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Opinión

Vergüenza

La mitomanía se considera como ‘un desorden de comportamiento’.

David René Moreno Moreno
9 de octubre de 2024

Estamos ante una de las contradicciones más grandes de este tercer milenio, que es propiciada por el falaz discurso de los ‘zurdos’. Según esta ideología, parece que los principios y valores que enseñan los padres en el hogar y que posteriormente se supone son reforzados en las escuelas, colegios y universidades, son ‘un engaño mayúsculo para la humanidad’. Al aceptar como verdad los pronunciamientos del actual jefe de Estado, habrá que replantear los 10 mandamientos, pensar en reescribir la urbanidad de Carreño y la Cívica (ya olvidada por influencias torcidas en la educación de los jóvenes), puesto que según él, lo malo es bueno y lo bueno es diabólico y producto de la oligarquía.

El asesinar, secuestrar, extorsionar, violar, reclutar niños, comercializar alucinógenos y todos los delitos que cometen los diferentes grupos delincuenciales, parece que ahora son motivo de orgullo para algunos personajes de nuestra política. Cuando realmente estas fechorías son la vergüenza del ser humano, que utilizando la violencia de las armas y el empoderamiento que le dan a quienes ilegítimamente las portan, comenten crímenes horrendos contra ciudadanos indefensos, delitos que en la mayor parte de las ocasiones no tienen el debido castigo de la justicia; bien sea por complicidad de algunos jueces, por ineficiencia de ciertas autoridades, por connivencia de algunos gobiernos que les ofrecen impunidad o por causa de la corrupción que nos asfixia.

En la visita al muy querido México para la posesión de la nueva Presidenta, el jefe de Estado de nuestro país se enorgulleció mencionando que la señora Sheinbaum perteneció a la proscrita organización M-19 en los inicios de la actividad criminal de estos guerrilleros. Señaló que “el M-19 ha dado dos presidentes en América Latina”, haciendo referencia a la nueva mandataria, pero según Everth Bustamante, antiguo integrante del M-19, esa es una “mentira de la dimensión del tren de la casa en el aire de Escalona”. La pregunta que aflora es: ¿si Bustamante dice la verdad, que busca el presidente con esta mentira? ¿Enaltecer el nombre de una organización criminal que se supone desarticulada?

Desde la infancia se le enseña a los niños que la verdad debe brillar en todo momento, así como se refuerza constantemente que los mayores deben ser el ejemplo para las juventudes y, por tanto, quien ha sido designado para que ostente la máxima dignidad dentro del Estado debe ser el ejemplo a seguir por sus virtudes, por su honestidad, por su compostura, por su moral, por su liderazgo, pero no alguien que con pasado de vergüenza se enorgullezca de los actos criminales de la organización de la cual hizo parte.

¿Podría asegurarse entonces que se enorgullece de los crímenes cometidos por el M-19, como la Toma del Palacio de Justicia y los asesinatos de casi 100 personas, con el asesinato del líder sindical José Raquel Mercado, con el secuestro masivo en la embajada de República Dominicana, con las múltiples violaciones de los Derechos Humanos?

Este gobierno se ha caracterizado por el rosario de falsas promesas y mentiras que se han pronunciado desde la campaña política hasta el día de hoy. Jorge Robledo afirma que estamos frente al “Rey de los cañazos”, refiriéndose en forma coloquial a quien se ha caracterizado por mentirle al país, por mentirle a su público cautivo gracias a los subsidios, por mentirle al mundo, por utilizar la mentira para generar cortinas de humo que permitan desviar la atención de los inmensos problemas de corrupción que enredan su entorno familiar y político.

Son muchas las causas por las cuales una persona puede verse impedida para ejercer ciertas actividades, siendo posiblemente una de ellas la mitomanía o mentira patológica que se considera por parte de contenidos profesionales como ‘un desorden de comportamiento’. No estamos hablando del cuento de Pinocho inventado por el periodista italiano Carlo Collodi donde crece la nariz con las mentiras, hacemos referencia a quien tiene la responsabilidad de tomar las más complejas decisiones de un gobierno, pues probablemente debido a esta enfermedad no esté en capacidad de asumir estos compromisos.