POLÍTICA

Uribe y Liliana Rendón: la verdadera novela de la separación

Semana.com revela detalles inéditos de la división interna en el Centro Democrático en Antioquia, que tiene a Rendón sin aval a la Gobernación y anunciando, entre líneas, una batalla jurídica.

15 de julio de 2015
El expresidente Álvaro Uribe se la jugó por Liliana Rendón como candidata a la gobernación de Antioquia. | Foto: Archivo particular

Mientras el exdiputado Andrés Guerra, micrófono en mano, hablaba de cara a un auditorio atestado de seguidores; atrás, en la mesa principal, transcurría una discusión aireada e inusual. Liliana Rendón y el expresidente Álvaro Uribe Vélez alegaban.
 
El enfrentamiento tuvo lugar el 14 de marzo pasado, en un foro de precandidatos a la Gobernación de Antioquia que se llevó a cabo en un auditorio cerca del parque principal de Marinilla, al que asistieron delegados de 23 municipios del oriente antioqueño. Guerra, después de Liliana, era el encargado de cerrar la reunión con una intervención de cinco minutos, en un evento en el que Uribe fue el moderador.
 
La molestia del expresidente radicaba en que cuando Liliana se dirigió a los asistentes, cuestionó la utilidad del Centro de Pensamiento Primero Colombia, es decir, nada menos que donde están los cimientos ideológicos del uribismo. “Ella dijo que quienes dirigían esa instancia no tenían votos, que los votos los tenía ella, Liliana Rendón”, le dijo a Semana.com un dirigente del Centro Democrático que estuvo en la reunión.
 
En conversación con este portal, Rendón dijo que no había peleado con Uribe, sino que él le había pedido que se calmara. “El encontrón no fue con Uribe, sino con Héctor Quintero Arredondo, porque después de yo haber ganado todo el proceso, me dijo: ‘Doctora Liliana, las reglas cambian. Va a cambiar esto porque hay congresistas que no van con usted’".

Y continúa Rendón: "Yo le dije a Héctor, que es un hombre soberbio, que a mí no me iban a cambiar las reglas del juego, y en ese momento el presidente me dijo: ‘¿Qué pasó?’, y yo le contesté: ‘Es que a mí me quieren cambiar las reglas, a mí me respetan’, y Uribe me dijo: ‘Calmate’”.
 
Pero la pelea no paró ahí. Una vez acabado el foro, Uribe se reunió a puerta cerrada con algunos congresistas. El debate llegó a tal punto, que alguien desde el lugar llamó infructuosamente a Luis Alfredo Ramos a la cárcel, con ánimos de que intercediera por Rendón.
 
Enfrentarse con Uribe al mismo tiempo que buscar su apoyo y su bendición habla mucho del talante de Liliana Rendón, una mujer que aunque es heredera de las banderas de Ramos, cree firmemente en que tiene un capital político propio y que no le debe nada a nadie. “Qué tal uno teniendo a José Obdulio Gaviria de jefe, eso es lo que a él le molesta, que yo no lo veo como un jefe”, le dijo Liliana a SEMANA, hace cerca de un mes, refiriéndose a la oposición que Gaviria le ha hecho.
 
Rendón no es de las personas acostumbradas a recibir órdenes. “Luego de los foros, Uribe le dijo varias veces a Liliana que le faltaba estudiar, que tenía que mejorar el fondo de su discurso. Y eso a ella no le gustaba. Muchos dicen que por eso ella no fue a tres foros a los que estaba convocada”, cuenta un miembro del CD que asistió a todo el proceso de elección de precandidatos.
 
Pero aun con su estilo desabrochado y pese a las críticas de sus compañeros en torno a la poca claridad conceptual en los debates, la campaña de Liliana a la Gobernación avanzó, hasta dejar por fuera al último aspirante que se le enfrentó: el exdiputado Andrés Guerra.
 
De hecho, el 16 de marzo pasado, Rendón y Guerra firmaron un acuerdo en el que aceptaron que el candidato del CD se definiría por una encuesta abierta que llevaría a cabo la firma Invamer Gallup. El pacto fue suscrito también por el llamado “triunvirato”, esto es, Héctor Quintero Arredondo, Valencia Cossio y Luis Norberto Guerra, así como la secretaria general del partido, María Elena Vélez.
 
En efecto, Liliana barrió en la encuesta. El resultado a su favor fue del 43 % al 12 %. Hace no más 20 días, en un acto en Bogotá, Óscar Iván Zuluaga, director nacional del CD, se pronunció sobre la candidatura de Rendón: “En Antioquia tenemos candidata a la Gobernación que es de nuestro propio partido. Mientras, como lo decía la doctora Liliana, otras fuerzas políticas tienen coaliciones” (Ver video).

El mismo Uribe, días después de la encuesta y parado sobre una tarima, dijo: “Quiero que ustedes me ayuden a expandir esta frase: ‘Con Liliana en la Gobernación las mujeres se sentirán orgullosas. Porque no es solamente elegir a una mujer. La garantía es una gran Gobernación para que las mujeres se sientan representadas” (Ver video).
 
Con ese apoyo de palabra, Rendón continuó viajando a las regiones. Pero a finales de junio se comenzó a oír el rumor de que a la ‘monita’, como llaman a Liliana algunos de sus copartidarios, no le otorgarían en el aval. Un asesor de Rendón dice que fue exactamente el 21 de junio, el día del padre, cuando Uribe no volvió a aparecer.
 
En medio de las especulaciones, un periodista del portal Minuto30 le preguntó al expresidente (ya corría el 2 de julio) si seguía firme la fórmula Juan Carlos Vélez Uribe, para la Alcaldía de Medellín, con Rendón para la Gobernación. Uribe se descompuso, hizo cara de pocos amigos y se quedó callado durante 12 segundos eternos. Pocas veces un silencio del expresidente había sido tan ruidoso.
 
Lo anterior deja varias preguntas sobre la mesa. Uno, ¿qué los hizo cambiar de opinión faltando 20 días para la inscripción de candidatos? ¿Cuál será la carta del CD para enfrentar a Luis Pérez, el candidato de la unidad nacional? Pero, sobre todo, ¿qué sería capaz de hacer Liliana si, como todo apunta, su partido le da la espalda?
 
Que el CD aún no tenga candidato en Antioquia es bastante grave para ellos. Varios dirigentes consultados por Semana.com así lo reconocen. Primero, porque es la tierra del expresidente Uribe. Y segundo, porque este departamento representa para el uribismo más del 20 % de su estructura política, según lo ha dicho varias veces Óscar Iván.
 
Una de las consecuencias directas de esta especie de limbo es que no se han podido conformar aún las listas de aspirantes a la Asamblea de Antioquia. “El problema no es Liliana. El problema es qué va a pasar con el 'ramismo’, qué va a pasar en la relación con Luis Alfredo. Si Liliana no va, el ‘ramismo’ no va a la Asamblea”, dice un directivo del partido.
 
La división dentro de la colectividad es hoy por hoy abierta y compleja. Y lo de Rendón apenas es un síntoma. La primera persona del CD que alzó la mano para decir que no le gustaba la candidatura de Liliana fue Ana Mercedes Gómez, la exdirectora de El Colombiano que renunció al Senado aduciendo razones de salud.
 
Durante la Gobernación de Ramos, El Colombiano publicó más de una veintena de artículos en los que señalaban presuntos hechos de corrupción en la administración departamental, de la que hacía parte, como director del Dapard, Fredy Rendón, hermano de Liliana. Quienes conocen a Ana Mercedes dicen que no fue fácil para ella tener compartir tarima con Liliana en la pasada campaña al Congreso.
 
Y ahí está la clave para entender la división del partido. Para las pasadas elecciones legislativas, el CD convocó una gran cantidad de seguidores de Uribe, de distinta estirpe, que terminaron juntos en el Congreso. De ellos, además, dependía la organización de la colectividad en Antioquia, si se tiene cuenta que Uribe no podía hacerlo todo. “El problema es que Uribe tiene muchos frentes de batalla. Y por eso tuvo que delegar la organización del partido. Y, como lo hemos visto, eso no ha salido bien”, dice un congresista del CD.
 
La primera alerta de las discrepancias en las lides uribistas apareció con la renuncia de Alicia Arango, una mujer de la más alta confianza de Uribe, que terminó peleando con Valencia Cossio por la forma como él llevaba las riendas del partido en Antioquia. “Yo creo que hay unas personas que abusan del expresidente Uribe, malinterpretan sus mensajes, abusan de tomar decisiones que él no toma y, en mi opinión, lo hacen para obtener beneficio personal”, dijo Arango al programa radial Hora 20, de Caracol, refiriéndose expresamente a Valencia Cossio. Héctor Quintero, miembro del “trinvirato”, también terminaría renunciando.
 
Ahora bien, la figura de Valencia Cossio no ha sido ajena al lío con Liliana Rendón, a quien el excongresista ha apoyado pese a la oposición de José Obdulio y de los congresistas del grupo de los 'Paolos': Paola Holguín, Alfredo Ramos Maya, Margarita Restrepo y Federico Hoyos. Lo más curioso es que los 'Paolos', pese a estar ahora en contra de la aspiración de Liliana, en el pasado la apoyaron. De hecho, Hoyos trabajó para Liliana. Muchos creen, en medio del complejo panorama, que la presencia de Valencia Cossio en el “triunvirato” ha sido determinante para la descomposición del partido en Antioquia.
 
Pero pese a todo lo anterior, la única persona que tomará una decisión frente al candidato a la Gobernación es Uribe, nadie más. El expresidente se ha reunido con empresarios, políticos y seguidores en su finca en Rionegro para definir el rumbo. Sin embargo, desde hace por los menos 20 días el jefe natural del CD no tiene ninguna comunicación con Liliana, cuya aspiración ayudó a frenar el empresariado antioqueño. Algunos mencionan a Manuel Santiago Mejía. Otros, a David Bojanini.
 
Los mensajes que ha enviado Liliana en los medios de comunicación van en torno a que, de negársele el aval, está dispuesta a adelantar una batalla jurídica para que le reconozcan el compromiso firmado por el “trinvirato”. Y Uribe, mientras tanto, baraja posibilidades. Una de ellas, hacer coalición con Federico Restrepo, el candidato de Sergio Fajardo. Otra opción, dicen personas cercanas al expresidente, es buscar otro candidato. Un nombre que se ha pronunciado varias veces en la finca de Rionegro es el de Cecilia María Vélez, la ministra de Educación de los dos períodos presidenciales de Uribe, nacida en Frontino. El otro, Darío Montoya, exdirector del Sena.
 
En todo caso, el apoyo a Liliana está definitivamente descartado. O al menos eso le oyeron decir a Uribe el viernes 3 de julio, en la comodidad de su casa. “El expresidente dijo que Rendón tenía dos problemas: que no estudia y es soberbia”. Aunque eso no era lo que decía el expresidente, al menos públicamente, unos días atrás.