CARLOS FELIPE CORDOB

Opinión

Volvamos a confiar

Colombia es mucho más que el Gobierno del presidente Petro. Todos los días, una crisis, un escándalo.

Carlos Felipe Córdoba
26 de febrero de 2025

Estamos tan ensordecidos por el conflicto armado, la inseguridad, la corrupción, el déficit económico y tantas otras crisis que, de tanto vivirlas, el caos se nos está haciendo paisaje.

En este contexto, cuando los choques no se dan con la oposición, son los congresistas, los empresarios e incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los ‘responsables’ de cada nueva discusión. Sin embargo, falta poco, colombianos; ya comenzó la recta final del ‘cambio’. Este Gobierno pasará y la horrible noche cesará.

Así nos llegue dividida y hecha ruina en muchos campos, volveremos a recomponer a Colombia.

Más allá de esta situación caótica, es increíble que la cabeza de uno de los poderes del país, el Ejecutivo, quiera tomar por mano propia los otros. Fiel al estilo de la dictadura, los ataques a la justicia, a los medios de comunicación y al empresariado no son más que un cúmulo de justificaciones para tapar un mal gobierno; ese mismo que tiene a la sociedad contra las cuerdas y ha convertido lo público en un asunto de dialéctica, trinos en X y justificación del caos.

A pesar del mal gobierno que nos afecta, la tenacidad del colombiano resiste. Un claro ejemplo de ello es el sector empresarial, que, aunque compuesto por personas con pocos recursos o capital, dinamiza la economía, genera empleos y oportunidades.

La empresa es una panadería, un taller de mecánica, un restaurante, todas las oportunidades que permiten al ciudadano salir del rezago y tener un sustento económico. Debemos salir de la falacia de que todos los emprendedores y empresarios son millonarios y están en contra de los trabajadores. Por eso, más allá del Gobierno, es imperativo recuperar la confianza entre el trabajador y el empresario, fortalecer esa relación y, con ello, la productividad del país.

Cambiemos de tema. Todos coincidimos en que necesitamos una política pública enfocada en el cambio climático. En ese sentido, el hidrógeno verde, el hidrógeno azul y las granjas solares son el camino. No obstante, ¿no sería más sensato no matar la gallina de los huevos de oro, como lo es Ecopetrol, sino implementar un proceso de transición controlada, en el que los recursos de la explotación minera y de fósiles sean la fuente de financiación para esa transición? La respuesta del Gobierno parece ser una constante evasión de responsabilidades, sin planes claros ni estrategias definidas.

En relación con la seguridad y la paz, hablemos con la verdad: la paz total fracasó. Y aunque todos queremos paz, no puede ser a costa de la seguridad ciudadana. Entregarle el país al Clan del Golfo, las disidencias de las Farc y al ELN; sentarse en mesas de negociación infructuosas, y recortar en $ 787 mil millones el presupuesto de la Fuerza Pública; nos ha dejado hoy con el desplazamiento de familias y la pérdida de la confianza y autoridad de los militares.

Por otro lado, claro que Colombia necesita reformas en salud, pensiones, trabajo y en otros ámbitos. Sin embargo, no podemos permitir que se realicen de forma apresurada, intercambiando votos por puestos o entregando dinero de las entidades del Estado para aprobar, sin ningún pudor, estos cambios tan trascendentales para el país.

Finalmente, este Gobierno tuvo una oportunidad única de cambiar, pero lamentablemente, se quedó atrapado en el sectarismo ideológico. Es por eso que invito a todos los que hoy no estamos de acuerdo con el rumbo que está tomando COLOMBIA: LÍDERES SOCIALES, EMPRESARIOS, POLÍTICOS, SERVIDORES PÚBLICOS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN, ACADÉMICOS Y CIUDADANOS; a sacar del centro de la conversación al presidente Petro y su evidente falta de gerencia. Centrémonos en lo importante y empecemos a tomar acciones para recuperar el control de Colombia desde lo territorial. Aprovechemos la mediana autonomía que la descentralización nos brinda; un claro ejemplo, lo que están haciendo los gobiernos de Bogotá, Medellín y Antioquia, entre otros. Tomemos las riendas de lo nuestro desde las regiones. Esta noche oscura pasará, el Gobierno de Petro también pasará, y nosotros, los colombianos, con nuestro trabajo incansable, honesto e innovador, podremos volver a confiar.

En el 2026, democráticamente, venceremos el desgobierno.