POLÍTICA
Excompañera de despacho de Miguel Polo, candidato a magistrado de la Corte, lo cuestionó: “Se mueve de un lado a otro con tranquilidad”
Una excolega del candidato a magistrado puso una queja en 2020 en la Corte porque, según dijo, la recargaba a ella y a sus compañeros laboralmente, y utilizaba el despacho de manera indebida para hacer lobby.
La abogada Claudia Escobar García fue magistrada auxiliar del despacho del exmagistrado de la Corte Constitucional Luis Guillermo Guerrero junto al hoy candidato ese cargo, Miguel Efraín Polo Rosero.
En conversación con SEMANA, Escobar contó sobre una denuncia que interpuso en su contra por supuesto acoso laboral. Asegura que Polo, presuntamente, recargaba del trabajo que no hacía a sus compañeros y a ella y que siempre ha hecho lobby con distintos sectores políticos y magistrados para llegar a ese cargo.
SEMANA: ¿Cuál es la denuncia que está haciendo en contra del aspirante a magistrado Miguel Efraín Polo Rosero?
CLAUDIA ESCOBAR (C.E.): Yo trabajé con Miguel Polo desde el año 2012 hasta el 2020, ambos fuimos magistrados auxiliares en el despacho de Luis Guillermo Guerrero, éramos pares, pero él tenía una función administrativa en la que ayudaba al doctor Guerrero a manejar el despacho. Entonces, además del trabajo fuerte de nosotros, que era hacer sentencias, él administraba y distribuía tareas entre nosotros mismos y con los demás funcionarios del despacho. El problema que se presentó, que era de todos los años, pero especialmente a partir del 2018, fue que él aprovechó esa función que le asignó Luis Guillermo Guerrero para recargarnos a otros funcionarios, especialmente a mí que era magistrada auxiliar y él deshacerse de sus cargas para, por ejemplo, a partir del 2018 dedicarse a otras cosas como impulsarse como magistrado, porque en el 2020 aspiró a ser magistrado de la Corte Constitucional, entonces tenía muchas actividades relacionadas con su candidatura, iba poco a la Corte, estaba poco, trabajaba poco y básicamente dedicó a impulsarse, que es lo que ha venido haciendo desde hace muchos años y ahora está a punto de llegar a la Corte.
Eso me afectó a mí personalmente como funcionaria, como persona y como mamá, además, porque yo era mamá jefe de hogar, sus propias tareas se las asignaba a otros funcionarios. El despacho estaba muy atrasado y las personas encargadas de hacer proyectos en el área de tutela hacían las tareas de Miguel y todo el despacho se empezó a atrasar muchísimo. De hecho, el despacho del doctor Guerrero fue siempre, históricamente, el que tuvo más rezagos, entonces hubo afectaciones personales, como le digo, en mi caso, casi los 8 años, pero sobre todo en los últimos años la acumulación de trabajo fue brutal y en el despacho en general había no solo retrasos sino también un descontento y sentimiento de malestar por esas inequidades que él manejaba. El más que magistrado auxiliar era cercano a Luis Guillermo y se dedicó a impulsarse a él mismo ante la misma Corte, el Consejo de Estado. Era más político que un funcionario encargado de hacer proyectos de sentencia.
SEMANA: ¿En algún momento usted se quejó con el exmagistrado Guerrero o en la misma Corte?
C.E.: Al principio nunca mencioné nada, pero cuando la situación se volvió tan grotesca, yo le dejé un escrito a mi jefe, pero como era muy cercano a Miguel Polo, él nunca me respondió nada, entonces yo interpuse una queja en el Comité de Convivencia Laboral de la Corte Constitucional, que se acababa de crear. Presenté una queja formal en la Corte, pero dijeron que como yo me había demorado mucho en interponer la queja, a pesar de que había acudido a mi jefe, y que en ese momento fui a un comité de convivencia, la Corte decidió no meterse en el problema y se lavó las manos. Yo tengo la queja, tengo todos los soportes, inclusive, tengo las estadísticas de los casos de cómo se distribuían siendo él y yo pares, ejerciendo el mismo rol y cargo; yo tengo las estadísticas de cómo yo tenía el doble de trabajo que él.
SEMANA: ¿Cuáles fueron sus argumentos para presentar la queja en contra de Miguel Efraín Polo?
C.E.: Que él no estaba cumpliendo las funciones que tenía como funcionario porque su rol no era estar de despacho en despacho haciendo visitas ni estar haciendo lobby en otras cortes o en el Consejo de Estado o en el Congreso de la República, sino era estar sustanciando los casos y haciendo sentencias, que no lo hizo; además, utilizó el despacho a su favor, llevó funcionarios para luego manejarlos y que le hicieran el trabajo que a él le correspondía hacer.
SEMANA: Tenemos información de que la denuncia fue desestimada, ¿qué ocurrió?
C.E.: La denuncia fue desestimada porque, supuestamente, fue presentada extemporáneamente. Es decir, la Corte Constitucional se abstuvo de estudiar el caso y no analizó ni determinó si se presentó o no el abuso laboral. Adicionalmente, no se tuvo en cuenta que yo sí acudí a las instancias correspondientes de manera oportuna, primero ante el magistrado titular, y luego ante el Comité de Convivencia Laboral recién puesto en marcha para esa época.
SEMANA: ¿Cómo ve la posibilidad de que Miguel Efraín Polo vaya a ser el nuevo magistrado de la Corte Constitucional?
C.E.: Por un lado, no me sorprende, porque todos sabíamos que Miguel estaba detrás de eso desde hace muchos años, eso no es nuevo, lleva trabajando mucho tiempo, sabíamos que incluso cuando él no estaba en la Corte era porque estaba haciendo lobby y eso requiere un trabajo político importante y al final está acercándose a aquello por lo que ha estado trabajando y que dejó de hacer en la Corte, dejando de cumplir sus funciones. No me sorprende, pero es triste que una persona que se proyecta como técnica, juiciosa, estudiosa, trabajadora -que no lo es- finalmente cumpla su cometido, porque quienes hemos estado de cerca y lo veíamos en el día a día, y no en el discurso, sabíamos que realmente era más la imagen que una realidad.
Uno sabe que él pasó por muchos despachos y que él cambia de posturas, un día se pinta de progresista, otro día dice que es abanderado de los temas de género, cuando uno lo conoció defendiendo las posturas contrarias. Entonces, de cara a lo que viene para la Corte Constitucional, hay mucha incertidumbre porque creo que con Miguel nadie puede saber a qué atenerse y que él está como el rey de la conveniencia personal y los réditos que pueda obtener con sus votos, porque quienes lo conocemos de cerca sabemos que se mueve de un lado a otro con mucha tranquilidad en función de la conveniencia política más que en función de la defensa de la Constitución.
SEMANA: ¿Es verdad que sería la ficha del presidente Gustavo Petro?
C.E.: No me consta directamente porque yo salí de la Corte en el 2021, entonces no sé cómo sea en este momento la dinámica, pero lo que sí me consta es que Miguel es proclive a jugársela en cualquier lugar pensando en sus propios intereses políticos, en quedar bien, en obtener réditos, entonces no me extrañaría que para conseguir este objetivo, por el que él ha luchado durante tantos años, él pueda congraciarse con facciones políticas con las que hace unos años decía que estaba totalmente alejado de ellos. Hace unos años, él era magistrado auxiliar de Luis Guillermo Guerrero y defendía unas posturas totalmente distintas, entonces no me extrañaría que ahora sea más proclive y afín a estos otros intereses. Ahorita dice que defiende los temas de género, hace unos años era todo lo contrario.
SEMANA: ¿A qué se refiere con que cambió de posición en el tema de género?
C.E.: El tema de género se ha convertido en un tema central, con el que uno se puede congraciar en las cortes y en muchos estamentos, entonces es un tema que hoy en día uno obtiene muchos puntos a favor. Hace unos años, cuando él trabajó en la Corte, él tomaba mucha distancia de los temas, sobre todo del feminismo radical. Yo lo escuché, cuando se impulsó como candidato en el 2020 y ahora que dijo exactamente todo lo contrario, entonces, en ese caso concreto uno sí puede ver un viraje del 100 % porque sí me consta que entre los años 2011 hasta el 2020 su postura en ese puesto en específico era totalmente diferente. Es en un punto que es muy importante para una Corte Constitucional y por eso creo que lo ha capitalizado políticamente a su favor sin que genuinamente él crea en esas doctrinas.