Nación
Volando entre balas: el valiente piloto que enfrenta a las disidencias de las Farc desde el aire
El mayor Jimmer Alexánder Acuña cumplió 22 años al servicio de los colombianos y defiende a la población civil en el departamento del Cauca.
El mayor Jimmer Alexánder Acuña Paula es uno de los pilotos más experimentados de Colombia. En las últimas semanas se ha enfrentado a las disidencias de las Farc a bordo de un helicóptero Black Hawk del Ejército Nacional y ha sobrevivido a ataques con ametralladoras, fusiles y drones con explosivos.
Se incorporó a la institución hace 22 años y lleva 156 meses defendiendo al país desde el aire. Recientemente, fue llevado a la región del Pacífico para proteger a la población civil que es atormentada por los hombres de alias Iván Mordisco y desde la altura ha podido constatar la crudeza de la violencia.
“Es un grupo al margen de la ley que lo que busca siempre es causar daño. Nosotros como militares vivimos en peligro desde que portamos el uniforme. Yo soy parte de una institución, la cual defiende todo lo que vaya en contra de nuestra patria y de nuestra Constitución”, afirmó el funcionario en SEMANA.
En siete oportunidades, las organizaciones delincuenciales han intentado derribar el helicóptero que maniobra. Uno de los casos más conocidos ocurrió en el marco de la Operación Jinete, cuando un grupo de soldados fue aturdido por los guerrilleros y pidieron apoyo; Acuña Paula llevaba los refuerzos, pero no logró cumplir la misión.
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“Fuimos blanco de ellos al momento del desembarque, no pudimos (lograrlo) en vista de que había mucho fuego en ese momento. Fuimos atacados con ametralladoras, fusiles y artefactos explosivos improvisados (que) estallaron antes de tiempo y ocasionaron unas esquirlas”, agregó el mayor.
Según el reporte del Ejército, la aeronave recibió 27 impactos. La experticia de Jimmer Alexánder, más la de su tripulación, evitó una tragedia aérea en el país. Retornó a Popayán con la frustración de no haber podido brindar el apoyo necesario a los soldados que se encontraban en tierra.
El segundo reto lo tuvo en la Operación Perseo para recuperar al corregimiento El Plateado, de Argelia. El 12 de octubre, en coordinación con otras tres aeronaves y dos Arpías de la Fuerza Aérea, el mayor ingresó en cuatro ocasiones bajo el fuego enemigo para desembarcar las tropas en las partes altas del terreno.
“No es fácil ser atacado por fuego del enemigo, porque nosotros tenemos nuestras armas para defendernos, pero somos seres humanos que sentimos miedo. Lo importante de esto es controlar el miedo para el bien, volverlo una fortaleza para salvaguardar mi vida, la de mis ocupantes y la de mi tripulación”, dijo el militar.
El temor siempre los acompaña. Los oficiales tienen claro que los disparos pueden generar daños en el sistema de la aeronave que llegarían a ser catastróficos. Las condiciones meteorológicas también podrían ser determinantes en la reacción y cada movimiento, en medio del caos, debe ser pensado milimétricamente.
“Hay grandes diferencias entre ser atacado por los grupos delincuenciales en tierra que en aire. Cuando está usted volando una aeronave, hay muchas situaciones que convergen y vuelven más riesgosa la misión. Te impactan y eso causa un daño, súmale que sientes miedo por la cantidad de disparos”, detalló el uniformado.
Dios y la familia son el polo a tierra del mayor Acuña. Su tenacidad fue exaltada con el galardón de “reconocimiento especial al destacado desempeño de una tripulación” de las Fuerzas Militares. Esta distinción honró su compromiso y valor en las misiones aéreas más desafiantes del Ejército Nacional de los últimos tiempos.