Arauca
ELN en Arauca y la campaña de terror para atacar a la población civil, estos son los exclusivos detalles
SEMANA tuvo acceso a estos documentos que tienen en poder integrantes de la inteligencia militar. Hay máxima alerta en la Fuerza Pública.

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Un documento clasificado, conocido en exclusiva por SEMANA, advierte sobre un alarmante incremento de robos, extorsiones y violencia en los municipios de Saravena, Fortul y Tame, en Arauca. El frente Domingo Laín Sanz estaría detrás de estos hechos.
La investigación de las autoridades señala como principales responsables a redes urbanas del frente Domingo Laín Sanz, pertenecientes al Frente de Guerra Oriental del ELN, y revela cómo esta estructura ilegal ha desplegado una serie de hechos delictivos para consolidar su control ilegal en esta zona del país a través del miedo y la criminalidad.
El informe revela: “La situación de seguridad en el casco urbano y en los alrededores de los municipios de Saravena, Fortul y Tame, en donde los hurtos simples, calificados y agravados se han venido aumentando desde las últimas semanas”, ha generado una profunda preocupación entre las autoridades y la población civil.
Los principales blancos de estos delitos son establecimientos comerciales como “supermercados, tiendas de barrio, venta de celulares y tecnología, repuestos de vehículos y motocicletas, venta de insumos agrícolas, droguerías, electrodomésticos e incluso transportadores y viajeros”, según detalla el documento.
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Esta escalada criminal estaría afectando gravemente la seguridad ciudadana y la economía de las personas que residen en esta zona del territorio colombiano.
Según el análisis de inteligencia de la Fiscalía, las Fuerzas Armadas y la Policía, esa crisis de seguridad en Arauca está directamente vinculada a la presencia del frente Domingo Laín Sanz del ELN, un grupo con una fuerte influencia criminal en la zona.
La investigación asegura que este grupo armado ilegal “ha obtenido millonarios recursos por cuenta de la extorsión a comerciantes, transportadores, ganaderos, contratistas del Estado y empresas petroleras”, lo que les ha permitido consolidar su estructura armada y logística.
El documento describe cómo el ELN ha invertido estos ingresos en “armamento de largo alcance, equipos de comunicaciones, explosivos y material de intendencia”, haciendo más fuerte su capacidad operativa y aumentando su control sobre el territorio.
Actualmente, según la inteligencia militar, “esta estructura ilegal cuenta con siete comisiones y tendría cerca de 400 hombres entre el componente armado y las redes de apoyo al terrorismo”, lo que la convierte en la facción más grande y con mayor poder criminal dentro del Frente de Guerra Oriental del ELN.
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Un ‘modus operandi’ basado en el terror
Uno de los episodios más alarmantes reportados en el documento ocurrió recientemente en el sector de Flor Amarillo, zona rural de Tame, Arauca.
En este hecho, “varios sujetos vestidos de civil, portando armas de fuego semiautomáticas, atravesando árboles sobre la carretera, detuvieron vehículos y motocicletas que circulan con cierta regularidad y cotidianidad, despojando a conductores y pasajeros de pertenencias como equipos celulares, dinero en efectivo, joyas, relojes, entre otras”.
El patrón de robos no solo va a estos asaltos directos en carreteras, pues el informe señala: “El hurto de dinero en efectivo y productos como licores, medicamentos, repuestos para vehículos de alta gama, equipos celulares y electrodomésticos, se han multiplicado de manera preocupante desde finales del mes de enero”.
Sin embargo, la preocupación de las autoridades va más allá del incremento de los hurtos. La inteligencia militar ha identificado que detrás de estos hechos hay una estrategia bien calculada del ELN con múltiples objetivos.
El documento clasificado da a conocer tres posibles estrategias que el ELN estaría implementando a través de esta ola de inseguridad.
Lo que buscan es generar la sensación de caos para justificar su control ilegal del territorio. Según la inteligencia militar, el grupo guerrillero busca aprovechar el descontento de la población con las “elevadas y exageradas cuotas extorsivas” que han impuesto a comerciantes y transportadores.

Algunos de estos sectores estarían resistiéndose al pago, lo que afecta las finanzas del grupo criminal. Frente a esta situación, el ELN pretende “generar una sensación de inseguridad para ofrecer el control de las calles a cambio del pago de la extorsión”, es decir, utilizar el miedo como una herramienta para reimponer su dominio sobre la economía local.
Asimismo, desplazar a sus enemigos y reforzar la extorsión. Otro objetivo de esta estrategia sería la disputa territorial contra grupos disidentes de las Farc.
El documento señala que el ELN busca “generar un falso rumor sobre la llegada o presencia de esa otra estructura, la cual estarían señalando y amenazando a la población civil como colaboradora del ELN”.
De esta manera, el frente Domingo Laín Sanz “vendería la sensación de ahuyentar a sus enemigos, evitar homicidios y la llegada de ellos a cambio de mejorar el pago de las cuotas extorsivas”.
Otras de las estrategias es poder desprestigiar a las autoridades y ganar aliados en la población. La tercera estrategia del ELN, según la inteligencia militar, es lanzar una “campaña de desprestigio en contra de las autoridades locales” para demostrar su supuesta incapacidad de operar y garantizar la seguridad.
Lo anterior haría que la población civil vea al grupo armado como una alternativa de protección y, en algunos casos, termine apoyándolo indirectamente.
En medio de las investigaciones, los militares pudieron determinar el uso de indígenas, delincuentes comunes y menores de edad de parte del ELN que ha recurrido a la coacción y el reclutamiento de distintos sectores de la sociedad para ejecutar su estrategia de terror.
Por un lado, el documento señala que el grupo guerrillero “estaría presionando a comunidades indígenas de la región para que salgan a las vías y carreteras y realicen toda clase de abusos y robos en contra de la población civil, comerciantes y transportadores”.
Además, da a conocer que el ELN ha integrado en su estructura a delincuentes comunes y bandas criminales locales, a quienes “a cambio de entregarles armas, dinero y municiones, les estarían indicando dónde, cuándo y a quiénes someter como víctimas de sus actos criminales”.

Uno de los puntos más preocupantes del informe es la utilización de menores de edad en estos delitos.
“Se tiene evidencia de que, en al menos tres de estos hechos, han empleado a menores de edad, a quienes estarían entrenando en manejo de armas y midiéndolos para ver sus habilidades criminales”, indica el documento.
Posteriormente, estos niños y adolescentes serían obligados a ejecutar homicidios y a “presionar con amenazas a comerciantes por el pago de cuotas extorsivas.”
¿Qué viene ahora?
Según las conclusiones del documento, se espera que en los próximos días el ELN continúe con su escalada de violencia para reforzar su control ilegal del territorio.
En particular, alertan sobre la posible ejecución de homicidios selectivos que podrían ser utilizados como una forma de “dejar panfletos y letreros señalando de la ola de inseguridad y robos, y de esta manera aumentar el control ilegal del territorio con base al temor y el engaño”.
Las autoridades como Policía Nacional, Fiscalía General y Ejército están en máxima alerta con estas informaciones, por lo que han reforzado sus operaciones.