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Araña, el narco VIP: la historia secreta de cómo el Gobierno Petro intentó impedir la captura de un poderoso capo pedido en extradición. Luego, lo trataron como a un rey

SEMANA revela cómo delegados del Gobierno Petro intentaron obstruir la captura de un poderoso narcotraficante pedido en extradición por Estados Unidos. Envió droga a México mientras hablaba de paz total. Lo trataron como a un rey.

1 de marzo de 2025, 9:25 a. m.
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| Foto: Semana

La reciente captura de Geovany Andrés Rojas, alias Araña, un poderoso narcotraficante pedido en extradición por Estados Unidos, estuvo a punto de frustrarse. SEMANA accedió en exclusiva a una bitácora reservada de la Fiscalía en la que se detalla, minuto a minuto, cómo delegados del Gobierno Petro intentaron obstruir a toda costa el operativo en contra de este capo, líder de los Comandos de la Frontera, una de las disidencias de las Farc que opera en el sur del país.

Araña recibió un tratamiento vip, con hospedaje en hoteles en Bogotá y sin ser esposado en el búnker, pese a los graves cargos en su contra por enviar cocaína hacia México mientras hablaba de paz total en Colombia, como quedó claro en la circular roja de la Interpol. Por si fuera poco, este narco puro terminó siendo trasladado, de forma atípica, al Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo), en donde le asignaron una habitación. En ese complejo tiene asignada su casa fiscal el propio director de la Policía.

El documento en poder de este medio es un informe confidencial dirigido específicamente a la fiscal Luz Adriana Camargo, en el que los investigadores le reportaron los graves problemas que se presentaron en la noche del 12 de febrero y que tienen encendidas las alertas en Washington, tratándose de un narco puro y de interés para la DEA. En la mira están las actuaciones de funcionarios como Otty Patiño, comisionado para la paz, y Armando Novoa, jefe negociador del Gobierno con las disidencias de las Farc, quienes literalmente se atravesaron en el procedimiento de captura en el marco de la cooperación internacional.

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Alias Araña disidente de las Farc. | Foto: Mauricio Alvarado - El espectador

El minuto a minuto enviado a la fiscal al día siguiente del tormentoso operativo muestra de entrada la resistencia del narcotraficante, sorprendido por el CTI en un exclusivo hotel del occidente de Bogotá, donde participaba en una conversación en el marco de la paz total. A las 8:15 p. m. de ese día, los agentes notificaron a alias Araña de la circular roja de Interpol publicada en su contra ese mismo 12 de febrero, bajo el número A-2082-2-2025, por solicitud de Estados Unidos.

“Se le solicita se identifique (...) manifestó ser negociador de paz y que no estaría dispuesto a suministrar su identificación hasta que se comunicara con el jefe negociador del Gobierno nacional, doctor Armando Novoa, quien se encontraba presente en el mencionado recinto. A su vez intervino la doctora Olga Ochoa, como abogada facilitadora del proceso de paz, poniéndole en conocimiento por parte del CTI el motivo de la diligencia”, se lee en los primeros renglones del documento en el despacho de la fiscal Camargo.

Luego, aparecieron en el lobby del hotel más funcionarios del Gobierno y se alertó sobre la llegada al lugar del comisionado Otty Patiño. Los agentes del CTI no daban crédito a lo que presenciaban: una obstrucción evidente frente a un pez gordo del narcotráfico. De hecho, los agentes relataron que tuvieron que mostrarle la orden de Interpol a Novoa. “Se le puso de presente el motivo de la diligencia y se le exhibió la circular roja en contra del señor Rojas, el cual manifestó que se oponía al procedimiento hasta tanto no fuera de pleno conocimiento del doctor Otty Patiño, alto comisionado para la paz, a quien comunicaron vía telefónica sobre la diligencia judicial. Novoa manifestó que Patiño llegaría al hotel para hacer presencia”, señala la bitácora secreta.

Con un rostro de tranquilidad, sin esposas o cadenas, salió alias Araña del bunker

En ese momento hubo un alboroto entre los visitantes y huéspedes del prestigioso hotel, que presenciaron por varios minutos a decenas de hombres armados. La situación se tornó tan tensa que los agentes del CTI, acostumbrados a procedimientos efectivos y sin trabas, reportaron que tuvieron que trasladarse a otro lugar ante las demoras y escollos impuestos por Araña y los delegados del Gobierno Petro.

Alias Araña fue capturado. | Foto: Suministrada a Semana API

“Por motivos de seguridad e instrucciones del jefe de seguridad del hotel, en razón a la aglomeración de personas que se hicieron presentes en el hotel, solicitaron ir al sótano del lugar, donde se halla un salón reservado para que se le diera continuidad al procedimiento. Y con la aprobación de los funcionarios de la mesa de negociación, la doctora Ochoa, abogada facilitadora, y del señor Rojas, se efectúa dicho traslado”.

Mientras ese tire y afloje ocurría, a Araña nunca lo esposaron como es habitual ante un criminal de alta peligrosidad. Los agentes del CTI se miraban desconcertados entre sí, pues tenían que recibir autorización de funcionarios del Gobierno Petro para dar cada paso, cuando se trataba de un operativo de captura con fines de extradición, en el marco de los acuerdos de cooperación vigentes con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

La Fiscalía estaba maniatada. En el sótano repitieron el procedimiento inicial del lobby y volvieron a solicitar la identificación de alias Araña. Sin embargo, el jefe de las disidencias de las Farc y la abogada defensora se volvieron a negar y afirmaron que solo lo harían hasta que llegaran los representantes del Gobierno. Rojas se plantó por encima de la ley, sin que nadie hiciera nada.

Casi una hora después, a las 9:10 p. m., el comisionado para la paz llegó al sótano, formuló preguntas que llamaron la atención e incluso impuso condiciones. Así lo registra el minuto a minuto del polémico procedimiento: “Siendo las 21:10 horas, ingresa Otty Patiño, quien solicita se le informe el motivo de la presencia en el lugar del CTI, además del motivo de la circular roja de Interpol. Patiño manifiesta que no se debe continuar con el procedimiento judicial hasta que se tomara contacto vía telefónica con el director del CTI y la fiscal general de la nación”.

Más de 40 minutos después, en medio de la incertidumbre y el riesgo de que se cayera la captura de un narco señalado de controlar el negocio de la droga en el Putumayo, Patiño llamó a la propia fiscal Camargo. Sin importarle la reserva del operativo, puso su teléfono celular en altavoz para que los demás escucharan la conversación, incluido Araña. Alguien, sin que la fiscal lo supiera, grabó la conversación.

La bitácora relata el hecho: “Siendo las 21:52 horas, Patiño toma contacto vía telefónica con la doctora Luz Adriana Camargo, fiscal general, solicitando explicaciones del procedimiento realizado por los servidores del CTI. Comunicación que Otty Patiño mantuvo en altavoz en su equipo celular para el conocimiento de todos los presentes. Además, fue grabada en video por parte de un funcionario de comunicaciones de la mesa de negociación de paz, quien no suministró su nombre. Dentro de la comunicación también intervinieron Armando Novoa y Olga Ochoa, igualmente intervino el funcionario de policía judicial del grupo SIU, quien por instrucción de la fiscal explica nuevamente la diligencia judicial a realizarse y pone en conocimiento la labor del grupo investigativo”.

La fiscal Camargo escuchó las quejas, pero se mantuvo férrea en la obligación que tenía de dar cumplimiento a una circular roja de Interpol. Sin embargo, afirmó en medio del diálogo que iba a conversar del espinoso asunto con sus asesores.

Alias Araña estaba conversando con el Gobierno. | Foto: CAPTURA DE VIDEO

“Una vez terminada la comunicación, los representantes de la mesa de negociación, en cabeza de Otty Patiño, se reúnen en un salón contiguo, posteriormente solicitan el ingreso al salón del líder del grupo SIU de la Fiscalía, con el fin de poner en conocimiento el procedimiento a seguir, autorizado por la fiscal y el director del CTI”, reseña la bitácora.

Nadie daba crédito a lo que sucedía. Aunque las órdenes de captura contra Rojas fueron suspendidas el 12 de abril de 2024 en el marco de la paz total, esa medida no cobijaba las circulares rojas de Interpol, como lo explicó la Fiscalía.

Dos horas después de la llamada del comisionado con la fiscal, el procedimiento seguía en suspenso hasta que el director del CTI dio la orden precisa de iniciar el operativo. Al capo lo notificaron nuevamente y le leyeron sus derechos. Al filo de la medianoche, a las 11:57 p. m., acompañado por la comitiva del Gobierno Petro, Araña, por fin, presentó sus documentos de identificación.

Pero el narco desafió a la Fiscalía. “Es de resaltar que el señor Rojas se negó a firmar y plasmar su huella, tanto en el acta de derechos de aprehendido como en la constancia de buen trato. Asimismo, no accedió a aportar información correspondiente a su arraigo”, se lee en la bitácora. Todo el trámite de documentos concluyó a las 12:38 a. m. del 13 de febrero, es decir, más de cuatro horas después de iniciado el operativo.

Como era de esperarse, Araña debía ser trasladado al búnker de la Fiscalía dada su peligrosidad. Sin embargo, en esta larga cadena de tropiezos, equivocaciones y obstrucciones a la justicia, ocurrió un hecho inusual: al narcotraficante lo llevaron a dormir a otro prestigioso hotel, en el centro de Bogotá, con todo el confort.

“La medida se realiza, ya que por motivos de seguridad del hotel (del occidente), no se permitía que el señor Rojas permaneciera en sus instalaciones. Siendo las 1:05 horas, se inicia el desplazamiento de Rojas en una camioneta adscrita a la UNP con la custodia de los funcionarios del CTI y la compañía de la doctora Olga (la misma que se presentó como facilitadora), de igual forma lo acompañan dos camionetas de equipo táctico y tres de SIU”, dice el documento que los investigadores le enviaron a la fiscal Camargo.

El aparatoso traslado empezó y “siendo la 1:36 Rojas ingresa custodiado al hotel (...) sin novedad durante el desplazamiento, alojándose en una habitación del piso 12”. El lugar fue custodiado por un grupo del CTI y de la Policía Nacional mientras el narco dormía plácidamente.

Otro traslado

A primera hora de la mañana del 13 de febrero, al capo le informaron que sería llevado finalmente al búnker de la Fiscalía, un lugar seguro donde continuaría su captura con fines de extradición.

Del hotel salieron a las 8:15 a. m. con destino a la sede del ente acusador, en la avenida La Esperanza. Allí fue sometido a las revisiones médicas de rigor. Al lugar llegó nuevamente Armando Novoa, jefe negociador con las disidencias de las Farc, y una abogada llamada Gloria Arias Nieto, que forma parte del equipo de negociadores del Gobierno.

La accidentada diligencia fue seguida de cerca por agentes de la DEA, teniendo en cuenta que la Justicia en Estados Unidos considera a Araña como un narco puro que intentó escudarse en las negociaciones de paz del Gobierno Petro para burlarse de las autoridades colombianas.

En otro episodio que muestra el trato vip que recibió este narco, alias Araña nunca fue esposado en el búnker. Allí se le vio caminando tranquilo y formulando toda clase de preguntas: “¿Por qué me detuvieron? ¿Estoy colaborando en un proceso de paz? ¿Por qué me quieren llevar? Es injusto lo que están haciendo conmigo, quieren acabar el proceso; esto no está dentro de los acuerdos”. Después, soltó la frase de moda cada vez que un delincuente negociador es sorprendido con las manos en la masa: “Esto es un entrampamiento”.

Con ese trato de lujo, las autoridades entraron posteriormente a discutir el lugar en el que debería estar detenido. Altos funcionarios de la Fiscalía tenían una posición clara: alias Araña, conforme a la orden emitida por Interpol, tenía que quedarse en el búnker bajo custodia del CTI. Sin embargo, de nuevo, los funcionarios del Gobierno Petro alteraron esa decisión.

Los mismos funcionarios del CTI se miraron con asombro y no entendían el complaciente manejo para un narco. Esto ocurría mientras organizaban un fuerte esquema de seguridad para su nuevo traslado.

Novoa, el jefe negociador del Gobierno Petro, tomó su teléfono y llamó en repetidas ocasiones a todo tipo de funcionarios, buscando desesperadamente que alias Araña no permaneciera en el búnker de la Fiscalía. Según dijo, estaba protegiendo el proceso de paz con las disidencias de las Farc. Su gestión dio frutos. Irónicamente, Araña fue llevado al Cespo, en el noroccidente de Bogotá.

Como en ese momento el presidente Petro estaba de gira por el Medio Oriente, SEMANA confirmó con fuentes del operativo que Novoa llamó al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien cumplía funciones presidenciales delegatorias. También buscó a Iván Velásquez, ahora exministro de Defensa, altos oficiales de la Policía e incluso acudió a la Iglesia católica.

Novoa no encontraba solución. Sin embargo, apareció Armando Benedetti, en ese momento jefe de despacho. De acuerdo con los testimonios de los investigadores, el actual ministro del Interior se comprometió a hacer gestiones. Eso fue sobre las 12 del mediodía. A las 2:00 de la tarde, alias Araña tenía dispuesto un cómodo alojamiento en el Cespo, el mismo lugar donde el director de la Policía tiene su casa fiscal. “A nosotros nos parecía inconveniente que el señor Rojas fuera trasladado al búnker de la Fiscalía. Hasta ahí le puedo contestar”, le dijo Novoa a SEMANA.

La bitácora hace el reporte: “Siendo las 14:48 horas del 13 de febrero de 2025, el doctor Armando Novoa García, jefe negociador, en representación del Gobierno nacional, en los términos de la Ley 2272 de 2022, pone en conocimiento del director del CTI que la Policía Nacional recibiría la custodia del aprehendido Geovany Andrés Rojas, quien se encuentra en presencia de la defensora Olga Lucía Ochoa, y sería trasladado a las instalaciones de la avenida Boyacá, complejo norte de la Policía Nacional, en la ciudad de Bogotá”.

Unas dos horas después, a las 4:06 de la tarde, el subdirector de Interpol llegó al búnker de la Fiscalía para asumir la custodia de Araña y organizar su traslado. Cuarenta minutos después, el narconegociador, rodeado de hombres de la Interpol y del CTI, con aspecto tranquilo, tenis blancos, jean y una camiseta negra, salió con aspecto tranquilo, sin esposar. En ese momento lo subieron a una furgoneta de la Policía.

Esta imagen contrasta con el traslado de otro narco de primer nivel, alias Otoniel, extraditado a Estados Unidos en mayo de 2022, encadenado de pies y manos, casco y chaleco antibalas, a quien movían a empujones. Sin ir muy lejos, Epa Colombia, presa en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, estuvo esposada todo el tiempo en el búnker de la Fiscalía, sin ser realmente una delincuente de alta peligrosidad.

La captura de Geovany Andrés Rojas, alias Araña, comenzó a las 8:15 p. m. del 12 de febrero y terminó a las 12:38 a. m. del día siguiente. La demora obedeció a las repetidas interrupciones de funcionarios del Gobierno de Gustavo Petro.
La captura de Geovany Andrés Rojas, alias Araña, comenzó a las 8:15 p. m. del 12 de febrero y terminó a las 12:38 a. m. del día siguiente. La demora obedeció a las repetidas interrupciones de funcionarios del Gobierno de Gustavo Petro. | Foto: PRESIDENCIA

Hacia las 7:00 p. m., la caravana llegó a Cespo, donde esperaron a Araña. Por supuesto, no fue trasladado a una celda, sino a una habitación que, por lo general, es usada por oficiales que se capacitan en el Centro de Estudios de la Policía, con baño propio.

El rumor de que un narco llegaba a alojarse en la sede de la Policía, donde también viven el subdirector y otros altos oficiales, empezó a correr como pólvora. La indignación fue total, considerando que Araña, un objetivo de alto valor, recibía trato de rey. En el Cespo estuvo como un huésped más durante una semana completa. Finalmente, el capo fue trasladado a La Picota el pasado 21 de febrero y se está a la espera de que se concrete su extradición a Estados Unidos.

Obstrucción a la justicia

Lo ocurrido con Araña puede tener coletazos en Colombia y en Estados Unidos, dado que quienes impidieron su captura podrían ser llamados por obstrucción a la justicia. El pedido de captura con fines de extradición tiene fecha del 11 de febrero y tan solo unas horas después se hizo efectiva la actuación, con toda clase de trabas.

El país vio al propio comisionado Patiño interfiriendo el procedimiento. Según sus palabras, “las disidencias seguían traqueteando, pero estaban en un proceso de paz”. Patiño afirmó que la captura significaba “un asalto a la confianza en la mesa de negociaciones (…) no puede ser que, aun cuando ellos tengan la potestad de aprehender a una persona por una circular roja, se haga sin consideración con los procesos de paz, con la soberanía y la dignidad de Colombia”.

Armando Novoa afirmó que la captura y eventual extradición de Araña tendrían consecuencias: “Se nos cae la mesa, quedan en suspenso los acuerdos y esto afecta gravemente a las comunidades”.

Pese a estos argumentos, el abogado Sergio Alzate y el ciudadano Sebastián Velázquez le confirmaron a SEMANA que ya interpusieron denuncia en la Fiscalía contra Otty Patiño. Asimismo, están recaudando evidencias para ampliar su denuncia contra otros funcionarios que habrían participado en lo que consideran una grave obstrucción a la justicia.

Más delicada es la situación en Estados Unidos, donde ese mismo delito de obstrucción a la justicia es considerado una causa muy grave y ha dado lugar a solicitudes de extradición.

Fuentes de la Fiscalía aseguraron que sus homólogos en Estados Unidos revisan las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se dio la intervención de Otty Patiño en el procedimiento del CTI contra Araña.

Advirtieron que se trató de un procedimiento de carácter reservado y que la publicación de videos en las redes sociales es una clara violación de esa reserva. Quienes se atravesaron en esa actuación, sin saberlo, estaban grabando la prueba de su responsabilidad en dicha obstrucción.

Es decir, según las fuentes, Patiño y los demás presentes se habrían interpuesto ante un procedimiento de la Justicia de Estados Unidos, no de la Fiscalía colombiana. Para Washington, la detención nada tiene que ver con un entrampamiento, tal como se calificó en su momento la captura de Jesús Santrich, exjefe de las Farc.

Alias Araña se declaró víctima de un entrampamiento cuyo objetivo es acabar con el proceso de paz. En las órdenes de captura en su contra se le acusa de enviar droga a Estados Unidos.
Alias Araña se declaró víctima de un entrampamiento cuyo objetivo es acabar con el proceso de paz. En las órdenes de captura en su contra se le acusa de enviar droga a Estados Unidos. | Foto: Suministrada a Semana A.P.I.

Guerra con Márquez

Detrás de la caída de Araña, a quien la Corte Suprema de Justicia le acaba de negar la libertad, hay una guerra a muerte entre él y otro recordado exjefe negociador de las Farc, que prefirió seguir en el crimen. Se trata de Iván Márquez, con quien compartieron filas en la disidencia de la Segunda Marquetalia, pero se divorciaron, como suele ocurrir con estos grupos, en medio de una lucha por el poder y el control del tráfico de drogas.

Araña no se conformó con ser parte de las cabezas de la Segunda Marquetalia y montó su propio escuadrón: los Comandos de la Frontera, en el sur del país, en el límite con Ecuador. Por su parte, Márquez se concentró en los límites con Venezuela, bajo el respaldo del régimen de Nicolás Maduro.

Araña buscó independizarse en su feudo, en el sur, y desató una guerra a sangre y fuego. Fuentes de inteligencia señalaron que en esta guerra empezaron a sapearse y a entregar información sobre los movimientos del narcotraficante.

Las autoridades le seguían los pasos, a sus nexos con los poderosos carteles de la droga mexicanos y narcos ubicados en otros países. De hecho, tienen información de una cumbre de narcos mexicanos y emisarios de Araña en la que se había acordado expandir el negocio y empezar a sacar droga desde otras naciones. Esa sociedad criminal se empezó a extender a Perú, Bolivia y Ecuador.

Aunque poco se hablaba de Araña, este delincuente estaba en el radar de Estados Unidos desde 2017, al igual que su organización. Así lo deja en claro la circular roja que lo tiene con un pie en Estados Unidos, pese a aferrarse a la negociación de paz para evitar su envío.

“Al menos entre 2017 y febrero de 2025, Geovany Andrés Rojas era el cabecilla de un grupo colombiano de delincuencia organizada denominado Comandos de la Frontera, que se dedicaba a proteger los cultivos de coca y los laboratorios para su tratamiento, coordinar los cargamentos de cocaína y cobrar un impuesto a los fabricantes o vendedores de su cocaína en las regiones bajo su control. Rojas negociaba la venta de toneladas de esta droga para grupos que la transportaban hacia América Central, México y, en última instancia, a Estados Unidos”, se lee en la argumentación de la circular roja de Interpol.

Uno de los hechos más cercanos, que tuvo seguimiento directo de las agencias de seguridad de Estados Unidos, ocurrió en marzo de 2024. “La Armada de México interceptó dos embarcaciones que intentaban introducir cocaína por mar y se incautaron aproximadamente 1.500 kilogramos del alcaloide que había sido enviado por Rojas desde Ecuador hacia México, y cuyo destino final era Estados Unidos”, advierte la circular. Ese hecho marcó la decisión final de pedir su extradición.

En el documento de Interpol hay un capítulo especial que se denomina “Datos complementarios sobre el caso”. Ahí se describe en detalle la operación de Araña y por qué para la Justicia de este país no es más que un narco puro, así se esté escudando en la negociación, con el respaldo del Gobierno Petro.

“Comandos de la Frontera estaba encabezado por Rojas, quien tenía más de 1.000 combatientes repartidos por sus territorios a lo largo de la frontera colombo-ecuatoriana. Los hombres de Rojas eran uno de los grupos criminales más poderosos del sur de Colombia, ubicados estratégicamente en el área de Putumayo, que es una de las principales regiones productoras de cocaína del país, y tenían una influencia significativa sobre la cadena de suministro del tráfico de cocaína en todo el mundo y, específicamente, en los Estados Unidos”, señala el contundente documento con el que se ordenó la búsqueda internacional y captura del capo.

El documento agrega: “Tenía control total sobre la frontera entre Ecuador y Colombia, desde Puerto El Carmen de Putumayo (Ecuador) hasta Nariño (Colombia), y decidía quién estaba autorizado a producir, distribuir y comprar cocaína en la zona. A principios de 2019, Rojas comenzó a imponer tarifas de tráfico en la frontera entre Colombia y Ecuador. Cobraba aproximadamente entre 200.000 y 300.000 pesos colombianos por kilogramo de cocaína, como impuesto para operar en su territorio controlado”.

En la solicitud queda claro que Rojas era el todopoderoso del tráfico y el crimen en la frontera con Ecuador. “Las tarifas e impuestos variaban de un traficante a otro, incluso, por ejemplo, en función de la calidad y cantidad de la cocaína negociada. Los compradores adquirían cocaína en laboratorios clandestinos de la región de Colombia controlada por Rojas”.

La cadena de tráfico con sus socios funcionaba así, según el documento de la Interpol, conocido por SEMANA: “Los productores de cocaína de Rojas en el área suministraban miles de kilogramos de cocaína a los compradores, y los compradores también pagaban impuestos a Rojas. Luego, los compradores vendían la cocaína a asociados en México, incluidos miembros de varios carteles mexicanos. Esos carteles mexicanos luego importaban la cocaína a los Estados Unidos”.

Y viene la lapidaria sentencia que tiene a Rojas detenido y quemando cartuchos para evitar su extradición: “Según la ley de los Estados Unidos, una persona acusada de distribuir sustancias controladas con la intención de llevarlas ilegalmente a los Estados Unidos será juzgada en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, en el que se arresta o se presenta por primera vez al infractor o cualquiera de dos o más delincuentes conjuntos, que en este caso sería el Tribunal de Distrito Sur de California”. Allá es esperado alias la Araña.

La última palabra la tendrá el presidente Petro. ¿Se abstendrá de extraditar al capo bajo el argumento de una paz total que no ha dado resultados y que se ha prestado para que criminales sigan traficando droga, como en este caso, según la Justicia de Estados Unidos? ¿Qué pensará el Gobierno de Donald Trump, en medio de su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo internacional? En Colombia, acaso, ¿Araña seguirá recibiendo un trato vip?

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