POLÍTICA
Gustavo Petro pone más presión sobre la Corte Constitucional: “Dicen por ahí que aún no podemos cantar victoria, que quieren tumbarla”
El primer mandatario asegura que, sin la reforma pensional y sin la conmoción interior, no podrá proteger a la población. El primer mandatario y varios de sus alfiles han llamado a salir a las calles si la iniciativa no pasa el estudio constitucional. ¿Qué puede pasar?

El presidente Gustavo Petro ha tenido una relación muy tensionante con las altas cortes. Ahora que en la Corte Constitucional se estudian dos temas de gran interés para la Casa de Nariño, el primer mandatario ha enfilado su narrativa a la justicia. Sus últimas declaraciones fueron en un evento en la Cancillería sobre el Día Internacional de la Mujer. “Dicen por ahí que aún no podemos cantar victoria, que quieren tumbarla, como a la conmoción interior”, dijo a propósito de la reforma pensional.
El mandatario, que varias veces ha asegurado que moverá al pueblo a la calle si sus reformas no pasan el examen constitucional, ahora asegura que si la Corte no le da el aval, el Gobierno no tendrá cómo proteger a los ciudadanos.

“Entonces, ¿cómo se va a defender el Estado cuando gente armada entre disparando por todo lado, matando gente humilde, como a los campesinos?”, aseguró el presidente.
¿Cómo pretenden que se pueda defender al pueblo de Colombia? Si ante una amenaza de ese tamaño, como la que vimos, no se puede ni enviar presupuestos para socorrer a la gente para que tenga un mercado, o para que se le titule la tierra al campesino, o para que puedan sustituir los cultivos de hoja de coca para poder vivir de cultivos legales, sin que el fantasma de la muerte los persiga todos los días a ellos y sus hijos”, agregó.
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Las palabras de Gustavo Petro se dan en medio de un contexto de enorme presión para el alto tribunal. Desde que se presentó la ponencia negativa contra la reforma, los pronunciamientos del Gobierno contra el alto tribunal no cesan.

El primer mandatario ha presentado a las cortes como una talanquera contra sus reformas sociales. “El cambio no se produce simplemente porque el pueblo votó, sino que el voto se tiene que pasar a la movilización permanente, porque si no, las fuerzas contrarias al cambio lo detienen. No es que el Gobierno esté paralizado en su interior, aunque hay fallas (...). Luego, si queremos el cambio, toca derrotar esa resistencia y esa resistencia contra el cambio no se derrota sino movilizando al pueblo; luego este año tiene que ser el año de la movilización”, dijo el presidente Petro hace unos días.
Varios de sus alfiles han salido con tesis similares. “Urgente, se presentó ponencia negativa en la Corte Constitucional a la reforma pensional. Muchos viejos y viejas no se pueden movilizar para luchar por su derecho a la comida, pero los jóvenes y adultos deberían movilizarse para impedir esta injusticia”, dijo Gustavo Bolívar, director del Departamento de Prosperidad Social.
Roy Barreras, por otro lado, ha expresado su preocupación porque las causas del petrismo no avanzan ni se concretan. “En 2026 la democracia moderna cumple 250 años, pero en lugar de celebrar, la democracia está en crisis. Este libro de Erica Benner sobre el poder popular prende una luz: ‘La salida no está en los dirigentes, sino que la fuerza está en el corazón de la gente’. La movilización popular organizada ha sido en la historia la que ha generado los cambios, pero debe concretarse en gobiernos estables. Muchos no entienden la angustia de Gustavo Petro al ver que los cambios sociales no avanzan, las causas son nobles, pero el problema es de método. En todas las democracias del mundo, la movilización debe ser organizada y acompañada de gobernabilidad”, dijo.
¿Se puede caer la reforma?
El problema que tiene la reforma pensional es que en su trámite habría incurrido en vicios de procedimiento que no serían subsanables. Aunque no se conocen los detalles de la ponencia negativa del hoy presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez, muchos congresistas y expertos juristas ya han advertido que la forma en que se aprobó esta iniciativa no fue la apropiada.

La demanda, presentada por la senadora Paloma Valencia, tiene un argumento central. La reforma debía ser aprobada en una deliberación sobre “todos los aspectos sometidos a consideración”, pero terminó aprobada sin debate con “el texto que tenía el visto bueno del Senado y dejó de lado el proyecto que ellos mismos habían construido y revisado en la Comisión Séptima”.
Como ese hecho fue público, y es claro que no está acorde a las normas de trámite que deben seguir este tipo de leyes, se ha dicho que la Corte tiene varios caminos. El primero es tumbar la reforma en bloque. En numerosa jurisprudencia de la Corte, un error de procedimiento como este ha hecho que todo el marco normativo se caiga. Este, por ejemplo, fue el concepto de la Procuraduría.
Otra posibilidad es devolver la reforma al Congreso para que subsane este vicio en el procedimiento, como han pedido algunas organizaciones, entre ellas Dejusticia. Y el último camino sería aprobarla, descartando el hecho de haber votado el texto sin debate como una falla. Esta última tesis es respaldada por la defensora del Pueblo, Iris Marín, quien asegura que se tomó el texto del Senado de manera consciente y “respetando el trámite legislativo y los principios de publicidad democrática”.