Nación
Asalto a carro fúnebre y resistencia para mover cadáveres: la otra cara de la guerra entre disidencias de las Farc y el ELN
Las morgues de Norte de Santander llegan a niveles históricos de ocupación y las autoridades tienen problemas para recoger los cadáveres en la zona de conflicto entre el ELN y las disidencias.
Las autoridades no tienen certeza de cuántas personas han muerto en medio de la guerra que sostienen las disidencias de las Farc y el ELN por el control territorial. De manera oficial, han hallado 50 cadáveres, pero se sospecha que hay un subregistro porque algunos ciudadanos se han apoderado de cuerpos para evitar, supuestamente, sus identificaciones y las investigaciones judiciales.
La prueba de este fenómeno fue documentada este lunes, 27 de enero, cuando la fuerza pública ordenó el traslado de las 13 víctimas mortales que dejó un asalto de las guerrillas en la zona rural de Teorama. El objetivo era que carros fúnebres llevaran los restos hasta la capital de Norte de Santander, donde la Fiscalía y Medicina Legal realizarían los actos urgentes.
Estos planes cambiaron a última hora. Al parecer, los allegados de los muertos mostraron resistencia para mover los cadáveres y prefirieron sepultarlos por su propia cuenta en las montañas de la región del Catatumbo. Se trataba de once hombres y tres mujeres, de los cuales varios serían menores de edad y pertenecerían a la estructura 33 de las disidencias de las Farc.
“De los 13 muertos, solo llegaron siete a Cúcuta. En el camino, familiares bajaron a varios. De manera violenta, no (querían) que se dieran cuenta quiénes eran, pero el inspector dejó constancia que eran 13″, describió un funcionario de la administración departamental en conversación con SEMANA este martes. De momento, avanza la identificación de estas siete personas.
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Uno de los episodios que marcó la jornada fue el asalto a uno de los carros fúnebres en la vía a San Pablo: sujetos sacaron uno de los cadáveres que habían sido rescatados en Teorama y lo llevaron a un sitio que, hasta ahora, es desconocido por las autoridades. La hipótesis es que, como ocurrió con los demás, no querían que los investigadores judiciales supieran quién era el fallecido.
El informe más reciente del puesto de mando unificado de la Gobernación de Norte de Santander indicó que las muertes violentas, en el marco de esta guerra, han tenido lugar en los municipios de Tibú, Teorama, El Tarra, Hacarí y San Calixto. Entre las víctimas mortales hay 46 adultos y cuatro menores de edad, quienes habrían sido reclutados por las disidencias de las Farc.
Los fallecidos que se han podido identificar son cinco reintegrados de las Farc-EP, dos líderes sociales y 33 particulares. Se mantiene la preocupación por doce desaparecidos, también firmantes del acuerdo de paz, en Teorama, Convención y Tibú. Los desplazados siguen en aumento: 49.021 personas se han visto en la obligación de abandonar sus casas por el temor de las balas.