Las resacas del golpe: ‘El sistema del tacto’, de Alejandra Costamagna

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El sistema del tacto, de Alejandra Costamagna
Anagrama, 162 páginas

En El sistema del tacto, de Alejandra Costamagna, Ania, la protagonista de la novela, emprende un viaje de Chile a la provincia argentina para ver por última vez a su tío Agustín, quien agoniza en la ciudad de Campana. Este desplazamiento físico se convierte en un viaje hacia sus propios recuerdos de infancia, olvidados o reprimidos, así como en una exploración acerca de la memoria de las generaciones anteriores, que ella conoció a través de las historias de sus abuelos, de su tío y de Nélida, la madre de este, una emigrante italiana enloquecida por la nostalgia de su patria y de su amor perdido. El desplazamiento hace posible también que Ania reflexione sobre su vida presente en Chile y sobre su difícil relación con su padre, así como sobre la nación, el trauma y la muerte.

La novela está narrada a partir de dos voces narrativas principales: por un lado, la voz de Ania adulta, quien vive los sucesos relacionados con la muerte del tío y registra el declive de la casa familiar donde está hospedada, mientras reflexiona sobre su vida actual. Es una perspectiva a la vez crítica y nostálgica, que evidencia un sentimiento de rabia hacia el padre, si bien los sucesos narrados obligan a Ania a superar este resentimiento. Por otro lado está la voz del tío Agustín joven, un muchacho marginado que quiere acercarse a la niña Ania, “la chilenita” que viene a Campana durante las vacaciones, y que quiere protegerla de los peligros que la acechan tanto fuera como dentro de la casa familiar. Desde su perspectiva limitada, Agustín presencia un evento traumático que le sucede a la niña, pero que la narradora adulta nunca aborda. Entre estas dos voces la novela intercala fragmentos de las novelas de terror que Agustín le prestaba a Ania para entretenerla, que son como ecos que se conectan indirectamente con la trama principal, así como fotografías de familia, los ejercicios de dactilografía que Agustín practica y que le dan el nombre a la novela, y los manuales para inmigrantes publicados por el gobierno argentino a comienzos del siglo XX. Con todos estos retazos, el lector va tejiendo un tapiz fragmentario de hechos y recuerdos que comprende las distintas generaciones y le devela gradualmente las conexiones entre los miembros de una familia y de una, o, en este caso, dos naciones.

La crítica ha clasificado la obra de Alejandra Costamagna como representativa de lo que en Chile se conoce como la “literatura de los hijos”, un término polémico que señala al grupo de escritores chilenos (sobre todo de escritoras) nacidos alrededor de los años setenta del siglo pasado, entre los cuales incluyen a Lina Meruane, Andrea Jeftanovic, Nona Fernández y Eugenia Prado Bassi. Se trata de autores que vivieron la dictadura en su infancia, y que si bien no fueron protagonistas directos de estos hechos, en palabras de la propia Costamagna “respiran las resacas del golpe” y de una manera u otra vuelven en sus obras sobre el problema del trauma social desde la perspectiva de la infancia.

Aunque El sistema del tacto no se centra en el tema de la dictadura, las dictaduras chilenas y argentinas figuran en la novela de manera espectral, así como figura el fantasma de la Segunda Guerra Mundial, a la vez que la reflexión sobre la memoria, personal e intergeneracional, gira en torno al problema de qué es lo recuperable y qué es aquello que se quiere olvidar.

*Andrade es escritora y académica. Desde 2007 es profesora asociada en la Universidad de los Andes. Dirige el Grupo de Investigación en Teoría Literaria y Literatura Comparada. Actualmente es la presidenta de la Asociación de Colombianistas. Autora de Los inspectores y otros cuentos (Cuarto Propio, 2017)

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