JUAN MANUEL CHARRY

Opinión

La salud mental de los gobernantes en regímenes democráticos

La salud mental del gobernante no solo afecta al individuo, sino también a la sociedad.

Juan Manuel Charry Urueña
30 de enero de 2025

La salud mental de los líderes políticos es un tema que ha cobrado relevancia en la discusión pública contemporánea. Casos de enfermedades mentales en gobernantes de democracias han suscitado debates sobre la idoneidad de estos líderes para ejercer el poder.

1. Borís Yeltsin (Rusia)

Aunque Rusia transitaba hacia una democracia en los años noventa, Borís Yeltsin, primer presidente del país tras la caída de la Unión Soviética, enfrentó problemas de alcoholismo y episodios depresivos. Estas condiciones afectaron su capacidad de liderazgo, evidenciada en decisiones erráticas y ausencias prolongadas. En su caso, no existían mecanismos legales claros para evaluar su estado de salud mental o destituirlo.

2. Donald Trump (Estados Unidos)

El presidente Donald Trump fue objeto de análisis psicológico en su pasado periodo por más de 35 psiquiatras y profesionales de la salud mental, quienes firmaron una carta expresando preocupación por su estado mental. Aunque no se ha confirmado oficialmente ninguna enfermedad mental, el debate sobre su estado mental ha sido intenso, especialmente durante su pasado mandato.

No existe una ley específica que exija evaluaciones de salud mental para los presidentes. Sin embargo, la 25ª Enmienda permite la transferencia temporal del poder si un presidente no puede cumplir con sus funciones.

3. Jair Bolsonaro (Brasil)

El expresidente Jair Bolsonaro ha enfrentado problemas de salud mental, incluyendo episodios de depresión. Su estilo de liderazgo y decisiones políticas han sido cuestionados, lo que ha llevado a discusiones sobre su capacidad para gobernar.

La Constitución brasileña no establece requisitos de salud mental para los gobernantes, aunque el Tribunal Superior Electoral puede inhabilitar a candidatos si se demuestra incapacidad.

4. Andrés Manuel López Obrador (México)

El expresidente López Obrador ha manifestado públicamente su lucha contra la ansiedad y el estrés. Aunque ha buscado apoyo psicológico, su situación ha generado preocupación sobre cómo estas condiciones pueden afectar su liderazgo.

La Ley General de Salud establece derechos para el tratamiento de enfermedades mentales, pero no hay un marco específico que regule la salud mental de los funcionarios públicos.

5. Colombia

En el caso del actual presidente Gustavo Petro se ha especulado sobre posibles trastornos mentales, por sus reiterados incumplimientos, comportamientos erráticos y hasta posible consumo de drogas y sustancias psicotrópicas. Hasta su hermano afirmó que sufría de síndrome de Asperger.

Las alarmas se encendieron en días pasados, con un mensaje del presidente a las 3 de la mañana en la red social X, que desató una crisis diplomática con el gobierno de Donald Trump sobre retorno de migrantes ilegales.

El representante John Jairo Berrío anunció que presentará un proyecto de ley que propone que el presidente se someta a exámenes de toxicología.

La Constitución prevé la ausencia absoluta del presidente por incapacidad física permanente, así como la falta temporal por enfermedad, ambas declaradas por el Senado. No se contempla expresamente la incapacidad mental o las adicciones a las drogas o el alcohol. Sin perjuicio de la Ley 1616 de 2013, sobre salud mental, y la Ley 1996 de 2019, que reemplazó la figura de la interdicción por incapacidad mental.

Más allá de un proyecto de ley, convendría considerar una reforma a la Constitución que incluya la incapacidad y la enfermedad mental como faltas absolutas o temporales del presidente, declaradas por el Senado. Sería un paso hacia adelante, pero debe ser manejado con cuidado para evitar consecuencias negativas. La salud mental del gobernante no solo afecta al individuo, sino también a la sociedad en su conjunto.

Ahora bien, siempre queda la posibilidad de que el presidente se someta voluntariamente a esa clase de evaluación.

Cita de la semana: “El paranoico grave construye una teoría del complot porque de esta manera parece encontrarle un sentido a su sufrimiento”. Paranoia, Luigi Zoja (2013).