como ministro del Trabajo, y de María Fernanda Rojas, como ministra de Transporte.
Y concluyó con su idea: “Las concesiones deben ser vigiladas, los grandes proyectos de infraestructura deben ser vigilados”.