Opinión
De golpe en golpe
Ahora que se está hablando de que se gesta un golpe blando, es bueno analizar algunos antecedentes.
Miembros del cuerpo diplomático acreditado en Bogotá han tomado atenta nota del anuncio del presidente Petro de que está siendo víctima de un “golpe blando”, modalidad que para algunos era desconocida.
Han debido comenzar a repasar los diferentes tipos de golpes, precisamente ahora que están próximas las elecciones en Estados Unidos, en las que existe la incógnita Trump, quien trató de dar un golpe apoyado por sus seguidores, que entraron al edificio del congreso en Washington con atuendos de la conquista del oeste y de las luchas con los indios piel roja. No se sabe si, en caso de que sea derrotado por Kamala Harris, vuelva a intentar algo parecido.
El caso de Colombia es especial, ya que América Latina ha sido el paraíso de los gobiernos de facto. El 13 de junio de 1953, los liberales de todo el país, que habían sido objeto durante varios años de una persecución política horrible, con importantes grupos conservadores, salieron a las calles a manifestar su apoyo al general Rojas Pinilla después de derrocar al régimen de Laureano Gómez. El expresidente y jefe liberal Darío Echandía manifestó que había sido un “golpe de opinión”. Es otro tipo de golpe, mucho más sólido que el “golpe blando”.
Medio siglo antes, en diciembre de 1904, el general Rafael Reyes se olvidó de la Constitución y de las leyes vigentes y comenzó a gobernar por decretos, lo que hacía fácil la acción del mandatario. Cualquier similitud con algunos anuncios que se han hecho en el momento actual son pura coincidencia.
El 31 de julio de 1900, cuando el vicepresidente Marroquín se proclamó presidente, impulsó que el mandatario constitucional Sanclemente, que vivía en Villeta, Cundinamarca, y no en Antioquia, fuera apresado. Fue un golpe urdido en los pasillos del palacio presidencial.
El 10 de septiembre de 1885, Rafael Núñez, en una manifestación convocada para apoyarlo, expresó: “La Constitución de 1863 ha dejado de existir”. Ahora algunos afirman que la Constitución de 1991 fue producto de las componendas de la oligarquía reinante y que es necesario convocar una asamblea constituyente para modificarla.
El 23 de mayo de 1863, el comandante del ejército, general Santos Acosta, apresó al presidente Tomás Cipriano de Mosquera, acusado —entre otras cosas— de haber traspasado el vapor Rayo al Perú, que enfrentaba una invasión inicua de España como retaliación por haber afectado a uno de sus súbditos en una de las tantas guerras civiles en ese país.
El 17 de abril de 1854, el general Melo dio un golpe de Estado ficticio a su jefe y compañero, el general José María Obando, para que a la larga este siguiera en la Presidencia. ¿Qué tipo de golpe es este? ¿Podría darse en el momento actual?
Simón Bolívar, el 27 de agosto de 1828, después del fracaso de la convención de Ocaña, por decreto se proclamó como libertador y presidente de la República: fue el principio del fin de la Gran Colombia. Siempre ha habido lagartos y seguidores que están dispuestos a auspiciar la misma conducta.
A pesar de que la historia se borró de la mente de los colombianos, no sería raro que alguna conducta de esas pudiera repetirse.