POLÍTICA

Las nueve sorpresas que dejó la elección parlamentaria

A pesar de que la maquinaria demostró nuevamente que es la que elige el Congreso, hubo resultados inesperados.

12 de marzo de 2018
| Foto: Fotomontaje SEMANA

A pesar de su gran desprestigio, los políticos tradicionales se resisten a morir. Así quedó en evidencia en las elecciones al Congreso en las que para Senado y Cámara, sobresalieron caciques con poco peso en la opinión pero con muchas habilidades para conseguir votos a través de maquinarias bien aceitadas.

Sin embargo, la fuerza de figuras como Antanas Mockus y Jorge Enrique Robledo, sumadas a parte del electorado de Álvaro Uribe, y a la entrada al Senado de la lista de Gustavo Petro, permiten pensar que la opinión también ganó una batalla. 

En ambos flancos, en el de la maquinaria y en el del electorado independiente, se dieron resultados que pocos esperaban.

Esto fue lo sorprendente:

A las cabezas no les fue tan bien

Una de las pruebas más evidentes de que la maquinaria tiene en algunas listas, más peso que la opinión, fue el hecho de que a sus cabezas no les fue tan bien como se pensaba. Aunque tradicionalmente el número 1 de cada lista tiene su curul asegurada, en esta oportunidad hubo incluso líderes de plancha que no pasaron.

La quemada más dramática fue la de Miguel Gómez, cabeza conservadora, hijo de Enrique Gómez Hurtado, y quien ya había sido parlamentario. Entre los azules la primera votación fue para David Barguil, quien pasó de ser representante de Córdoba a senador con más de 130.000 votos, seguido por Efraín Cepeda y la también cordobesa Nora García Burgos.

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Aunque Barguil ha sido una figura destacada en medios y tuvo un amplio protagonismo en 2016, cuando fue presidente del directorio conservador, también contó con una importante maquinaria electoral con sede en Montería. Gómez sacó un poco más de 40.000 votos que no le dieron para ganar.

Otra cabeza que no ocupó el primer lugar de votación en su partido, a pesar de que terminó entrando al Senado con una buena votación, fue la de Mauricio Gómez Amín, en el Partido Liberal. Lo antecedió una figura que pocos tenían en el radar: Lidio García, con 113.000 votos. La alta votación de este se explica porque es promotor del proyecto político de su primo, el gobernador de Bolívar Dumek Turbay, y en consecuencia tiene un gran poder burocrático en su departamento.

En el caso de Cambio Radical, Rodrigo Lara, su cabeza, quedó de terceras con casi 87.000 votos, después de Arturo Char –hermano de Alex Char-, quien sacó 116.000 votos, y de Luis Eduardo Díaz Granados, quien superó los 100.000 y también es cercano a la casa Char.

Robledo y Mockus: la cara de la opinión

Para nadie era un secreto que Jorge Enrique Robledo sacaría una votación alta. Él es la cabeza del Moir, un grupo de izquierda profundamente disciplinado a la hora de ir a las urnas. Además, durante sus debates en el Congreso se ha caracterizado por su seriedad y en el último año ganó visibilidad como candidato presidencial del Polo Democrático. Aunque declinó para apoyar a Fajardo, aparece en todas las fotos con el exalcalde de Medellín y tiene una alta exposición mediática. De 191.000 votos que obtuvo en 2014 pasó a 223.000.

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Pero quien más se chupó los votos de opinión fue Antanas Mockus. Todos los pronósticos le daban al exalcalde de Bogotá un poco más de 220.000. Sin embargo, logró más de medio millón de votos. Con una sencilla campaña publicitaria, recogió el voto antisistema y el cansancio con la política tradicional.

El Polo y los Verdes no se quemaron

Robledo y Mockus jalaron las votaciones de sus partidos. En la mayoría de simulaciones se calculaba que ambas colectividades estarían en riesgo de no pasar el umbral, pues en las elecciones de 2014 cada uno había sacado cinco senadores. Sin embargo, el Polo se mantuvo con 5 a pesar de que la Lista de la Decencia le compitió con su electorado, y los Verdes duplicaron sus curules en Senado, pasando de 5 a 10.

En donde los Verdes definitivamente dieron una sorpresa fue en Bogotá. En la capital Mockus le ganó a Álvaro Uribe, con 326.000 votos contra 200.000. La lista encabezada por el exalcalde fue la de mayor votación a Senado en la ciudad.

Con esta realidad, al menos en teoría, Sergio Fajardo queda con una bancada de 15 senadores. Una cifra que iguala a la que tienen partidos como el Conservador, el Liberal o Cambio Radical.

A Vargas y a Uribe les fue muy bien, pero no arrasaron

Entre los lugares comunes que se afianzaron en el mundo político de manera previa a la elección parlamentaria, hubo dos con especial fuerza: que Uribe sacaría más de un millón de votos individualmente, y que Vargas lograría una bancada de 20 senadores. Aunque ni lo uno ni lo otro sucedió, sí estuvieron muy cerca de esas cuentas. Uribe obtuvo 850.000 votos (cifra que no es despreciable) y Cambio Radical logró 16 (en 2014 había elegido 9). En el caso del uribismo, se asumía que este iba a sacar al menos 25 curules, pero logró 19, una menos que en la elección pasada.

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Cambio Radical se convirtió en la segunda fuerza en el Senado y alcanzó a superar el número de curules que Vargas Lleras había pronosticado, 15. Sin embargo, eso no significa necesariamente que quede en una posición privilegiada. No en vano, es muy cercana a la que obtuvieron los conservadores (15 curules) y los liberales (14 curules). Aunque vale la pena decir que en las toldas de ambos partidos tradicionales algunos senadores podrían sumarse a él en la primera vuelta. 

Petro metió lista al Senado y logró dos curules en Cámara

Todos, absolutamente todos, los análisis que se hicieron antes del 11 de marzo, metían a la Lista de la Decencia entre los quemados. Sin embargo eso no sucedió, de manera sorprendente Petro logró empujar con su ascenso de las últimas semanas a cuatro senadores. La lista la encabeza Gustavo Bolívar, con 116.000 votos, seguido de Aida Avella, líder de la Unión Patriótica, quien sacó 57.000. En Bogotá, Petro impulsó la votación de María José Pizarro, quien sacó más de 77.000 votos, y de David Racero, en Antioquia.

El Mira no se quemó

Aunque un error en 2014 llevó a que la autoridad electoral no le reconociera tres curules a las que finalmente tenía derecho, en esta oportunidad muy pocos analistas creían que el Mira podía pasar el umbral. Sin embargo, a punta de la disciplina que caracteriza a este partido, pudo obtener cerca de medio millón de votos, que le dieron tres asientos en el Senado. En la Cámara logró una curul en Bogotá y dos en el exterior.

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El miedo a la Farc no es real

En los pronósticos también se decía que, por mal que le fuera, la Farc tendría una votación mínima de 150.000 votos. Sin embargo, a este nuevo partido le fue peor de lo pensado. En Senado obtuvo 52.000 votos y en Cámara 32.000. Si no fuera porque, como resultado del acuerdo de paz, tienen derecho a 10 curules en el parlamento, habrían estado muy lejos de pasar el umbral. Sin votos al Congreso y sin candidato presidencial, el miedo a la Farc no es real.

Opción Ciudadana no lo logró el umbral

Por mal que le fuera, la lista de Opción Ciudadana tenía posibilidades. Sus candidatos vienen de poderes regionales que, aunque cuestionados en su mayoría, han afianzado en el territorio. Sin embargo, el partido de Luis Alberto ‘el tuerto’ Gil, condenado por parapolítica, sufrió un golpe que lo pone en riesgo de alcanzar el umbral. Los votos del clan Aguilar, una de las más poderosas casas políticas de Santander, que había sido el gran elector de este partido en 2014 con el senador Mauricio Aguilar, se fueron con su hermano Richard Aguilar. Este fue candidato al Senado (y salió elegido) por Cambio Radical. Opción Ciudadana también perdió los 50.000 votos del grupo de Teresita García Romero, hermana del Gordo García, excongresista condenado por la masacre de Macayepo. Su hija, Juliana Escalante, compitió por Cambio Radical.

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Cambios en las regiones

El trapo rojo, aunque perdió cinco curules en Cámara, sigue siendo el rey de las circunscripciones regionales con 34. Sin embargo, los verdaderos ganadores en las regiones fueron el Centro Democrático, que pasó de tener 19 a 32 representantes, y Cambio Radical que disparó este número pasando de 16 a 30. Los conservadores, con poder tradicional en provincia, desplomaron sus curules en Cámara pasando de 27 a 21 representantes.