Columna de opinión Marc Eichmann

Opinión

Las comunicaciones, otro sector en coma

Las consecuencias de esta realidad del sector no son menores.

Marc Eichmann
28 de enero de 2025

El sector de las comunicaciones en Colombia está en serio riesgo. Ante las dificultades económicas, los operadores con control privado como Claro, Movistar y Tigo están realizando despidos masivos de personal, una señal que refleja lo complicado de su situación.

Primero, Claro, en búsquedas de eficiencias, despidió alrededor de trescientos trabajadores, mientras inteligentemente piensa actualizar su red de coaxial a fibra en un plan a dos años. Inteligentemente, porque a diferencia de los demás operadores logró aplazar la inversión de millonarios recursos lo más que pudo, optimizando así su retorno financiero.

En contraposición, la ETB, por ejemplo, invirtió en la red de fibra hace diez años y dada su inversión prematura no cumplió con los supuestos del negocio generando copiosas pérdidas que se iniciaron en el período en que el presidente de su junta fue Gustavo Petro.

Segundo, las informaciones informales hablan de un despido de alrededor de mil personas entre diciembre y enero en Telefónica Movistar. Sorprende el alto volumen de despidos que da a pensar que la operadora no había estado funcionando de manera eficiente en el pasado, lo cual no sería grave si en su capital accionario no tuviese participación significativa de la Nación. Pareciera que el seguimiento de esta inversión multimillonaria de los colombianos de parte de los gobiernos de turno hubiera estado al garete.

Por su parte, Tigo UNE también pidió autorización al Ministerio del Trabajo para proceder a despidos masivos, lo cual va en línea con la débil posición financiera de las empresas del sector. Los operadores con control público como la ETB aún no toman medidas de disminución de personal, a pesar de que su ratio de costo de personal sobre ingresos está alrededor del 24 % mientras en Claro este indicador se mueve, antes de los despidos, en alrededor del 8 %. Muy difícil la tiene el operador de Bogotá con esas ineficiencias.

En el mercado de telefonía móvil, las tarifas de banda ancha en Colombia siguen siendo de las más baratas del mundo a pesar del alto precio que tuvieron que pagar los operadores por el espectro. El reciente revivir de WOM, gracias a unas concesiones económicas significativas a cargo de la Nación de parte de exministro Lizcano, dejó como herida de guerra unas tarifas muy bajas que les convienen a los colombianos, pero que pueden desembocar en un duopolio por la posible consolidación y o restructuración de algunos de los operadores a futuro.

El mercado de la banda ancha fija y la televisión está teniendo otro tipo de dificultades. La alianza entre el fondo Kohlberg Kravis Roberts (KKR) con el 60 % y Telefónica Colombia con el 40 %, propietaria de la red de fibra utilizada por esta operadora para prestar sus servicios, ha tenido como consecuencia una caída significativa de los precios de la banda ancha fija en el mercado, lo cual ha debilitado significativamente a todas las compañías del país.

Este acuerdo firmado en 2022 tiene una de las cláusulas principales que caracterizó el fallido desarrollo de las empresas públicas de comunicaciones en el pasado, el pago de Telefónica Colombia de un número mínimo de clientes garantizado sobre la red.

Dado que la fuerza comercial de la operadora no ha sido exitosa en llegar a ese número mínimo de conexiones, su estrategia para no pagar por clientes que no le generan ingreso ha sido disminuir significativamente los precios de sus servicios, obligando a su competencia a seguir la misma estrategia.

Las consecuencias de esta realidad del sector no son menores. Telefónica Colombia, con participación de la Nación, tiene serias dificultades de caja y de no ser absorbida por Tigo UNE podría entrar en cesación de pagos, en lo que sería, sin duda, el peor negocio que ha hecho la Nación.

La ETB, por su lado, podría verse forzada a acogerse a Ley 1116 como consecuencia del desafortunado manejo que responde principalmente a su administración durante el mandato de la alcaldesa Claudia López y que el alcalde Galán finalmente decidió reemplazar.

La solución a estos problemas pasa por hacer que las operaciones de las operadoras se vuelvan más eficientes y que el Estado disminuya la presión regulatoria que hoy exacerba la competencia, Lo único cierto en este sector es que a mediano plazo, las tarifas bajas de los servicios con que contamos los colombianos no podrán mantenerse, simplemente porque a esos precios las empresas del sector no son sostenibles.

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